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Las críticas al arbitraje y los insultos calientan la semifinal entre Joventut y Real Madrid

El cuarto partido de las semifinales del playoff por el título de la ACB entre el Joventut y el Real Madrid viene cargado de electricidad, y no solo por la notable igualdad que se está registrando en una serie que va 2-1 para el club blanco.

Dos son los principales factores que, aparte de esa igualdad, están contribuyendo a la tensión. En primer lugar, las críticas del equipo verdinegro a los arbitrajes registrados hasta la fecha.

Ya tras el segundo partido, Carles Durán aseguró que “hoy nos hemos frustrado mucho con el arbitraje al final, tenemos que aprender. Se ve que no merecemos el respeto que tiene el Madrid”. Una amarga queja, sin embargo, que hizo compatible con el reconocimiento de que la expulsión que Tomic sufrió en ese encuentro fue justa, pues se debió a “una antideportiva clarísima y una técnica porque protesta mal”.

Más radical fue días más tarde el base de la Penya, Andrés Feliz, después del tercer partido: “Si nos pitan las faltas a nosotros, también hay que pitárselas a ellos. Si no hay un balance, esto es una burla. Tres partidos seguidos con lo mismo, es una vergüenza”.

Bien es verdad que, para dar la razón al jugador dominicano, habría que hilar más fino en este tema que con los desnudos datos del balance estadístico, pues el número de faltas por partido que se han pitado hasta ahora por término ha sido de 22,6 contra el Joventut frente a 19,3 contra el Real Madrid. Es decir, habría que demostrar que esta diferencia, no especialmente destacable, se habría producido a pesar de que el equipo madrileño estuviera jugando mucho más duro que su rival.

Informe a la Comisión Antiviolencia

En todo caso, hay un segundo factor que ha calentado esta eliminatoria y que se produjo en el tercer envite. Tomic fue castigado nuevamente con una falta antideportiva por soltar el codo contra la cara de Yabusele y, en el rápido rifirrafe posterior, una amplio número de seguidores del Joventut empezó a gritar “¡¡asesino!! ¡¡asesino!!” al alero francés.

El club catalán mostró en seguida su “total repulsa“ por “los cánticos e insultos efectuados por una parte de la grada” y recordó que, inmediatamente después de que se produjeran, tomó medidas de forma proactiva y dio por megafonía las instrucciones oportunas para que cesaran. En efecto, así ocurrió y no se repitieron.

Además, recordando el honor y la responsabilidad que implica ser “la cuna del baloncesto” español, añadió que “este tipo de actitudes no son congruentes con los valores de la Penya, basados en un profundo respeto a los intervinientes en las competiciones deportivas, tanto a organizadores como a equipos arbitrales, rivales y aficionados, propios y del equipo contrario”; y rogó a sus aficionados que se abstuvieran “de proferir insultos a cualquier participante, ya sea oralmente o mediante pancartas”, en el siguiente partido.

No obstante, esta reacción no ha evitado que la ACB, en un breve comunicado, haya informado públicamente que va a remitir un informe sobre los incidentes a la Comisión Antiviolencia.

Su texto íntegro es este: “La ACB lamenta profundamente los cánticos que se han escuchado durante el Joventut Badalona – Real Madrid, en el que una parte de la grada local llamó «asesino, asesino» al jugador visitante Guerschon Yabusele. Dicha situación ha sido incluida por parte de los árbitros en el acta oficial del partido, dando inicio al proceso ordinario del Comité de Competición de la Federación Española de Baloncesto para las competiciones ACB. Asimismo, la ACB remitirá informe a la Comisión Antiviolencia».

El lamentable recuerdo de unos incidentes vergonzosos

Los insultos que se profirieron contra Yabusele adquieren una mayor gravedad porque tratan de revivir unos incidentes particularmente vergonzosos.

El pasado 27 de abril, durante el segundo encuentro de cuartos de final de la Euroleague que enfrentaba a los blancos contra el Partizan de Belgrado en el Wizink Center de Madrid, se produjo un enganchón entre Sergio Llull y Kevin Punter, tras una violenta falta del primero, que desató una lamentable batalla campal entre buena parte de los jugadores de ambos equipos.

Una de las acciones más llamativas la protagonizó Yabusele. El francés cogió por la espalda al jugador del equipo serbio, Dante Exum, levantándole y estrellándole contra el suelo, acción que fue calificada por algunos como “llave de prisión”.

Esta acción le costó cinco partidos de sanción, «en concordancia con el artículo 27.1 a) del Código de Disciplina de la Euroleague», por lo que Yabusele no volvió a jugar ningún encuentro más del torneo que ganó finalmente el club blanco.

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