Los atletas españoles María Pérez y Álvaro Martín han hecho historia en los Mundiales de Atletismo de Budapest al conquistar todas las pruebas posibles en la modalidad de marcha. Tras ganar los 20 kilómetros en su debut, también se han impuesto en los 35. Un hito histórico para el atletismo español y que se convierte en el mejor preámbulo de cara a los Juegos Olímpicos de París 2024, donde la modalidad se disputaría en una prueba maratón mixta de relevos.
🥇 Un oro más psicológico que físico
La mentalidad es un arma imparable en una prueba tan exigente como la marcha. Esta modalidad requiere de un gran esfuerzo y concentración. El atleta intenta caminar lo más rápido posible (marchar) sin llegar a correr. El límite entre la marcha y la carrera se establece en el momento en que el atleta pierde contacto con el suelo de manera visible. Nunca se pueden despegar ambos pies del suelo al mismo tiempo.
Tras su triunfo en los 20 km marcha cinco días antes, Álvaro Martín afrontó los 35, una prueba todavía más exigente. El español controló a sus rivales en un inicio con varios escapados y pudo embestir en los últimos metros para superar al colombiano Daniel Pintado y acabar la carrera en un tiempo de 2:24:30, récord de España y novena mejor marca de la historia.
Una victoria con más corazón que físico: «Era una cuestión más psicológica de aguantar a muerte. Si teníamos que llegar a meta en ambulancia, pues en ambulancia y que nos recojan. En el último ataque estaba muerto», reconocía Álvaro Martín tras finalizar la carrera.
😎 Un lapsus que también sabe a oro
En la prueba femenina, María Pérez ha sido la gran dominadora. Casi de principio a fin. Solo la peruana García León intentó seguir el ritmo endiablado de la granadina. Una ventaja que le pudo costar cara, ya que empezó a festejar antes de tiempo y cuando aún le faltaba una vuelta por completar. Una vez avisada por los representantes de la federación española, con la leyenda Jesús García Bragado en la cabeza, la española pasó el trámite y logró el triunfo. Al llegar a meta se abrazó con Álvaro, dejando una fotografía que ya es historia del atletismo español.
«En la vuelta anterior han tocado la campana cuando cruzaba la línea de meta y como hay tanta gente no sabía para quién era. Ha sido un sueño hecho realidad por dos. El sufrimiento, todas las personas que me han apoyado… solo tengo palabras de agradecimiento. Todo el trabajo tiene su recompensa», contaba María, al borde de las lágrimas, una vez concluida la prueba.
Tras los tres cuartos puestos de los pasados Juegos Olímpicos de Tokio 2020, España ve recompensado el trabajo en la marcha con estos dos oros y apunta a lo más alto en las próximas pruebas de la modalidad, sobre todo con la mirada puesta en los Juegos Olímpicos de París 2024.
