Una de las mejores eliminatorias de los octavos de final de la Champions League es la que enfrenta a Inter de Milán y Atlético de Madrid. Lejos del evidente atractivo futbolístico, el enfrentamiento tiene un subtexto tremendo. Pese a las diferencias que puedan tener ambos clubes, no dejan de ser las dos caras de la misma moneda. Ya sea por Simeone, por su antigua fama de pupas o por el rifirrafe que tuvieron por Lautaro Martínez, son clubes que están ligados. Con los octavos de final como excusa, esa rivalidad entre doppelgänger futbolísticos tendrá un nuevo episodio.
🔚 La fama del pupas, caída en combate
Ese hermanamiento forzado entre clubes nace desde su propia idiosincrasia. Por mucho que en el Giusseppe Meazza sí tuviesen Champions, eran igual de pupas que los rojiblancos. Siempre a la sombra de sus respectivos vecinos, construyeron su ADN desde el sufrimiento. Eran instituciones malditas, pues el destino siempre tenía una excusa para amargarles. Al menos, a base de caer, consiguieron encontrar esa redención que les faltaba. El Inter la encontró en 2010 mediante el histórico triplete que logró José Mourinho; y el Atlético hizo lo propio mediante su década gloriosa con Simeone.
Su éxito en la actualidad ha tirado por tierra esa concepción que definía su existencia. El Atlético y el Inter, armados con la brillantez de su presente, consiguieron desafiar y ganar a su destino. Lo que antes era motivo de escarnio, hoy es temor de sus rivales. Son equipos broncos e incómodos contra los que no es cómodo jugar. Así llegaron los italianos a la final de la Champions del año pasado, y sobre esos principios se ha edificado el cholismo en el Metropolitano. Los pupas hace tiempo que crecieron y redefinieron su idiosincrasia en torno a la competitividad.
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🤝 Lautaro Martínez, otro nexo de unión
Es un secreto a voces que Lautaro Martínez estuvo muy cerca de jugar en el Atlético de Madrid. Llegó a firmar un acuerdo en 2018, poniendo la guinda a una operación complicadísima con el Racing de Avellaneda. Hasta se dice que, para desbloquearlo todo, aparecieron leyendas como Diego Milito o Javier Zanetti en la ecuación. Pese a ello, el Inter apareció a última hora y fue capaz de pararlo todo. El resto es historia, pues el argentino se marchó a la ciudad de la moda y dejó colgados a los rojiblancos. Ahora, casi 6 años después, Lautaro y los rojiblancos se reencontrarán en una eliminatoria de octavos de la Champions League.
Si se hace un ejercicio de fútbol ficción, el argentino hubiese sido un grandísimo fichaje para el Atlético. Una dupla con Griezmann suena increíblemente bien, así como que es un futbolista que casa bien con la idea de Simeone. No hay más que ver su tremenda influencia en el juego de Inter, ya sea dentro o fuera del campo. Esos 20 goles que lleva en Serie A le colocan como uno de los mejores goleadores del mundo, y lo acompaña con su incontestable liderazgo. Sobre él pivota uno de los proyectos deportivos mejor establecidos de Europa. Además, es uno de esos delanteros a los que no se le caen los anillos por presionar. El capitán interista hubiese sido un ídolo para la afición del Metropolitano.
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🔜 Simeone, el pasado y el futuro de Atlético e Inter
Lautaro Martínez supone el nexo que pudo ser y no fue, pero Simeone es el que fue… y el que será. Es un secreto a voces que el técnico argentino quiere dirigir al Inter de Milán cuando acabe su etapa con el Atlético de Madrid. Por mucho que no tenga fecha de caducidad su compromiso con los rojiblancos, es una posibilidad que está ahí. Esta relación nace tras su fichaje por los neroazzurri en 1996, tras conseguir el histórico doblete de Liga y Copa como colchonero. Por tanto, esa hipotética marcha al norte de Italia no sería la primera. En Milán estuvo tres años y formó parte de un equipo que contaba con estrellas como Ronaldo Nazário.
Simeone formó parte de una plantilla tremenda en el Inter de Milán.
Curiosamente, Simeone se sentiría como en casa en el Giuseppe Meazza. Además de por esa nostalgia de su época como futbolista, el Inter es un equipo que actúa de manera similar al Atlético en los despachos. Dentro de su política de austeridad, ambos apostaron por acometer fichajes a coste cero. O, en su defecto, a cambio de un traspaso reducido. Mediante el rastreo exhaustivo de posibles incorporaciones en el mercado nacional y siempre con un ojo puesto al de agentes libres, han sabido ser competitivos sin tener una posición económica dominante.
Todo este hermanamiento forzado entre clubes desaparecerá en cuanto eche el balón a rodar, aunque será un aderezo sabroso para lo que está por llegar. Dentro de las mil historias que comparten los dos clubes, estos octavos de final prometen sumar un nuevo episodio más. Ya sea por no ser más el pupas, por ver un gol de Lautaro o por Simeone otra vez en Milán, su cruce es el mejor de esta ronda. La eliminatoria entre el Atlético de Madrid y el Inter de Milán promete ser una lucha encarnizada entre unos dopplegänger futbolísticos. Una plaza en los cuartos de la Champions League está en juego, y ahí no parecidos razonables que valgan.
