Si solo contamos los resultados del actual formato de la Champions League, el Atlético de Madrid ha batido su propio récord goleador ante el Celtic. Liderados por un sensacional Griezmann (una vez más), los rojiblancos vapulearon a los escoceses con un contundente 6-0. Con ello, si bien el Atlético aún no está clasificado a octavos de final, manda un aviso a navegantes en la Champions League: si tienen el día, pueden dar la campanada.
Antoine Griezmann frente al espejo: ¿es mejor ahora que en 2018?
🖼️ Griezmann, el artista del Atlético
El Atlético de Madrid es uno de los equipos más divertidos de España. Después de tantos años cargando con el estereotipo del fútbol de Simeone, toca decirlo al arranque de una crónica. El argentino ha decidido que el muro de cemento que era su equipo fuese más colorido, y por eso le ha dado las llaves al pintor más polifacético que hay en el fútbol actual. Antoine Griezmann es un jugador que hace bonito un día nublado, pues le da igual lucir su talento con un tackle cerca de su área, con un pase que rompa una defensa o una definición de killer. Él hace todo, y, por ende, su Atlético también. Ni le dio tiempo al Celtic a apreciar al futbolista que tenían delante cuando el francés ya había abierto el marcador. Su primera obra de arte era un remate finísimo desde la frontal que inauguraba la contienda.
La resistencia de los escoceses en el Metropolitano se derrumbó, y Griezmann lo sabía. Tocaba apretar para resolver el encuentro. Para lograrlo, tuvo dos grandes socios: Rodrigo Riquelme y Álvaro Morata. El extremo hablaba el mismo idioma futbolístico que el francés, y el ariete, sin ser tan virtuoso, era básico para darles un lienzo sobre el que pintar. Lo mejor es que, mientras buscaban el segundo tanto de la noche, el Celtic decidió ponerle el triunfo aún más de cara al Atlético. Habiendo apreciado ya la dimensión de Griezmann, querían ser espectadores de lujo. Maeda, más por torpeza que por malicia, acabó expulsado por un plantillazo sobre Mario Hermoso. Para celebrarlo, poco después, Griezmann dibujó una parábola imposible para conectar con Giménez. El uruguayo, en posición franca de remate, le regaló el gol a Morata. Ese 2-0 confirmaba la fiesta en el Metropolitano.
Riquelme y Morata fueron unos dignos escuderos de Griezmann ante el Celtic.
🎯 El Atlético selló su goleada más abultada en la Champions
Con la afición tan entregada dentro del estudio de Griezmann, el completísimo futbolista sabía que tenía que darles una nueva genialidad a sus fieles. Si por las obras de los artistas pagan millonadas, ellos habían pagado una entrada por ver sus maravillas. Entonces, sacó la brocha. Le había venido la inspiración. Habíamos visto al mejor Griezmann actual, ese que domina todos los registros, por lo que ahora tocaba sorprender con aquel que era un depredador del área. Aprovechándose de un mal despeje de un defensor del Celtic, encendió la bombilla. Donde el resto hubiese buscado un remate más sencillo, él realizó un escorzo imposible para marcar el tercero de su equipo. Era una genialidad más en su lista y la última que haría en el partido. Simeone, consciente de que estaba el Atlético de Madrid ya había cerrado el partido, le cambió. El público del Metropolitano le dio una sonora y merecida ocasión al mejor futbolista que ha vestido su camiseta.
Sin el artista principal, era el momento de que se luciesen los secundarios. Como si quisieran seguir la impecable línea artística de su compañero, se lucieron con dos obras de arte. Samuel Lino fue primero, con un remate espectacular al palo largo desde el pico del área, y Morata después con un remate inapelable desde la frontal. Peor fue el sexto y último tanto de la noche, con Saúl cazando un balón suelto en el área. Con o sin Griezmann, el Atlético de Madrid se divertía a costa del Celtic de Glasgow. Quizás no sirvió esta exhibición para cerrar la clasificación a octavos por lo ajustado que está el grupo, pero sí para demostrar como son de serios. Cuando están inspirados, pueden barrer a cualquiera. Lo positivo es que, teniendo a Griezmann como director de orquesta, la inspiración viste de rojiblanco.
