CSD rfef tad
Opinión

El TAD y las elecciones a la RFEF: se veía venir, nada cambia

Hace unas semanas, escribía sobre una presunción o predicción (díganlo como quieran) que, a medida que pasan los días, se convierte en realidad y en hechos constatables.

Decía entonces y mantengo ahora que en los próximos meses volveríamos a vivir las repetidas escenas de conflictos, disputas, guerras, duras confrontaciones y ruido mediático, porque se había dado el pistoletazo de salida a las elecciones en las federaciones deportivas; y también decía que ya habían empezado a vociferar los de siempre.

Y si la primera federación que debía empezar con las elecciones era la de fútbol, el terreno estaba servido para que ese colectivo amante del conflicto y de los terrenos embarrados se encontrase en su salsa.

Un show sin base legal

De hecho, tradicionalmente existen en nuestro país varias federaciones donde se mantienen fieles a su llamada a la conflictividad personajes conocidos que se divierten y emplean su tiempo (imagino que también su dinero) en mantener el show de cada cuatro años.

No fallan nunca a la cita. Forma parte de su modus vivendi e imagino que necesitan de esa adrenalina cada cuatro años para decirse a sí mismos lo importantes que se creen ser. Se mueven como peces en el agua en fútbol, en vela, en caza y en alguna federación de las de artes marciales y siempre como personajes más activos en estos tiempos que se nos avecinan.

No saben nada de nada, sus ideas y propuestas son estrafalarias y absurdas, además de no tener base legal alguna, pero les encanta divertirse con eso. Y, claro, algunos medios de comunicación que viven de las estridencias, están encantados. Qué sería un proceso electoral en las federaciones y especialmente en fútbol sin esos personajes jaleados por algunos medios de comunicación que se ríen de ellos en privado y no les dan crédito alguno, pero que les dan páginas y páginas para engordar las noticias.

El TAD actual, igual que el anterior

Y todo esto que era una presunción o predicción, ya ha empezado. Es de manual. Ya aparecen las primeras denuncias ante el Consejo Superior de Deportes (CSD), después vendrán las mismas denuncias en sede penal, y un suma y sigue de los mismos personajes. Denuncias todas ellas que no tienen ni pies ni cabeza. Denuncias presentadas por unos y por otros con el único objetivo de embarrar el terreno de juego.

Y digo que las denuncias analizadas con un mínimo de rigor jurídico no tienen ni pies ni cabeza, aunque viendo lo visto con el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) actual, que ha preferido seguir el mismo modus operandi de los anteriores miembros del TAD, cualquier cosa puede pasar.

Decía en ese mismo artículo de opinión que la única forma de superar esa dinámica absurda y cancerígena en los procesos electorales era estudiar y profundizar de manera seria y rigurosa en el marco jurídico en el que nos movemos. Pues desgraciadamente hemos empezado con mal pie.

Yo, a diferencia de otras opinadoras, era de las que entendía que debía darse un voto de confianza a este nuevo TAD a la hora de afrontar la gestión del período electoral en las federaciones deportivas. Si bien es verdad de que un análisis detallado de sus antecedentes inmediatos podía llevar a pensar que sería más de lo mismo y que cometería los mismos errores que el nefasto TAD anterior, lo razonable era dar a sus miembros el margen de confianza que cualquier profesional se merece y esperar a ver los resultados de su acción.

Sin embargo, sus primeros pasos han sido completamente erróneos y parece que siguen la misma línea errática que sus miembros precedentes.

Un problema de raíz

El problema sigue estando en el origen y, cuando se comete el mismo error en el origen, los resultados habitualmente suelen ser igual de erráticos.

El CSD decidió nombrar a personas totalmente inexpertas en el deporte y con un desconocimiento alarmante de las normas deportivas y de los antecedentes del mundo del deporte. Así fue con el anterior TAD y así lo es con el actual. El resultado no puede ser más descorazonador.

Decía en mi anterior artículo que era imprescindible que todos aquellos que se aproximaran a las elecciones desde la óptica jurídica, ya fuera como abogados o abogadas de partes o de miembros de órganos decisorios como el TAD, estudiaran. Y desafortunadamente ni estudian ni quieren estudiar.

Como no saben, porque las normas deportivas se las empezaron a estudiar cuando fueron nombrados miembros del TAD, nunca han estado en un proceso electoral de una federación deportiva, ni nacional ni autonómica, y tampoco estudian, ni analizan los antecedentes, el resultado es un nuevo error mayúsculo del TAD con la federación de fútbol y ya son incontables. Curiosamente siempre con la misma federación.

No han estudiado

Si hubieran estudiado, se habrían dado cuenta de que la Comisión Gestora en realidad es la Junta Directiva, que lo único que hace es cambiar de nombre; pero que es la Junta Directiva y que está sí está facultada por norma y por Estatutos para convocar elecciones. No se comprende que pueda convocar la Junta Directiva y no la Gestora cuando son la misma figura cambiada de nombre.

Si hubieran estudiado, se habrían dado cuenta de que confunden la Comisión Gestora que se debe constituir una vez convocadas las elecciones con esta Junta Gestora que es la Junta Directiva en proceso de convocatoria de elecciones.

Si hubieran estudiado, se habrían dado cuenta de que en los seis meses anteriores a la finalización del período electoral la norma establece una excepción para la elección de una nueva o nuevo presidente (igual como los primeros seis meses). Y que la norma dice que en ese período no se pueden convocar elecciones a la Presidencia por la misma Asamblea. Es incomprensible que nada de esto hayan tenido en cuenta los miembros del TAD.

Si hubieran estudiado, se habrían dado cuenta de que en prácticamente todos los antecedentes del mismo órgano en las Comunidades Autónomas la decisión casi unánime de dichos órganos es pasar directamente a la elección de miembros Asamblea y no de Presidencia.

Recordemos que la naturaleza jurídica de las federaciones autonómicas es la misma que las nacionales. Por tanto, sí en las primeras casi de manera unánime siempre han adoptado esta decisión, ¿cómo es posible que ahora a nivel nacional el TAD haya adoptado la opuesta? La respuesta es muy simple y no hay otra: que ni saben ni han estudiado. ¿Cómo es posible que en las Comunidades Autónomas les exijan ir a comicios de Asamblea, y nunca de Presidencia, y aquí el TAD haya decidido lo contrario? La respuesta es sencilla: ni saben, ni han estudiado.

Si hubieran estudiado, se habrían dado cuenta de que el mismo TAD, sí, el mismo TAD, ha avalado la convocatoria de elecciones de una Comisión Gestora en períodos anteriores. Pero, claro, como nunca estuvieron en el deporte, ni lo saben, ni se lo han estudiado. Es imposible hacer más el ridículo, que en periodos anteriores hubieran aceptado la convocatoria por una Comisión Gestora y ahora digan que esto es imposible. Si supieran y hubieran estudiado, sabrían que en Caza eso se realizó así y hasta en dos ocasiones. Si fue avalado por el TAD entonces, ¿cómo es posible que ahora digan que no es posible con la misma norma? Pues la respuesta es sencilla: porque ni saben ni han estudiado sus propias resoluciones anteriores.

Y, por último y para mí lo más importante, si hubieran estudiado y supieran (tanto ellas y ellos como las abogadas o abogados de los vociferos en fase de berreo) se habrían dado cuenta de que los reglamentos contienen elementos absolutamente ilegales, irregulares y contrarios a la Ley del Deporte. Pero, como ni saben ni estudian, son incapaces unas y otras de detectar las enormes anomalías que hay en la mayoría de los reglamentos y de los procesos electorales, también en los de la de fútbol, claro. Y se pierden con un elemento secundario, como es quién convoca. Como no saben ni estudian, son incapaces de detectar dónde verdaderamente están los elementos irregulares.

Ir al contenido