⚽ Champions League

Demasiado Inter para tan poco Milan

El cuadro nerazzuri se llevó (0-2) el tercer de los cuatro Derby’s Della Madonnina que se han jugado esta 2022/2023. Lo hizo en condición de visitante, gracias a un sobresaliente primer tiempo en el que se adelantó por medio de Edin Džeko en el minuto 7. Henrikh Mkhitaryan aumentó la renta en el 12 e, incluso, el Inter estuvo cerca de poner más tierra de por medio en ese tramo de encuentro. El palo de Hakan Çalhanoğlu en el 15, la parada de Maignan al propio Mkhitaryan en la acción posterior o el penalti de Kjær a Lautaro que no se señaló por la intervención del VAR, dejaron con vida al Milan.

Reaccionaron los de Pioli y cortaron la sangría tras el descanso, aunque la más clara, junto al poste que privó a Tonali de marcar el 1-2, la volvió a salvar el meta francés, en un mano a mano de Džeko. Sin Rafael Leão, que ni siquiera entró en la convocatoria, hubo que esperar hasta el descuento para ver el primer tiro a puerta del Milan.

🌪️ Vendaval nerazzuro en el primer acto

El partido cerrado que muchos esperaban apenas duró cinco minutos y, como si se hubieran tomado una poción mágica, los jugadores del Inter firmaron una media hora apoteósica en San Siro. Basada en ataques directos, sin riesgo alguno en la salida de balón en corto y con un imponente Edin Džeko en los duelos. También Lautaro, astuto como de costumbre, supo gestionar ese tipo de ataques. Voló a su antojo por el flanco izquierdo Federico Dimarco, que le ganó claramente la partida a Calabria. De héroe contra el Napoli, a villano frente al Inter. El capitán rossonero, además, se distrajo en exceso en el córner lanzado por Çalhanoğlu en el 0-1.


El Milan encajó más goles (2) en el primer cuarto de hora de esta ida de semifinales que en sus últimos seis encuentros de Champions (1).


Pudo ser mayor el castigo, incluso. Los de Poli dieron la sensación de estar fuera del partido hasta el minuto 35. Hubo una diferencia abismal también en la capacidad para ganar balones divididos en la medular. En un duelo de mucha fricción, al límite del reglamento, Barella, Mkhitaryan y el propio Çalhanoğlu brillaron en labores de recuperación y en las salidas con verticalidad que imprimieron a cada ataque los dirigidos por Simone Inzaghi. Tuvieron demasiado espacio para pensar y ejecutar.

Por si fuera poco, el hecho de acabar tantas jugadas le dio alas al Inter. Ni siquiera pudo descansar el Milan con balón, sin que Giroud pudiese retener los envíos largos provocados por el bloque alto bien perpetrado de los visitantes. El Inter vigiló de forma individual a cada jugador rival, con Dumfries y Dimarco yendo lejos para emparejarse con Theo Hernández y Calabria.

😮‍💨 El Milan sobrevivió

El colmo para los rossoneri fue la lesión de Ismaël Bennacer en el minuto 17, lo que provocó un cambio de fichas. Brahim Díaz abandonó la banda derecha para jugar en el lugar del argelino en la mediapunta, para dar entrada a Junior Messias como extremo. El español, con su flexibilidad corporal por delante de la línea de la pelota y sus descensos a la base de la jugada, fue de lo más rescatable del Milan, junto a un Sandro Tonali irreverente en las conducciones. También le sentó bien el ingreso de Origi en la izquierda, que agitó más que Saelemaekers con sus serpenteos, en una demarcación poco frecuentada por él.

😌 El Inter supo gestionar el partido

Los de Inzaghi pueden arrepentirse de no haber aumentado la brecha. No tanto de cómo jugó la segunda mitad, porque, por mucho que cediese más fácilmente la iniciativa y que viviese más tiempo lejos de Maignan, siguió amenazando con sus balones en largo. Le sentó bien la entrada de Lukaku, otro delantero que tienen enchufado en este tramo de curso. Al igual que el ingreso de Marcelo Brozović, puro criterio para tener más y mejor el balón.

Milan e Inter: las claves de su reencuentro en Champions

Bastoni descuidó su espalda y le brindó una de las más claras a Messias. Sin embargo, aderezó su buen partido con esas conducciones eternas en vertical, marca de la casa. Clave para rajar la presión alta del Milan. Sin ir más lejos, una de ellas dejó mano a mano al delantero bosnio, que le perdonó la vida a un Milan que tendrá que remontar si quiere estar en la final de Estambul y mantener su invicto en eliminatorias de Champions, tras los precedentes de 2003 y 2005. La vuelta, en seis días. Con mismo escenario, pero distinto nombre.

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