Otro día más en la oficina. Día duro, eso sí. De los que se merecen una copa de vino y un buen libro para relajarse. Pero al fin de cuentas, día superado. Francia se impuso a Marruecos por 2-0 en el estadio Al Bayt en las semifinales del Mundial de Catar 2022. Se enfrentará a Argentina en la final. El deseado duelo entre Leo Messi y Kylian Mbappé por la corona está servido. Francia jugará la cuarta final de la Copa del Mundo de las últimas siete ediciones (1998, 2006, 2018 y 2022). Han convertido un hecho totalmente extraordinario en común.
Contra todo pronóstico, los de Walid Regragui cargaron con la responsabilidad de dirigir el balón. Francia guardó la ropa y salió a la contra. Pero a eso también ganan los galos, que desbarataron el plan marroquí a los cinco minutos con un gol de Theo Hernández. Más cuando cuentan con jugadores como Ibrahima Konaté, inédito hasta la fecha e igualmente sobresaliente, Raphaël Varane, Aurélien Tchouaméni, Antoine Griezmann y Kylian Mbappé. Impresionantes. No le perdió la cara a su primera semifinal el conjunto africano. Cita histórica en la que volvieron a mostrar sus honores al planeta. Sin embargo, Kolo Muani sentenció en el tramo final para apagar la llama árabe en este Mundial. Lucharán por el tercer puesto.
📓 La libreta de la semifinal
En su 1-4-3-3 habitual, los únicos cambios franceses fueron obligados. Konaté sustituyó a Dayot Upamecano en el eje de la defensa y Youssouf Fofana a Adrien Rabiot en el centro del campo. Hombre por hombre. No solo no se notaron demasiado, sino que Konaté se elevó como una pieza fundamental en el desarrollo del juego.
Por su parte, Marruecos sí modificó el sistema. Se cubrió más las espaldas que contra Portugal o España. Defensa de tres centrales para jugar con un 1-5-4-1. Achraf Dari formó junto a Romain Saïss y Jawad El Yamiq en la defensa, con Noussair Mazraoui y Achraf Hakimi alzados como carrileros. Le salió mal la jugada a Regragui. Tanto Saïss como Mazraoui forzaron para jugar… y no aguantaron. Sobre todo el primero. Saïss hizo un Diego Costa. El delantero del Atlético jugó contra el Real Madrid la final de la Champions 2014 medio roto y se acabó de romper en los primeros compases. Mismo desenlace para el defensa marroquí contra Francia. Mucha ventaja para los de Deschamps, que, por si fuera poco, encarrilaron el escenario a las primeras de cambio
🙃 Francia fue letal… al contragolpe
La vida al revés. Francia encontró las debilidades de Marruecos cediéndole el balón. Durante el torneo, los de Regragui han construido su fortaleza desde la defensa. En la semifinal, Didier Deschamps hizo que se expusieran con balón, algo a lo que los africanos no están tan acostumbrados. Acabaron con 591 pases y un 61 % de posesión. El plan salió a la perfección. ‘Les Bleus‘, en el primer intento de romper líneas, encontraron el Dorado. El Yamiq salió a cortar un pase profundo de Varane por el lado equivocado, Griezmann se coló a su espalda, intuyó a Mbappé dentro del área y el tiro taponado del jugador del PSG halló un mate a la red acrobático de Theo Hernández. Bajó el balón desde las alturas con su pierna izquierda.
Francia había conseguido en cinco minutos lo que ninguna selección había hecho anteriormente: marcarle un gol a Marruecos. El único tanto en contra de los ‘Leones del Atlas’ hasta ahora fue ante Canadá en fase de grupos… en propia puerta. Por parte francesa, nueva inspiración de un defensa en un momento decisivo. Como Umtiti en 2018 ante Bélgica, como Thuram en 1998 ante Croacia.
Ante este escenario, Francia aún pudo magnificar su plan de partido. Y siguió haciendo daño. Cada vez que recuperaban, los galos salían como posesos lanzados por el box to box Tchouaméni y por un imperial Griezmann, que pese a no rematar al arco rival, fue seguramente el mejor francés sobre el verde. Su trabajo es otro. Entiende el fútbol como pocos. El del Atlético quiere retener la copa sea como sea. Si en vez de marcar debe ayudar a Varane en el punto de penalti, allí estará Antoine.
🎶 Ounahi, tócala otra vez
🧬 Otra vez el gen ganador francés
Mbappé se quedó otra vez sin marcar, pero participó en los dos goles de Francia. Su insistencia es admirable y su calidad, simplemente, digna de elegido. Sobre todo, Kylian fue decisivo en el gol de la sentencia. Tras dejar fuera de la acción a su amigo Achraf Hakimi con un control orientado, desafió las leyes de la física entre una maraña de piernas marroquís. Efecto imán. Atrajo a varios defensores africanos. Y como suele pasar en estas acciones, el balón llegó franco al jugador francés liberado. Randal Kolo Muani marcó a placer.
En el otro extremo, en el defensivo, Francia volvió a estar impecable. Salvo en esta semifinal, habían recibido un tanto por partido. No más. Konaté, ojo no sea titular el domingo, y Varane lo sacaron todo. Hacía mucho que no se veía una versión así del bueno de Rapha. Y si no llegaban los centrales, estaba Lloris. El portero francés, con 19 partidos, igualó a Manuel Neuer con más partidos de un portero en un Mundial. Otro día en la oficina. Otra final de la Copa del Mundo para Francia. Se medirá contra Argentina. Kylian y Messi, con Griezmann en la mesa. Pasado y futuro. Paren las rotativas. Se viene el gran partido de este 2022.