Ter Stegen
Supercopa de España

El Barça ‘de la marmota’ esquiva a un Betis respondón

Comenzó tímida la segunda semifinal de la Supercopa, después de que el Real Madrid ganase al Valencia en la primera, pero con el paso de los minutos se animó al son de los trequartistas del Betis. Abrió la lata un irreconocible Lewandowski, lo empató Fekir a falta de cuarto de hora y, prórroga mediante, Ansu Fati y Loren Morón se reivindicaron para llevar la contienda a la tanda de penaltis.

Una vez allí, Ter Stegen debió pensar que igual sus compañeros se iban a ofender tras marcar los cuatro lanzamientos si él no atajaba ninguna. Y que sus cinco paradas no eran suficientes para llevarse el MVP. Así que no tuvo más remedio que detener las penas máximas de Juanmi y William Carvalho para regalar a la afición azulgrana la final que ansiaban. Una que le diera revancha en un clásico.

😓 La pájara del 30

El arranque de partido no fue el previsto. El Barça mandó en la primera media hora desde la tenencia de la pelota (más de 75%), pero con algo más de fluidez y lucidez que de costumbre. Y, sobre todo, con esa intención vertical que hace justo un año sacó la versión más rock and roll de Xavi. Hubo pases progresivos, desplazamientos largos que activaban a los jugadores alejados (Pedri se puso las botas), algunos desmarques en profundidad, presión y vigilancias que desembocaron en unidireccionalidad. El Betis se resumía en replegar en bloque medio-bajo. Pero, a diferencia de aquellos partidos de comienzos de 2022, ante Atlético de Madrid, Valencia o Napoli, no hubo pegada. Ni tanta generación, ni tanta resolución.

Lewandowski marcó un gol (de rechace, tras errar la primera) y le anularon otro, pero dispuso de las suficientes ocasiones como para haber facturado el balón, firmado por sus compañeros, en el vuelo Riad – Madrid. El polaco estuvo lento, con pocas ideas e impreciso en al área. Llegó a parecer torpe en un par de acciones de espaldas. Lo contrario a Dembélé, que vivió una de sus noches dulces: con pausa, cabeza levantada, aceleración y creatividad. Torturó a un Ruibal expuesto y con déficits defensivos notables. El encuentro volvía a ser plácido y el Betis parecía inofensivo, pero a los de Xavi les duró el control media hora. Calcado a lo visto el domingo en el Metropolitano.

🤤 Un hurra a la fantasía del Betis

Tras aguantar el chaparrón inicial, el equipo de Pellegrini desplegó algunos de sus mejores trucos, de la mano de dos de sus magos. No fue Canales uno de ellos, sustituido sorprendentemente al descanso, pero Fekir sí se gustó. Y Luiz Henrique, en consonancia con el partido que dejó el domingo en Vallecas, completó, probablemente, su mejor encuentro desde que llegó. El Betis intensificó su trabajo sin balón, recuperó balones y encontró también la forma de transitar en un choque cada vez más alocado. Esas dos vías acabaron por convertir en figura a Marc André Ter Stegen, también salvador ante la fragilidad culé a balón parado.


Xavi: «He cambiado a De Jong y Dembelé porque tenían molestias. Espero recuperar a todo el mundo para el domingo».


El Barça se partió. Fue un equipo mucho más largo y eso despertó al genio. A Fekir, claro, el mediapunta que sacó los joysticks y se lo pasó en grande. Controles, giros usando su cuerpo para pivotar, visión de juego… Estuvo especialmente inspirado. Tanto que entre Nabil y Luiz Hernique, que se encontraron en varias ocasiones, metieron al Barcelona en su propio campo durante muchos tramos. La primera que tocó el brasileño ex de Fluminense en el choque, travieso y picante, fue para probar un disparo de 45 metros. Quería jarana. Y vaya si la dio. A Jordi Alba primero y a Marcos Alonso después les hizo un traje a medida. Improvisación de alto voltaje, campos de ritmo, sensibilidad en sus contactos, una templanza impropia de su edad y experiencia en la élite.

🤨 ¿Cómo no invitaron a Ansu y Loren?

A la fiesta de la prórroga se colaron sin entrada Ansu Fati y Loren Morón, autores de los segundos goles de Barcelona y Betis. El culé descosió la redonda en un rechace, para completar una volea de ensueño con la zurda. El bético, en su tercer partido de la 2022/2023, se sacó de la manga un control con las zonas más nobles de su cuerpo y remató de tacón, después de que Luiz Henrique acaparase más reflectores todavía. Fue su primer gol en más de año y medio, aunque insuficiente para brindar el triunfo a los suyos. Lo que el fútbol te da, el fútbol te lo quita. Y esta vez, los penaltis que le dieron la gloria al Betis en la final de Copa del Rey, firmaron su sentencia en la Supercopa.

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