⚽ Real Madrid

Rüdiger, el antídoto de Haaland cambia los planes de Ancelotti

A Antonio Rüdiger, en Chamartín, solo le faltaba una noche como la del Real Madrid 1-1 Manchester City. El central alemán tuvo su primer gran partido con la camiseta blanca; la guinda a un rendimiento que ha subido exponencialmente en los últimos meses. Y es que, por muy adaptado se le viese a la dinámica de equipo y por mucho cariño le tuviese el madridismo, tampoco se puede negar que su temporada de debut en el Real Madrid estaba siendo decepcionante. La ausencia de Militao por sanción le abrió las puertas de la titularidad de par en par, y ahora Ancelotti tiene uno de esos benditos problemas de cara a la vuelta en Inglaterra. El técnico italiano, que había confirmado la titularidad del alemán, rectificó en la rueda de prensa previa al choque y dejó en el aire quién será finalmente de la partida. Usando dos centrales en la zaga, ¿cómo se le puede hacer hueco a Rüdiger?

💪  Su físico, una garantía

En torno a la pareja que forman Militao y Alaba se pueden explicar muchas cosas del Real Madrid como vigente campeón de Champions. Son una pareja muy complementaria, que disfruta defendiendo hacia delante y sabe arremangarse para defender en la frontal. Y, por supuesto, son de esos que celebran una entrada al límite, pues esas jugadas activan el instinto del equipo. El problema es que, juntos, nunca se han enfrentado a un delantero como Haaland. Lejos de ese delantero centro móvil que tanto se estila en Europa, el noruego es de un corte más clásico. Es de los atacantes que fija y luego busca al espacio, de los que llevan su partido al terreno físico. Por una cuestión de números, es un choque preocupante para la teórica pareja titular, pero ya se mostró que Rüdiger podía resolverlo bien.

El delantero del Manchester City es una torre que mide 1,94 metros y pesa 88 kilos, algo que apenas le resta explosividad cuando arranca. Militao mide 1,86 metros y pesa 10 kilos menos, y Alaba es aún más pequeño y ligero. Rüdiger, por su parte, es el único central en nómina que puede incomodar a Haaland en el cuerpo a cuerpo. Mide 1,90 y pesa solo dos kilos menos que el noruego, y es además una bestia para corregir en ese espacio libre en el que el del City causa estragos. Ya se vio en el Bernabéu como fue capaz de mantenerle sujeto, dejando una imagen que ya forma parte del imaginario colectivo madridista por su peculiar forma de marcarle. Encorvado y a punto de abrazarle, Haaland no se podía creer lo que estaba haciendo Rüdiger. Luego, en las veces en las que sí se pudo zafar de ese abrazo del alemán, o aparecía un Alaba brillante al corte o estaba demasiado forzado como para encontrar puerta.

 

 

🤔  ¿Cómo le pueden hacer hueco Militao y Alaba?

Ancelotti debe estar dando vueltas sobre la misma cuestión desde el pasado martes. Físicamente, Rüdiger es un seguro, pero futbolísticamente tocó el cielo con la pareja Militao-Alaba. Sobre ellos se edificó el éxito del equipo, siendo la base de esa épica que llevó impregnada la Champions de la temporada 2021/2022. La cosa es que, con los tres sanos, el puzzle se complica. Pese a ello, puede abrirse un hueco: el lateral izquierdo. No es una posición que le quede mal al austriaco, que ha jugado gran parte de su carrera ahí. Y, claro, Camavinga llega justo después de ese golpe que sufrió ante el Getafe. Además, esa función de laterior (lateral que actúa como interior) que tenía el francés es similar al rol que ocupa Alaba cuando juega con su selección.

Rüdiger no dejó libre a Haaland en ningún momento

Rüdiger no dejó libre a Haaland en ningún momento.

Aun llegando Camavinga, parecería lógico desplazarle al medio para este partido, y así hacer hueco atrás. Es su posición natural, y su despliegue físico es básico para que Kroos y Modric puedan funcionar en grandes escenarios durante esta fase tan tardía de su carrera. El problema llega, de nuevo, en la zona central de la defensa. Tanto Rüdiger como Militao se desenvuelven mejor jugando en el perfil diestro para lo que pide el Real Madrid. Por ascendencia en la plantilla, debería ser el brasileño el que ocupe esa zona. Es donde ha mostrado explotar más las virtudes que le han convertido en uno de los grandes zagueros de la actualidad. Es cierto que Rüdiger es capaz de jugar con la izquierda (ya jugó en ese perfil en el Chelsea y se le probó como lateral por esa zona en el pasado verano), aunque supondría limitar mucho su rango de pase. Al ser diestro, su pase más seguro es hacia el medio, y eso puede facilitar la presión del Manchester City. Si bien se podría resolver con una de sus potentes arrancadas, no es buen negocio tanto riesgo a las puertas de una final de la Champions.

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🧬  Rüdiger tiene el ADN del Real Madrid

Pese a que su alineación en el hipotético perfil izquierdo de la zaga pueda favorecer a los planes de los ingleses, Rüdiger ya ha demostrado estar hecho de lo que exige el Real Madrid para sus gestas europeas. Cuando suena la música de la Champions, se viene arriba. Es algo que debe ir implícito a defender la camiseta blanca en Europa. Si no, nada tendría sentido. Ya ha demostrado ser un futbolista de grandes noches a lo largo de su carrera, liderando a la defensa del Chelsea en la Champions de 2021. Aquel año, precisamente, ganaron al Manchester City en la final. Como si le aburrieran los partidos de menor entidad, sus mejores actuaciones como madridista han sido en días marcados en el calendario. Desde aquel gol ante el Shakhtar que certificó el pase a octavos a secar a Haaland hace una semana, siempre se ha notado su presencia.

Por ello, Ancelotti ya ha confirmado que cuenta con él para jugar en Mánchester. Si algo caracteriza al italiano es que prepara cada partido individualmente, matizando siempre su propuesta en función de lo que tenga enfrente. Por eso mismo parece tan complicado meterle mano a este Real Madrid, ya que tiene soluciones a cada problema. Y, por primera vez en esta temporada, alguien tiene la clave para desactivar al cyborg Haaland. Rüdiger llegó en verano para estos partidos, buscando ser la medicina que ayudase a su equipo cuando no tuviese altas las defensas. Ya sea marcando a su rival agazapado o subiendo en demasía las rodillas cuando corre al espacio, el momento de consagrarse definitivamente ha llegado. Porque, en el Real Madrid, de nada sirve un buen partido de ida si no se confirma en la vuelta.

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