Todo lo que entra, sale. Y todo lo que sube, cae por su propio peso. A corto, medio o largo plazo, he ahí el quid de la cuestión, eso sucederá con la titularidad de Rodrygo Goes en el Real Madrid. Solo falta por concretar los tiempos y la demarcación que ocupará el hijo pródigo de la delantera blanca. Porque su nivel y características ya no es que inviten al optimismo, que por supuesto. También, incentivan a que Ancelotti se ponga más creativo, salga de su zona de confort y agite el árbol táctico.
🗣️ Rodrygo alza la voz
Por primera vez en mucho tiempo, recitar el once del Real Madrid puede llevarnos algo más de tiempo. El 1-4-3-3, con Kroos y Modrić como interiores, más Valverde como cuatro centrocampista escorado a la derecha, parece haber dejado de ser un intangible para el técnico merengue. Aunque, probablemente, continúe como el plan A hasta final de temporada. Entre otras cuestiones, porque Rodrygo tiene el síndrome de Ángel Correa. Que como no hay mejores atacantes para cambiar partidos que ellos en sus respectivos equipos, sus titularidades se ven reducidas.
Ancelotti:
«Kroos y Modrić son intocables, pero las últimas semanas otros también están jugando bien«.
🪑 Un banquillo sin soluciones
El problema del Real Madrid está en la falta de mordiente para revertir aquellos partidos que se le indigestan. Si se pone por delante, hay pocos equipos mejores para gestionar la ventaja y desquiciar al rival. Con espacios y sin ansiedad, Asensio, Lucas Vázquez y compañía han demostrado que pueden rendir bien. Sin embargo, cuando son ellos quienes deben dar un paso al frente e ir a por los tres puntos, Rodrygo, Ceballos y Camavinga son los únicos revulsivos que funcionan.
😍 El 1-4-2-3-1 es muy apetecible
Para dichos contextos, el sistema alternativo de ‘Carletto’ tiene muchas posibilidades de funcionar. De hecho, el italiano cada vez utiliza más a Rodrygo Goes por dentro, en un comportamiento asimétrico que deje el flanco diestro en manos de Valverde, Asensio o, con frecuencia, solo de un Carvajal que hace suyo todo el carril. Poco eficiente por las cualidades de Dani y su bajo momento de forma, así como por el embudo que genera el Real Madrid que basa sus ataques en la superpoblación interior o el uno contra uno de Vinícius Júnior.
Rodrygo pide a gritos, en el campo y en sus declaraciones, jugar en los carriles interiores. Y el Real Madrid lo agradece cada vez que esto sucede. La asignatura pendiente es compensarlo; no solo para tener mayor amenaza exterior, sino también para atraer miradas que liberen al exjugador del Santos.
Además de todo el desborde que puede generar Rodrygo y la imprevisibilidad que puede añadir a un equipo que lleva tatuado el 1-4-3-3, su presencia supone tener más verticalidad, más gol por la buena relación que tiene con él y más presencia en el área contraria. A cambio, pierde orden, sinergias consolidadas en campo propio —sobre todo si se prescinde de Toni o de Luka— y el famoso equilibrio que tanto le hacía arquear la ceja a Carlo en su primera etapa y que, ahora, tal vez ya haya asumido que no sea tan indispensable para los intereses del Bernabéu. Al menos, no siempre. El tiempo lo dirá.
🧑🏽❤️🧑🏻 El mejor socio de Benzema
Lo mejor de todo es que esto, para Karim, supone un upgrade importante. Rodrygo es el mejor amigo del galo para asociarse en corto y además, le quita vigilancias de los defensores por la capacidad que tiene el brasileño para recibir a 35 metros de la portería, driblar por dentro y exigir coberturas del oponente.
Se nota, claramente, que ambos se mejoran. Incluso, el extremo o mediapunta, parta desde donde parta, siempre que acabe por dentro, puede compensar los descensos y la movilidad del ‘9’. Una de las asignaturas pendientes del Real Madrid. Una función que el brasileño ha tratado de replicar, con cierto éxito, pero sin transmitir la sensación de que sea mejor sustituto que complemento del capitán de la casa blanca.
