El Barcelona dijo adiós al sueño de conquistar la sexta Champions League de su historia, después de desplomarse ante el PSG en una noche frenética en Montjuic (1-4). Xavi dispuso un once muy reconocible, un 1-4-3-3 con sus piezas más codiciadas. Marc-André ter Stegen en portería, Jules Koundé en el lateral derecho, Ronald Araújo, que acabó expulsado —como Xavi— y Pau Cubarsí como centrales, João Cancelo en el lateral izquierdo; Frenkie de Jong en el pivote, con Pedri y un desaparecido İlkay Gündoğan como interiores, Raphinha en banda izquierda, Lamine Yamal en derecha y Robert Lewandowski en punta de ataque.
El PSG de Luis Enrique apretó muchísimo en el inicio de ambas mitades, pues venía con la desventaja del 2-3 recibido en la ida en Francia. La expulsión de Ronald Araujo, Vitinha en modo supersaiyan y Ousmane Dembélé, objeto de insultos constantes tras su gol de la ida, celebrado con rabia, dinamitaron una eliminatoria que Kylian Mbappé terminó de sentenciar con un doblete, pese a que no fueron, ni mucho menos, los minutos más brillantes del ariete francés.
🌟 Las noches de Champions son impredecibles
No por nada la Champions League es una de las mejores competiciones del planeta. El Barcelona venía de jugar el mejor partido de la era Xavi en París, donde consiguió una ventaja por la mínima (2-3). En el Parque de los Príncipes, los azulgranas pasaron por unos malos minutos cuando el PSG igualó el partido, pero los de Xavi hicieron valer su superioridad y se llevaron la victoria gracias al doblete de Raphinha y el buen hacer de Lewandowski.
Para la vuelta, el Barça tenía que resistir y aguantar la ventaja ante su gente y además con Pedri, que en París fue suplente, y con Frenkie de Jong, que volvía al equipo. Un escenario inmejorable para los azulgranas, que cualquiera habría firmado y que, sin embargo, puede quedar en nada en Champions. Por eso es tan grandiosa.
El equipo de Luis Enrique, que también dispuso un 1-4-3-3 con dos extremos muy abiertos —Bradley Barcola en izquierda y Ousmane Dembélé en la derecha—. Además, Kylian Mbappé y Fabián Ruíz se dejaban caer por banda izquierda para, junto a Barcola, crear superioridad contra Koundé y Araújo. Con estas armas y un Vitinha que fue de lo mejor de los franceses en la eliminatoria, el PSG sometió al Barcelona durante los primeros diez minutos. El Barça, pese a estar bien plantado atrás, no era capaz de trenzar tres pases seguidos.
El giro volvió a ser inmediato, en una primera mitad de película y digna de las mejores noches de Champions. En la primera jugada en la que los blaugranas pudieron respirar con el balón, aprovecharon la calidad de Pedri y la velocidad y magia de Lamine Yamal para abrir el marcador. Lamine superó a Nuno Mendes, ganó línea de fondo y dejó, con mucho mimo en el exterior de su bota izquierda un balón perfecto para que un Raphinha en estado de gracia batiera a Donnarumma (1-0).
El Barcelona se adelantó gracias a un gol de Raphinha.
A partir de ahí llegaron los mejores momentos del equipo de Xavi en el encuentro. Más control que no se tradujo en goles, y eso que Robert Lewandowski tuvo una ocasión clarísima para poner el 2-0 que lanzó por encima del travesaño. El PSG volvió a crecer basándose en su presión alta, con la que Vitinha, quién si no, recuperó un balón para lanzar a Barcola a la carrera contra un Araújo descolocado que terminó por derribarle y expulsado por roja directa. El uruguayo era el último hombre, Cubarsí no hubiera llegado. Expulsión justa.
Con uno menos, Xavi se decidió por retirar a Lamine Yamal del campo para que Iñigo Martínez ocupara junto a Cubarsí el eje de la zaga. Los pupilos de Luis Enrique apretaron y tuvieron premio. El escurridizo Vitinha y la velocidad de Barcola cocinaron una buena pared por izquierda que terminó con un centro raso, que nadie acertó a despejar, y que Dembélé sí pudo rematar para batir a Ter Stegen (1-1).
💥 El Barça se diluye y Xavi explota
Noche de Champions; noche sin tregua. Si en la primera mitad sucedió de todo, la segunda no fue una excepción. El Barcelona aguantaba con 10, pues el 1-1 valía para pasar a semifinales. Pero el PSG salió a por todas y asfixió de nuevo a los blaugranas tras la reanudación. El segundo gol de los parisinos llegó a balón parado. Todo el Barça se despistó en un córner que sacó en corto el equipo de Luis Enrique, que terminó en la botas de Vitinha, de nuevo, para fusilar desde fuera del área y superar a Ter Stegen (1-2). Nadie del Barcelona salió a tapar el disparo en la frontal del área.
El tercer tanto francés no tardó en llegar. Aunque antes, lo que llegó fue la expulsión, otra más, de Xavi Hernández. El técnico catalán propinó una increíble patada a una de las cámaras que se situaba entre la zona de entrenadores de Montjuic. Y acabó en la grada por conducta antideportiva.
Tras ello, Ousmane Dembélé prolongó su cruzada contra su exequipo para pisar el área y recibir un claro penalti de Cancelo, que se llevó por delante al extremo francés. ‘El Mosquito’ provocó el penalti y Mbappé definió con un disparo a la escuadra del palo derecho de Ter Stegen (1-3). Este gol eliminaba al Barça de la Champions y extendía así a siete los años de ausencia en semifinales.
Xavi y Araújo no fueron los únicos expulsados, también se marchó del terreno de juego José Ramón de la Fuente, entrenador de porteros azulgrana. Pedri, muy cansado, solo pudo aguantar 62 minutos sobre el césped y desde el banquillo entró Ferran Torres. Luis Enrique también movió ficha con Kang-in Lee, Marco Asensio, titulares en la ida; y Manuel Ugarte, que sustituyeron a Zaire-Emery, algo desaparecido, Fabián y Barcola. En el Barça también entraron Fermín, por un renqueante De Jong; y João Félix por Cancelo, ya sin tiempo para influir en el destino de la eliminatoria.
El Barça no desistió de intentarlo hasta el final. Lewandowski tuvo las suyas, así como Ferran y Raphinha, pero o no acertaron o se encontraron con un buen Donnarumma, que se quitó la espina tras las críticas de la ida. Con el Barcelona muy volcado en la búsqueda del empate, Kylian Mbappé certificó la eliminatoria. Ya es el noveno máximo goleador de la historia de la Champions, con 48 goles en 71 partidos. Otra temporada de más de 40 goles. Las cosas de Kylian. Y las cosas del Barça, que temporada a temporada hacen de la extrañeza la rutina.
