Cleveland Cavaliers sufrió dos de las derrotas más dolorosas y sorprendentes de la temporada NBA en el tercer y el cuarto partido de la eliminatoria frente a los New York Knicks. De hecho, en el tercer choque de la serie, los de J. B. Bickerstaff fueron el primer y único equipo en anotar menos de 80 puntos esta campaña.
Podría quedar en anécdota… de no ser porque los ‘Cavs’ no levantaron cabeza y claudicaron también en el cuarto duelo. Por más que el baloncesto de los Cavaliers se base en la defensa, es inconcebible pelear un partido en la NBA de hoy en día con esas estadísticas.
Menos aún en playoff. Por eso se entiende todavía menos el modus operandi de Bickerstaff: Ricky Rubio apenas ha jugado 17 minutos (—contando con que en el segundo ni siquiera participó), cuando sus virtudes tácticas y técnicas podrían ser un bálsamo para engrasar la maquinaria de los de Ohio, y la rotación se limita a ocho jugadores. Inexplicable, a sabiendas de que el equipo no funciona.
❌ Incapacidad ofensiva
Los Cavaliers son incapaces de hacer daño a los Knicks. Durante la temporada, Cleveland fue un equipo muy defensivo. La mejor defensa, de lejos, de toda la liga: primeros en rating ofensivo (110,6) y el equipo que menos punto recibió por partido (106,9). Un bloque que se basó en la dureza atrás para construir arriba.
En ataque, Bickerstaff sabía que su potencial diferencial estaba en Donovan Mitchell como estrella anotadora y en su juego interior, alimentado por Jarrett Allen y Evan Mobley. Para favorecer que el balón pueda llegar en situaciones ventajosas a sus dominantes pívots, Cleveland se centró en jugar por dentro y, por fuera, Cleveland apenas lanzó de tres puntos, en comparación con el resto de la NBA. Casi todo lo fiaron a situaciones de dos para dos con Mobley o Allen, más la presencia de Donovan Mitchell o Darius Garland y con Okoro como parche defensivo… que aportó más bien poco en ataque.
Por supuesto, los Cavaliers vivieron de la inspiración de Donovan Mitchell, que completó una fantástica campaña. Los días en los que Mitchell no funcionó, a Cleveland le costó horrores sacar adelante los partidos, ya que adolecía de piezas diferentes en ataque; por esa razón se movieron en el mercado para incorporar a un triplista como Danny Green. Los Cavaliers sufren de un atasco ante equipos que limitan a sus dos torres y logran frenar a Donovan.
Cleveland necesita tiradores y jugadores capaces de generar por su propia cuenta. Un sistema que genere espacios, en el que la bola fluya con velocidad, con amenazas abiertas, para encontrar buenas situaciones de tiro, a sus pívots en ventaja o a Mitchell liberado. Y aquí (no) entra en escena Ricky Rubio.
La explosión de Donovan Mitchell: ¿listo para los ‘playoff’?
🏀 ¿En qué puede ayudar Ricky Rubio?
Ricky Rubio podría ser una solución verdaderamente interesante. Incluso desde el quinteto titular. La presencia del catalán se ha visto limitada a apenas 17 minutos en el total de la serie. Jugó seis, cinco y de nuevo seis minutos en las tres derrotas… y no se vistió de corto en la única victoria cavalier. En el complejo entramado táctico que los Knicks de Tom Thibodeau han planteado a los ‘Cavs’, la exquisita visión de juego, su clarividencia y su habilidad pasadora de Ricky ayudarían a dar fluidez a los ataques. Incluso, sin ser un triplista contrastado, la mejoría de Rubio en los últimos años ayudaría a abrir la pista más de lo que lo hace Okoro.
La presencia de Ricky y su gestión del balón también liberaría a Garland, que podría actuar como escolta y amenazaría al solo responsabilizarse de sus propios tiros y no de la interconexión del resto de piezas del equipo. Incuso podrían aprovechar la buena mano de Ricky Rubio para encontrarle liberado. Esto repercutiría en el rendimiento de Allen y Mobley y la entonces descongestionada pintura, que de nueva volvería a ser un territorio a explotar.
De la misma forma, Mitchell, desplazado al alero, podría aportar desde otro punto, más descargado de atenciones y marcajes, con más margen para sorprender y más libertad para entrar en las jugadas cuando considere conveniente. Ricky sería el grifo que regula el agua y la temperatura de la bañera de los ‘Cavs’. J. B. Bickerstaff debe cambiar y ajustar la rotación de cara a los próximos partidos… o será demasiado tarde.
