Bianca Belair es una de las luchadoras más populares de la actualidad. Debutó como profesional en 2017 en el primer torneo Mae Young Classic. Con 35 años, su historia de superación hasta convertirse en una de las wrestlers más reconocidas del planeta le precede. Bianca fue una universitaria de éxito en atletismo, sufrió para superar sus trastornos alimenticios y pugnó por visibilizar la batalla contra el racismo hasta llegar a ser la afroamericana más exitosa de todos los tiempos dentro de la WWE.
Belair se convirtió junto a Sasha Banks, actualmente conocida como Mercedes Moné en la empresa AEW, en la primera afroamericana en protagonizar el Main Event en la Noche 1 de WrestleMania 37. Bianca alcanzó el hito como la luchadora femenina con el reinado más largo de la era moderna (420 días), además de convertirse en la afrodescendiente que más días ha portado un cinturón de la WWE, ya sea masculino o femenino. Encima, junto a Rhea Ripley, consiguieron el hito de ser la primera dupla femenina en ser portada del videojuego WWE 2K24.
«Termina tu historia»: WWE 2K24, el auténtico ‘wrestling’ llega a tu consola
🏃🏿♀️ Bianca Belair y su lucha con los trastornos alimenticios
Bianca Belair nació en Knoxville (Tennessee) y desde muy pequeña fue siempre atlética y desarrollada físicamente, mucho más que sus compañeras del colegio y del instituto. Su infancia la pasó siempre ligada al deporte, en donde destacó en muchas modalidades y aspectos diferentes.
Sin embargo, ser una chica negra y mucho más musculosa que el resto comenzó a afectarle. El deporte favorito de Bianca era el atletismo y tanto algunos entrenadores como algunos compañeros le aseguraron que debía perder peso para poder correr más rápido.
«Me obsesioné tanto que empecé a vomitar la comida. Nadie lo sabía. Mis padres ni siquiera lo sabían. Lo escondía. Estaba vomitando mi comida todo el tiempo, todas las noches, y perdí peso. Corrí más rápido. Me lesioné y al final no pude competir en mi último año de instituto, pero ya tenía mi beca, gracias a Dios», comentó Bianca en una entrevista para la propia WWE.
Bianca recibió una beca deportiva para asistir a la Universidad de Carolina del Sur y competir en la NCAA, un punto de inflexión en su carrera para intentar superar sus trastornos alimenticios. Pese a que Belair lo tenía muy claro, empezó una vida poco saludable de nuevo: «Mi entrenador era muy duro y a su vez creo que me divertí demasiado, empecé a salir de fiesta y a comer mucho y poco saludable. Mientras me exigían que volviera a conseguir resultados como en el instituto y volví a vomitar la comida y entré en depresión».
Caitlin Clark lleva la pasión por ‘March Madness’ femenino al extremo
Se transfirió a la Universidad de Texas A&M y allí encontró a un entrenador que fue clave en su recuperación. En Texas priorizaron su recuperación física y mental para dejar de lado las exigencias y los resultados. Dejó incluso de competir durante un año para finalmente transferirse a la Universidad de Tennessee y estar más cerca de casa. Allí consiguió ser nombrada All-SEC y All-American, además de ser elegida para el cuadro de honor académico de la SEC en 2011 y 2012.
Antes de aterrizar en la WWE Bianca probó suerte en el CrossFit. Intentó dedicarse a levantar pesas, aunque sus trastornos alimenticios le dejaron secuelas. Se vio obligada a abandonar su carrera en el CrossFit debido a una condritis intercostal, también conocida como síndrome de costillas móviles.
✊🏿 Superestrella de WWE y luchadora contra el racismo
Aterrizó en WWE en el año 2016 como una de las alumnas más aventajadas del Performance Center —centro de entrenamiento de la compañía—. Allí destacó rápidamente y menos de un año después debutó en el torneo para jóvenes promesas Mae Young Classic. El crecimiento de Bianca Belair fue fulgurante y en poco menos de tres años desde su debut realizó su primera aparición en televisión nada más y nada menos que en WrestleMania 36.
Bianca Belair celebra la victoria en uno de sus combates en WWE.
Subió al roster principal como integrante de la marca RAW y formó equipo junto a su esposo, el luchador Montez Ford, y Angelo Dawkins. Poco a poco Bianca conectaba más y más con el público, especialmente con el afroamericano. Su exuberancia física la llevó a convertirse en una de las luchadoras favoritas de los aficionados.
Bianca portó el campeonato femenino por 420 días, que es el récord para un luchador afroamericano dentro de WWE. También, tuvo varias de las mejores entradas en WrestleMania con sus apariciones en la edición 38 y 39, además de ser el Main Event en la edición 37, siendo el segundo combate femenino en conseguir ese hito, el primero entre dos luchadoras afrodescendientes.
Poco tardó en conquistar todos los campeonatos de la empresa y se ha convertido en la baby face de mayor reconocimiento dentro de WWE. Todos estos logros, interpretar el papel de buena, su impresionante físico y su buen trabajo en el ring no le ha evitado recibir insultos racistas en redes sociales por parte de un sector despreciable de aficionados.
Especialmente duros fueron los comentarios cuando se reveló que Bianca sería la portada del videojuego WWE 2K24. Sin embargo, todas las superestrellas que conforman el elenco de la empresa salieron en su defensa y la propia Belair tiene muy claro a quién representa dentro de la industria: «Tengo muy claro que cuando me subo a un cuadrilátero represento a toda la comunidad afroamericana. Por eso, tuve que enfrentarme a los guionistas de la compañía en mis inicios para evitar que usaran frases en mi personaje que implicaban una carga racial para mi gente«.
En WrestleMania XL, Bianca, formará equipo junto a Naomi y Jade Cargill, dos de las luchadoras afroamericanas más importantes para visibilizar la lucha contra el racismo y se enfrentará a Damage CNTRL en un combate de tercias. La carrera de Bianca Belair ya es espectacular, pero su futuro pinta más brillante si cabe.
