El 2024 ya ha visto pasar su primer trimestre. Este, dentro del calendario futbolero, es clave. Es el momento en el que se empieza a decidir todo, cuando las dudas florecen y toca coger fuerzas de cara al final. Lo normal es que, en este punto, haya cierto vértigo. Sin embargo, para el Arsenal, ha sido un bálsamo. Promedian, en ese mismo plazo, 0,31 expected goals (xG) por partido. Mikel Arteta, desde que comenzó el año, ha logrado edificar una muralla sobre la que giran sus esperanzas de tocar metal. Y lo ha conseguido mirando hacia la portería contraria y no a la suya.
🧱 Nadie defiende mejor que el Arsenal en 2024
Si se desglosa el dato de sus xG por partido en la Premier League durante 2024, el total asciende hasta los 4,98. Es decir, deberían haber recibido 5 goles en función de la calidad de las ocasiones de sus rivales. Curiosamente, es exactamente el número de tantos que han concedido. Por poner en contexto estas cifras, el Liverpool ha registrado 13,56 xG en contra, y el Manchester City recibió 12,28 xG; y han encajado 14 y 10, respectivamente. Nadie reduce más los riesgos en defensa que el Arsenal en este primer trimestre de 2024.
Para conseguirlo, Mikel Arteta ha apostado por maximizar su apuesta por el control y el fútbol ofensivo. Viven en campo contrario para no sufrir en el propio. Si se atiende los perfiles que tienen los gunners en nómina, es lógico. Encabezados por un Martin Ødegaard en su versión más mandona, son futbolistas que disfrutan más de la posesión que del vértigo. Más aún, claro está, si no hay un perfil de ‘9’ goleador que les dé garantías en un intercambio de golpes. El libreto del Arsenal se basa en la gestión del balón que lo tienen y en estar bien cubiertos de cara a una pérdida de la posesión. Cuando sucede, el equipo cambia el chip. Dejan la música clásica a un lado para coger la guitarra eléctrica y asfixiar a su rival con la presión. Una vez que recuperan, todo vuelve a la normalidad.
La clave de la fortaleza de su fútbol control no reside en sus magníficos pasadores, y tampoco está en su correcta disposición táctica. Todo gira en torno al compromiso del equipo en su totalidad. Ya sea por medio de un David Raya que debe estar atento para salir del área o por el compromiso de sus atacantes, no hay ningún futbolista que carezca de importancia dentro del esquema. Con ver que Bukayo Saka es el segundo jugador del equipo que más tackles intenta (solo le supera Declan Rice, que es un especialista), sobran las palabras. Todos suman para que el equipo gane en fiabilidad y esconda sus defectos.
⚔️ ¿Será suficiente en Europa y en Inglaterra?
Esta obsesión por el control viene heredada del año pasado. Después de quedarse a las puertas de ganar la Premier League en una temporada para el recuerdo, el final de 2023 empujó a Arteta a refinar su idea. Su equipo vivía atascado de cara a puerta, lo que provocaba que cada gol en contra pesase más. Como no iban a poder fichar a un animal de área en invierno, el técnico vasco centró sus esfuerzos en controlar los partidos y apretar al rival. Así, se colocarían más cerca del gol que les faltaba y alejarían a sus rivales del mismo. Poco a poco, han frenado la sangría atrás y la puntería ha regresado. No por nada van líderes de la Premier por su gran diferencia de goles. La gran pregunta es si, realmente, su devoción por controlar el juego sobrevivirá al final de temporada.
Para responder a la cuestión, el duelo en Champions ante el Bayern es vital. Por muy mal que estén los alemanes, sus enfrentamientos en los últimos años han servido como la prueba del algodón para las aspiraciones del Arsenal. Siempre han salido trasquilados de estos duelos directos, lo que deja la mosca detrás de la oreja por lo que pueda pasar. Y, además, es imposible fiarse de clubes como el Bayern de Múnich cuando están tocados. Es el momento en el que son más peligrosos, como si fuese la fase final de un jefe final en un videojuego. Si consiguen pasar esta pantalla, darán un golpe en la mesa que resonará hasta en la Premier League más disputada de la historia. No hay mejor forma de reafirmar una vez más que van a por todas con su estilo ofensivamente defensivo.