El Real Madrid de baloncesto ha comenzado la temporada como un auténtico cañón. El equipo de Chus Mateo presenta un pleno de victorias espectacular que ya alcanza las 12 consecutivas, 11 en partidos oficiales. Un baloncesto efectivo y arrollador influido por el regreso de Facundo Campazzo que ha solucionado de un golpetazo el problema que se creó tras su salida del equipo rumbo a la NBA.
Los merengues necesitaban un base que pusiera orden y dirigiera las operaciones del equipo. Sin Campazzo ya pudieron reconquistar la Euroliga, pero con él parecen imparables. En sus 11 triunfos han ganado un título (Supercopa), han derrotado dos veces al Barcelona, solo han anotado menos de 80 puntos en una ocasión (79 frente a Baskonia en Euroliga) y han alcanzado los 100 puntos en tres de ellos.
🤩 El Real Madrid rebosa confianza
Chus Mateo ha conseguido superar las críticas y los instantes difíciles en el banquillo más complicado de Europa. Aunque siempre estará en el punto de mira. De momento parece haber encajado todas las piezas. Aprovecha mejor los minutos de los veteranos y cuadra a las estrellas en la rotación para mostrar en todo momento un quinteto competitivo sobre el parqué. Utiliza a su plantilla como un todo donde cada jugador conoce su rol.
Sergio Rodríguez y Vincent Poirier son dos puntos claves de esa evolución vista en el lado par de la calle Goya. La titularidad de Campazzo ha permitido que ‘El Chacho’ quede descargado de minutos y responsabilidad. Desde el banquillo puede centrarse en exprimir sus mejores minutos de baloncesto y jugar con mucha más claridad y menos tensión. Además, forma una pareja de lujo con Poirier con el que se entiende a la perfección. El francés ha demostrado a Chus Mateo que merece más minutos y aunque estos han llegado por la infección respiratoria que sufrió Tavares, ha respondido con creces. Un finalizador exquisito en jugadas por encima del aro y que ha sacado sus garras en defensa como enseñó con sus seis tapones en el amistoso frente a Dallas Mavericks.
Poirier fue fundamental para derrotar al Barcelona en el duelo de la tercera jornada de la ACB en ambos lados de la pista y condicionó, casi tanto como hubiera hecho Tavares, el planteamiento de Roger Grimau. Sin embargo, Mateo debe darle continuidad. El retorno de Tavares, cuando el caboverdiano esté a su 100%, no puede devolverle al ostracismo. Tavares tiene que bajar su carga de minutos para poder martillear al máximo en sus momentos calientes contra los rivales de la élite de la Euroliga.
El papel de Mario Hezonja es otro que está en el límite, aunque con duelos como el de Murcia o Milan puede corregirse fácilmente. ‘Super Mario’ ha demostrado que está por la causa blanca y enamora con su compromiso al WiZink Center. Su pasado blaugrana, su infructuoso paso en la NBA y otros detalles le han permitido enamorarse del Real Madrid hasta tal punto que no parece importarle recibir el trato de estrella que siempre ha anhelado.
Chus Mateo ha cruzado varias líneas con Hezonja, hasta el punto de que el croata no sabía que es lo que el técnico le pedía. Se les ha visto en la pista en situaciones tensas, que de un modo u otro, pero siempre acompañado de un partido con minutos se ha terminado por solucionar. Mario necesita que le dejen campar a sus anchas de vez en cuando para tener motivación e involucrase en el sistema. Aunque siempre se va a dejar la piel por la camiseta.
La cosa fluye tan bien en la casa blanca que hasta Sergio ‘Clutch’ Llull parece recuperar ese punto mágico. Lo ha tenido toda la vida y nunca lo ha perdido, pese a ello si que ha estado más apagado en años anteriores y ahora parece que vuelve a tener la facilidad de sentenciar un partido cuando a él le apetezca. Todo fruto también de tener sobre si mismo el foco que ahora señala a Campazzo.
‘Rudy’ Fernández y ‘Gaby’ Deck ponen la cordura defensiva al roster, mientras que Dzanan Musa y Guerschon Yabusele interpretan ese papel de estrellas anotadoras con Fabien Causeur ayudando en ambas facetas. Un equipo completo, cerrado y con actores secundarios que están motivados para aportar cuando les toca, ya sea por su juventud (Hugo González, Eli Ndiaye o Ismaila Diagne) o porque saben que no van a volver a estar en una situación similar (Alberto Abalde). Estos factores, unidos a la unión que provocó el final del campeonato pasado con Partizan, la Euroliga y el ridículo en la final ante el Barcelona elevan al Real Madrid hasta un punto de excelencia difícil de igualar.
El propio Ettore Messina, mito de los banquillos de la Euroliga, ex del cuadro merengue y actual entrenador de Olimpia Milano lo tiene claro: «Cada uno sabe su rol, tiene un plantilla con 12 jugadores que aportan. Ahora mismo, además de su calidad, viven un momento de confianza que es un problema para el resto. No digo que vayan a ganar todos los partidos, pero tenemos que jugar antes del partido contra esa gran convicción de que se sienten favoritos y superiores y derrotarles es muy difícil», afirmó tras la paliza que el Real Madrid propinó a su equipo
Quizás ese momento de confianza en el que el equipo arrasa con todo haya llegado demasiado pronto. Esto es una realidad. Por como se estructuran las temporadas en el baloncesto puedes ganar siempre al inicio y perder en los momentos clave. Gregg Popovich, entrenador de los San Antonio Spurs de la NBA, comentaba que no es bueno ser el mejor equipo en los inicios del campeonato, sino que había que ser imparables al final. Mantener ese estado de forma durante casi 100 partidos es muy complicado y llegarán los instantes complicados, pero lo que es innegable es que el Real Madrid es actualmente el mejor equipo de Europa y que juegan con una confianza difícil de recordar.