El ataque líquido y asociativo contra la solidez defensiva. El ida y vuelta frente al control. El fútbol abierto contra el cerrado. Esta final de la Copa Libertadores que disputarán Fluminense y Boca Juniors se recordará por muchas cosas: por lo inesperado de ver en la última instancia a dos equipos que no han cuajado una buena temporada en liga, por la contraposición estilística, porque gane quien gane será histórico en cuanto palmarés, porque los argentinos llegan tras empatar todos los partidos de eliminatorias y ganar tres tandas de penaltis, o por jugarse en el Maracaná, casa del cuadro brasileño.
Es una de las finales más igualadas que se recuerdan; y corre el riesgo de verse empañada por los altercados en la previa del encuentro más importante del año en Sudamérica en el ámbito de clubes.
🔴🟢 Una segunda oportunidad para Fluminense
La Copa Libertadores es un sueño que Fluminense persigue desde tiempos pretéritos, acentuado por la derrota tan cruel que asoló al cuadro de Río de Janeiro. Así lo relata Lucas Duque, periodista residente en la ciudad carioca:
«Este partido será un ajuste de cuentas para el ‘Flu’, que hace 15 años llegó a su primera final de Libertadores, tras superar un camino épico: remontada con un gol en el último minuto en cuartos contra el todopoderoso São Paulo y victoria contundente en semifinales contra el mítico Boca Juniors».
En la final también hubo un ensayo de remontada, después de perder 4-2 en la altura de Quito contra la LDU, pero Fluminense finalmente murió en la orilla. «En la vuelta, Thiago Neves, la estrella de aquel equipo, marcó un triplete que no fue suficiente para alargar una de las fiestas más bonitas de la historia del recinto más mítico de Brasil. El criterio del gol fuera de casa no se aplicó en la final. Si no, el Fluminense se habría proclamado campeón, pero todo se decidió en los penaltis y ahí el guardameta José Francisco Cevallos se convirtió en leyenda de la LDU», que ganaba el primer título de Copa Libertadores para un equipo ecuatoriano.
🤵 Fernando Diniz al rescate
El seleccionador interino de Brasil, que dirige a la ‘Canarinha‘ a la vez que al Fluminense, llegó al club en 2019, en tiempos convulsos en del Maracaná. «Diniz personifica el cambio que tanto ha tardado en producir el fútbol brasileño, reconocido internacionalmente por su belleza y su vocación ofensiva, pero dominado por entrenadores conservadores y defensivos en la última década. Su aparición fue un shock por salir tocando desde atrás, presionar al rival, cambiar la posición de los jugadores a lo largo del partido, por su ambición…», explica.
«Fue muy valorado por la afición, pero lo cesaron por los malos resultados. Luego, pasó por varios clubes como São Paulo, Santos o Vasco da Gama, hasta que pidió volver. Más maduro y con una plantilla mejor, su llegada fue todo un éxito y se convirtió en el mejor entrenador brasileño en activo», agrega Lucas.
Fernando Diniz es un entrenador ciertamente revolucionario. «Sorprendió al país cuando situó a Paulo Henrique Ganso el en doble pivote de un 1-4-2-4. Ahora tiene un 1-4-2-3-1 muy bien engrasado, con la magia de Ganso en la mediapunta, Fabio bajo palos, que es uno de los mejores porteros del continente por mucho que tenga 43 años, Nino como un central rápido y exuberante que le permite jugar con la línea alta, la jerarquía de Felipe Melo, el regate y la velocidad de Keno y Arias en las bandas, André es el mejor pivote del fútbol brasileño desde hace al menos dos años…», sostiene Lucas, quien considera ligeramente favorito a Fluminense.
Marcelo, el último ilustre veterano en recalar en el Brasileirão
La joya de la corona está arriba, con el delantero que va camino de ser el máximo goleador y MVP de esta edición de la Copa Libertadores. «Germán Cano aporta los goles siempre, lleva 80 en 123 partidos con el Flu. Eso, por no hablar de que Xavier y Marcelo son dos laterales constructores vitales para entender el estilo del técnico», concluye Duque, para resaltar la importancia de la leyenda blanca, camino de sus 36 años y de su sexta Champions, si sumamos esta, con el equipo en el que creció, a las cinco logradas con el Real Madrid.
🔵🟡 Boca Juniors, a por su séptima Libertadores
Para conocer de primera mano cuáles son las vibras del cuadro xeneize, hablamos con Juan Pablo Gatti, periodista argentino que cubre la actualidad de Boca Juniors. Nos confiesa que esta final es mucho más especial de lo que muchos creemos en Europa: «Esto que se está viviendo ahora no se vio ni en 2012 contra el Corinthians, ni mucho menos en 2018 contra River Plate. Se ha despertado una pasión en torno a los aficionados de Boca Juniors comparable a la de los argentinos con el Mundial. La cantidad de hinchas que han viajado a Brasil es una bestialidad, conscientes de que se juegan ser los máximos ganadores de la historia de la competición junto con Independiente de Avellaneda«.
Boca Juniors ha jugado once finales de Copa Libertadores, de las cuales ganó seis y perdió cinco. La última, en 2018 ante River Plate, con derrota en el partido que se tuvo que trasladar al Santiago Bernabéu por la agresión al autobús de Boca en su llegada al Monumental.
Tal vez suponga una motivación extra. pero también puede que sea un hándicap: «Hay que ver cómo gestiona Boca la presión, ante un equipo que nunca conquistó el torneo, después de no levantarla ellos desde 2007 y con la oportunidad de ganar su séptima Copa Libertadores. Yo creo que para los jugadores es un incentivo, por eso han rendido mucho mejor a nivel de juego que en los torneos locales. Si me tengo que mojar, doy un 51-49% a favor de Boca».
🧱 En Buenos Aires quieren partido largo
Para Juan Pablo, «es un enfrentamiento entre la mejor delantera y la mejor defensa. Si bien Fluminense tiene un muy buen ataque, Boca no suele mostrar tanta fluidez, pero ha sido increíble cómo se desenvolvió atrás. Estar aquí no solo es mérito del ‘Chiquito’ Romero y los penales, también de todo un bloque. Por lo general, diría que ningún equipo fue superior a Boca desde octavos. El Palmeiras en la vuelta de semifinales empezó a superarlo justo después de la expulsión de Marcos Rojo, que será una baja importante para la final».
«Fluminense no tiene la solidez de Boca, ni tampoco una figura como la de Cavani, que le está aportando mucho al juego y que tiene la experiencia para darte un plus en este tipo de partidos», apunta Gatti. Jorge Almirón deberá agarrarse a la puntualidad de Edinson y Merentiel en ataque o al don del antiguo portero del Manchester United para haberse convertido en el portero más decisivo del torneo, incluso por encima de Sergio Rochet (Inter de Porto Alegre). Aunque tampoco se debe obviar el talento de Valentín ‘Colo’ Barco, polivalente y creativo como pocos jugadores en Sudamérica, que ya despierta el interés de varios gigantes que no se perderán este duelo desde el otro lado del charco.
