Aunque se han hecho avances en el deporte femenino, como la profesionalización de la liga en España o en los derechos sobre la maternidad, aún queda mucho por hacer. Por ejemplo, en el atletismo, Lauren Fleshman, excampeona de Estados Unidos de 5.000 m, ha alzado la voz contra la industria.
⚠️ Ser mujer es diferente, no peor
Lauren Fleshman defiende que si los hombres tuvieran las necesidades biológicas femeninas, como la menstruación u otros cambios hormonales, elementos básicos como los sujetadores formarían parte del uniforme habitual de los deportistas, algo no ocurre.
La estadounidense ha querido transmitir sus ideas a través de un libro donde hace crítica del sistema deportivo actual, que considera que «traiciona al cuerpo de la mujer». Sin pelos en la lengua, Flesham habla en Good for a Girl: A Woman Running in a Man’s World de la influencia de la pubertad en las atletas jóvenes, entre otras cosas, en una obra que define como «sus memorias».
Desde el prisma de una mujer que ha competido al más alto nivel deportivo, Fleshman tiene claro que las diferencias entre hombres y mujeres existen a nivel físico. Por eso el trato en ciertos aspectos no debe ser el mismo: «Tras la adolescencia las mujeres en el deporte tienen experiencias distintas con sus cuerpos, pero las hemos tratado como si fueran hombres. Así es como se ve la igualdad».
«Tenemos que comenzar a ser valientes para apoyarnos en las diferencias que tenemos y decidir colectivamente que las mujeres merecen prosperar en el deporte», reflexiona Fleshman. Declaraciones que a priori pueden resultar polémicas dentro del debate de la igualdad. Sin embargo, sus ideas se centran en las distinciones de trato por cuestiones físicas, no sociales. Ahí está la fina línea entre la verdadera igualdad o no.
🏃♀️ La carrera interminable de Lauren Fleshman
La trayectoria profesional de Lauren Fleshman ha estado marcada por éxitos deportivos, así como por obstáculos en el camino. A sus 42 años, la atleta hace un recorrido sobre su lucha desde joven para encontrar una primera oportunidad de competir en los Juegos Olímpicos.
Lauren habla de los problemas de autoestima y mala relación con la comida como asuntos con los que viven a diario las mujeres deportistas debido a la presión por tener cuerpos ideales: «Suponemos que las mejores atletas femeninas deberían imitar lo que hacen los hombres. Ahora sabemos lo dañino que es. Las herramientas que hemos usado para medir los cuerpos masculinos simplemente no son aplicables a las mujeres».
Lauren Fleshman, atleta estadounidense internacional. (Getty Images)
Sin embargo, la importancia de una buena imagen va más allá. Las marcas buscan deportistas que tengan un nombre reconocible y además entren en los cánones. Lauren lo ha vivido desde dentro. Fleshman fue imagen de Nike durante muchos años. Le llegaron a ofrecer 60.000 dólares anuales, con cláusulas que requerían su presencia en la selección y títulos nacionales, así como clasificaciones mundiales.
En definitiva, Lauren Fleshman es una voz más de las mujeres deportistas que abogan por una mayor igualdad en el deporte en todos los ámbitos, sin dejar de tener en cuenta las diferencias físicas que hay entre hombres y mujeres: «Para llegar al último paso en la igualdad tenemos que apoyarnos en nuestras diferencias y reconocer que necesitamos algo diferente».
