A sus 23 años, Moussa Diaby está firmando su mejor temporada como profesional, en su cuarto año el Bayer Leverkusen. Pilar indiscutible en el equipo de las aspirinas, a quien Xabi Alonso ha dotado de más galones aún y ha tratado de potenciar en su pizarra, pero que ya desde antes de su llegada se convirtió en uno de los estandartes del cuadro del oeste de Renania del Norte-Westfalia.
Los 15 millones que pagaron por él están más que amortizados y el precio por el que podría abandonar Leverkusen este verano, pese a que aún le restan dos años de contrato, extrañaría que no incrementase hasta mínimo el triple de lo que costó. En más de una ocasión, su nombre se ha vinculado con el Real Madrid, aunque seguro que tampoco le faltan novias en los equipos punteros de la Bundesliga.
🗼 Otro canterano desechado por el PSG
Al igual que Christopher Nkunku o Kinglsey Coman, Moussa Diaby abandonó el PSG al cumplir su mayoría de edad, sin demasiado recorrido en el primer equipo. Llegó al gigante parisino a los 14 años, después de dar sus primeros pasos en las inferiores del Espérance Paris 19ème desde los 10. Y, aunque llegó a defender la elástica del PSG en 34 ocasiones, todas ellas a las órdenes de Thomas Tuchel, su verdadero crecimiento se dio al aterrizar en el BayArena.
😮 El Bukayo Saka de Alemania
Uno de los motivos que probablemente incitasen a Fernando Carro y la dirección deportiva del Bayer Leverkusen a apostar por él, fue su polivalencia. Ante la dificultad de asentarse en el primer equipo del PSG y la flexibilidad táctica que acostumbra a otorgar Tuchel a sus pupilos, Moussa Diaby se adaptó a las necesidades y comenzó su carrera como extremo o centrocampista por ambos costados, sumó alguna que otra presencia por dentro e, incluso, varios partidos como carrilero izquierdo. Por aquel entonces, con Kurzawa y Bernat como laterales en ese flanco, se postuló como el proyecto de la casa llamado a relevarles en dicha demarcación.
Sin embargo, la obsesión por el cortoplacismo del PSG le llevo a abandonar el Parc des Princes y, en el Bayer Leverkusen, se terminó por asentar como extremo diestro. Pasó de ser un recuso válido para múltiples demarcaciones a discurso como atacante a pierna cambiada. Recorrido bastante similar al de la estrella del Arsenal, dentro de que este es dos años más joven y de las diferencias en la pizarra de dos técnicos como Arteta y Xabi Alonso, que se conocen bastante bien.
Moussa Diaby representa ese perfil de extremo que debes paladear con calma, porque sus highlights no hacen justicia al jugador que es. Mejor por persistencia y capacidad para aparecer en momentos importantes que por la elegancia es sus gestos. Muy explosivo al espacio, en todo caso, y con recursos para generar ventajas en situaciones de uno contra uno, por mucho que no sea su fuerte producir al pie. Su conducción, visión de juego, calidad pasadora y sacrificio defensivo le convierten en un atacante bastante completo. Con la asignatura pendiente de ser más regular en cuanto a cifras; que, más que pocas, el problema está en que tiene demasiados altibajos a lo largo de la temporada.
👬 Diaby y Frimpong: una dupla de ensueño
Explotó con Seoane en cuanto a liderazgo y cifras de goles y asistencias, y ha terminado por consagrarse en con el tolosarra como entrenador y con Jeremie Frimpong como amigo del alma. Juntos, desde 2021, conforman una sociedad telepática, con más peligro que una caja de bombas por lo rápido que transitan y combinan a pocos toques y máxima velocidad. O por lo bien que alternan distintos carriles como extremo y carrilero de mucha llegada al área rival, respectivamente.
Es la pareja de moda en la Bundesliga. Recuerda un poco a la sociedad que formaron desde el pasado curso Theo Hernández y Rafael Leão en el Milan o a la de los García en el Rayo Vallecano. Ellos son los principales culpables de que el dibujo más utilizado por el técnico vasco sea el de tres centrales, carrileros y dos extremos o mediapuntas. Xabi Alonso les montó un parque de atracciones nada más llegar.
🇫🇷 Aún busca asentarse con Francia
El paso al frente definitivo de Moussa Diaby, que le puede catapultar a un aspirante a levantar la Champions, podría llegar en el momento que se asentase como un fijo en la selección francesa. ¿El hándicap? La competencia bestial que impera en el combinado de Didier Deschamps. La presencia de Mbappé y de Griezmann como centrocampista de vocación más ofensiva, provoca que solo haya dos vacantes libres en el resto del ataque.
Tal vez, la retirada de Benzema, veteranía de Giroud y las importantes lesiones que han lastrado a Ousmane Dembélé y el propio Christopher Nkunku, sirvan para que Diaby pueda demostrar al servicio de su país de qué pasta está hecho. Como ya hiciera desde la sub-18 hasta la sub-21 de ‘Les Bleus’. La mala noticia para él es que fue uno de los descartes para el Mundial, que apenas suma nueve internacionalidades con la absoluta y que, mientras tanto, Randal Kolo Muani, Marcus Thuram o Kingsley Coman no parecen dispuestos a abaratar la competitividad en el ataque galo.