Cayó la cuarta victoria (2-0) consecutiva del Real Madrid sin encajar gol, en un partido bastante plácido para los de Ancelotti, que repartió minutos con varias rotaciones de inicio. Al Celta le costó entrar en el choque; comenzaron demasiado contemplativos los pupilos de Carlos Carvalhal y no intimidaron a Courtois hasta que ya habían encajado los goles de Asensio y Militão, también a centro del mallorquín. Marco recibió una sonora ovación de la afición merengue, al igual que Modrić y Ceballos.
⭐ 4️⃣5️⃣0️⃣ 𝗣𝗔𝗥𝗧𝗜𝗗𝗢𝗦 𝗗𝗘 𝗟𝗘𝗬𝗘𝗡𝗗𝗔 ⭐
👑 Iago Aspas sigue agrandando su historia, toda una vida de pasión y entrega por la celeste 💙
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— RC Celta (@RCCelta) April 22, 2023
⛹️ Como si desde el perímetro valiese doble
Con Valverde nuevamente como interior diestro y Asensio cerca del uruguayo, a pierna cambiada y con tendencia a asomarse a la frontal, los blancos insistieron mucho en el primer periodo con disparos de media distancia. Hasta Nacho lo intentó. En parte, provocado por la puesta en escena de un Celta que acumuló muchos futbolistas por detrás de la línea del balón.
Más cuantitativo que cualitativo el Real Madrid en sus primeros remates, que no cogieron puerta hasta que Marco deshizo las tablas… desde dentro del área. Eso sí, perdió capacidad para combinar sin Rodrygo, como cabría esperar, y Benzema, que jugó los 90 minutos, estuvo bastante desconectado.
Marco Asensio:
“El míster nos pide dinamismo, que cambiemos la posición para que los contrarios no tengan referencia».
Además de finalizar muchas jugadas, la presión tras pérdida y la concentración de Rüdiger y Militão permitió a los blancos vivir en campo contrario, con altos porcentajes de posesión. Sin embargo, tras el descanso, los centrales bajaron sus prestaciones y el equipo cometió más pérdidas peligrosas. El intercambio de golpes creció, pero, esta vez, a diferencia de lo que sucedió contra el Villarreal, no le costó puntos a los locales.
😔 Decepcionante Celta
El equipo vigués, con Gabri Veiga como jugador revelación de la temporada, venía transmitiendo buenas sensaciones en el inicio de 2023, aunque en el Bernabéu se empequeñeció en exceso. Ni fue incómodo cuando el Real Madrid tenía la pelota, sin morder en campo contrario, ni pudo descansar con balón, ni tampoco amenazó en transición hasta la salida de vestuarios. Ahí, Iago Aspas fue el que más apareció… sin el acierto que le acompaña. Courtois solventó el poco trabajo que tuvo con dos solitarias paradas.
En un partido con muchas bajas (Hugo Mallo, Aidoo, Mingueza y Carles Pérez), Renato Tapia actuó como central y el Celta no lo notó en exceso, pese a la buena campaña del ghanés.
También lució Camavinga, un día más como lateral zurdo. Buen complemento para que Ceballos y Vinícius, bien contenido en los duelos por los laterales del Celta, conectasen y el brasileño pudiese correr al espacio. Y, sobre todo, Eduardo sobresalió por su creatividad y aceleración de ataques, además de la energía y explosividad que le permitió ganar balones divididos y corregir a campo abierto. Con la entrada de Lucas Vázquez, Nacho pasó del lateral diestro al flanco izquierdo y el francés terminó como centrocampista. Sin presión cuando recibía sin demasiado tiempo y espacio.
Mejores sensaciones en el global del encuentro para los blancos que para un Celta que, además, vio como Augusto Solari se marchaba tocado al descanso y que Gonçalo Paciencia, que reactivó el ataque en lugar de Seferović, terminó con una aparatosa hemorragia en la nariz por un duro choque con Tchouaméni. Dos contratiempos que, con dos jornadas intersemanales a la vista, pueden poner en riesgo la dinámica de un Celta que si bien parece más candidato a Europa que al descenso, se aleja del primer objetivo tras cuatro pinchazos consecutivos.
