Fue Pep Guardiola quien dijo en la primavera de 2023 que el Brighton era el mejor equipo del mundo construyendo desde atrás. Se refería a su salida de balón, una de las obsesiones de Pep y de Roberto De Zerbi, actual entrenador de las gaviotas y uno de sus discípulos. Aunque, a decir verdad, esa misma frase es aplicable a la dirección deportiva de un club que, obligado a vender año tras año a varios de sus jugadores insignia, se reinventa como pocos.
🏡 ¿Quiénes son los arquitectos del Brighton?
Algo muy meritorio si se tiene en cuenta que sus competidores en la Premier League le han birlado hasta a Dan Ashworth, el director deportivo del Brighton entre 2019 y 2022, periodo en el que se asentó en la máxima categoría del fútbol inglés. Su sucesor es David Weir, exjugador de Everton o Rangers, que tuvo tiempo de aprender del ahora empleado del Newcastle porque ambos llegaron a Brighton casi a la par.
Sin embargo, el hecho de ver como no han cambiado casi el modus operandi que les ha traído hasta aquí, nos lleva a pensar que hay otras mentes privilegiadas en esas oficinas. El más visible actualmente, dentro de que son trabajadores en la sombra, es Sam Jewell, su director de scouting, cuya mano derecha es Pablo Ibáñez, el exfutbolista del Atlético de Madrid o Albacete, que sumó 23 internacionalidades con la Selección absoluta de España. En todo caso, Jewell tampoco puede ser el único cerebro, ya que apenas lleva un año como mandamás del apartado deportivo en los despachos. Es evidente que debe haber varios artífices en el éxito del Brighton.
🧐 Brillante scouting en la liga de los talonarios
Con la 2022/2023 tocando su fin, el Brighton anunció el fichaje de João Pedro, el atacante de 21 años del Watford, por una cantidad que supera los 30 millones de euros. Se convertirá, por tanto, en el fichaje más caro de su historia, por delante de los 23 que pagó por Enock Mwepu, el centrocampista zambiano que se vio obligado a retirarse por problemas cardiacos. Fuera de las canchas, pero no del fútbol ni del Brighton, porque le dieron un cargo de scout, precisamente.
En la Premier League, estas cifras sitúan al Brighton como uno de los equipos que menos cantidad de dinero invierten en confeccionar su plantilla. Y eso que también cuentan con un multimillonario propietario y presidente como Tony Bloom, también al frente del Union Saint-Gilloise belga que tanto ha crecido desde su llegada. En Brighton, sin embargo, el reputado empresario que juntó una fortuna como jugador de póquer, aterrizó hace ya 14 años. La fórmula de fichajes, en todo caso, la delega en sus trabajadores de más confianza, porque rara vez apuestan por jugadores mediáticos. El caso de Lallana, por ejemplo, es excepcional.
Lo suyo ya hemos dicho que es construir desde atrás. Apostar por la juventud, por talentos de nacionalidades recónditas como Japón, Irán o Zambia; y, ante todo, por el mercado sudamericano. Ecuador, Argentina, Paraguay… Ahí está el presente y futuro del equipo que ya recoge frutos con Moisés Caicedo, Facundo Bounanotte, Alexis Mac Allister o Julio Enciso. A la espera de que, como de costumbre, estos sigan los pasos de Bissouma, Maupay, Dan Burn, Ben White o Trossard, y abandonen la entidad. No sin antes dejar una plusvalía económica importante que le permita sanear las arcas y asegurarse el futuro.
🥳 No Potter, but don’t stop the party
Otro apartado en el que no se equivocaron es en la elección del entrenador. Desde los tiempos de Graham Potter, que fue una pedrada porque le llamaron después de solo una temporada en media tabla de Championship con el Swansea y de, eso sí, ascender al Östersunds desde la tercera división sueca hasta asentarlo en primera.
Sin él, el elegido fue Roberto De Zerbi, que si bien era considerado como uno de los estrategas más frescos del fútbol italiano por su labor en el Sassuolo, tampoco contaba con experiencia en niveles superiores a ese cargo o al de entrenador del Shakhtar Donetsk ucraniano, antes de que estallase el conflicto bélico con Rusia.
Estas son las claves del Brighton, un proyecto edificado a contracorriente con los modelos predominantes en la Premier League. Bueno, bonito y barato. Con mucho trabajo implícito en los despachos, para que todo fluya sobre el césped del Amex Stadium, al gusto de los sibaritas del balompié.