Enzo Perez
Mundial Catar 2022

Enzo Fernández y Mac Allister devuelven el equilibrio a Messi

Para los seleccionadores nacionales, quedarse sin una pieza clave a las puertas de un Mundial que llevan preparando más de un año debe ser una sensación parecida a perder el último autobús del día, conducido por un amigo del grupo con el que sales de fiesta. Hay alternativas para llegar al mismo punto, sí, pero, por el camino, se pierden matices y has de improvisar más de la cuenta. Las sociedades entre los protagonistas se ven adulteradas. Tienes que pagar peajes.

Eso es lo que está viviendo la Argentina de Scaloni en Catar, un proceso express para, sin perder la identidad, evitar caer en la tentación de querer replicar el viaje en ese autobús por uno en metro. El hombre por hombre no será igual. Lionel intentó llenar en un principio el hueco de Lo Celso con el ‘Papu’, pero se dio cuenta de que necesitaba un 2×1 con Mac Allister y Enzo, donde Leandro Paredes fue el peaje.

😏 Mac Allister donde Lo Celso

En la figura de Alexis Mac Allister, Scaloni encontró una pieza muy completa y permeable que, a sus 23 años, ya tiene un liderazgo y polifuncionalidad superior a la media. Eso adquiere mucho valor teniendo en cuenta que Gio era un intangible para presionar, romper líneas desde el pase, marcar diferencias por su lectura espacial y recibir con un control orientado fino, o por su facilidad para mezclar con Messi. Todo ello, dentro de un habitual dibujo asimétrico, en el que replegaba como volante exterior izquierdo en 1-4-4-2, que con balón no le impedía fluir por dentro. De lo mencionado, el centrocampista del Brighton ha replicado, a grandes rasgos, todos los apartados, excepto el de Leo. El más importante, seguramente.


Mac Allister es el jugador con mayor cantidad de pases progresivos completados de Argentina en el Mundial.


En parte, minoritaria, ese es uno de los motivos por los que Messi se ha visto obligado a descender tanto a la base, porque su mejor nexo para que la jugada llegase de forma óptima a zona 3/4 de campo ya no está sobre el césped. En parte, mayoritaria, porque se ha encontrado rivales que superpoblaban los carriles interiores y le cedían demasiado la iniciativa a una Argentina necesitada de puntos tras caer frente a Arabia Saudí. Y, por ende, ansiosa como para divertirse combinando, que era una de las claves en sus ataques.

Además, Scaloni debía paliar otro agravante más, en una selección que también perdió a Joaquín Correa o Nico González a última hora, y que tiene a Di María entre algodones desde octavos. Tres perfiles de naturaleza vertical, con el desmarque en la sangre. Alexis le dio movilidad y dinamismo a una selección que abusó del pase al pie en el inicio del Mundial. Él, junto a De Paul, abrió líneas de pase, sumó desmarques en profundidad para recibir o arrastrar rivales, u otros movimientos hacia dentro que otorgasen un mayor tiempo y espacio a Marcos Acuña. El lateral lo agradeció y se convirtió en uno de los mayores argumentos para que `La Albiceleste’ llegase a la línea de fondo en situaciones ventajosas por el flanco izquierdo.

😎 Enzo Fernández disfrazado de Lo Celso

Sin embargo, a Scaloni le debió preocupar el hecho de que Messi tuviese que buscarse tanto la vida y multiplicarse para aclarar jugadas en la base, primero, y pretender llegar después a la frontal, que es su zona definitoria como quedó evidenciado contra México o en su heroico partido frente a Australia, después. En plenitud física, era uno de los elegidos que sí podía estar en misa y replicando. Pero, a estas alturas de su carrera, es evidente que debe elegir más sus esfuerzos. Y eso implicaba cambiar algo por detrás. Porque si bien Leandro Paredes en un gran rompedor de líneas desde su pase filtrado una vez recibe de cara, Enzo Fernández podía garantizar más registros, sin perder esa facultad.


Enzo Fernández llegó al Mundial con solo tres internacionalidades con la absoluta de Argentina y ninguna titularidad. Desde que Scaloni lo probó de inicio, contra Polonia, solo ha salido del campo un cuarto de hora en casi 250 minutos.


La agilidad corporal del centrocampista del Benfica, sus fintas y controles, las conducciones —más comedidas que de costumbre—, su rango pasador amplio, la capacidad de asociarse a pocos toques o el disparo de media distancia, pronto le convirtieron en discurso y no solo en recurso para Scaloni. Además, por supuesto, de su energía, tono físico y limpieza mental para afrontar los retos con motivación y no con presión. En detrimento, un Paredes que, además, tendía a ser algo impetuoso de más a la hora de meter el pie. Y aunque el plan A le hizo parecer «el olvidado» de Scaloni, la realidad es que los minutos en los que más ha lucido Enzo y, especialmente, su conexión con Messi, han sido junto al mediocentro de la Juventus.

Enzo ha demostrado ser un buen gregario que se sacrifique en son del colectivo, como Mac Allister, sin dejar de evidenciar que cuanto más liberados estén para dirigir los ataques, más lo agradecerán sus paisanos. Eso, con 21 años y solo unos meses después de llegar a Europa, es uno de los mayores halagos a los que aspiraba. Enzo lo ha confirmado. Enzo ya se ha presentado. Porque, aunque haya sido a duras penas, el grupo de amigos de Argentina, que es lo que son, ya ha llegado a la fiesta. Y a Fernández se lo van a rifar después de ver cómo ha conducido ese autobús que ya parecía perdido.

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