Atlético de Madrid - ascenso - Segunda
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El Atlético, 22 años atrás: un ascenso con pleno sentido de pertenencia

Esta 2023/2024 no quedará un recuerdo especialmente positivo en el Metropolitano. Sin embargo, algunos rojiblancos, los no tan jóvenes, saben que no todo el monte es orégano y que ahora están en un momento privilegiado si lo comparamos con tiempos pretéritos. Concretamente, con la situación vivida hace 22 años, cuando el Atlético se encontraba en Segunda División, con una deuda que iba en aumento y rodeado por un caos institucional que se vio reflejado en el terreno de juego. Hasta que un 28 de abril de 2002, escribieron el punto y final de su periplo en la categoría de plata, con varias de sus leyendas históricas como protagonistas del ascenso.

🤦‍♂️ El inesperado descenso del Atlético en el año 2000

La temporada más catastrófica de un club centenario como el Atlético de Madrid llegó después de una importante inversión en aquella época. Se gastaron 35 millones para firmar a Jimmy Floyd Hasselbaink, su estrella, a Joan Capdevila, Roberto Fabián Ayala, Carlos Gamarra, Toni Muñoz, Leonel Pilipauskas o Hugo Leal. Y los juntaron con ilustres de las orillas del Manzanares de la talla de Kiko Narváez, José Mari, Juan Carlos Valerón, Rubén Baraja, Santiago Solari o José Francisco Molina. Con un mítico como Claudio Ranieri a los mandos, para suceder a todo un Arrigo Sacchi que no cuajó la temporada anterior.

El Atlético de Madrid venía de conquistar el doblete nacional en 1996 con Radomir Antić como entrenador.

El curso comenzó mal, presagio de lo que se venía al final de una 1999/2000 que fue una montaña rusa de sensaciones. No ganó hasta la quinta fecha, con el Racing de Santander como víctima y, paralelismos de la vida, se hizo fuerte en el Vicente Calderón para no caer a las plazas de descenso ante la terrorífica dinámica inicial a domicilio. Más curioso todavía es que ganase su primer encuentro como visitante en el Santiago Bernabéu, con un doblete de Hasselbaink y otro tanto de Jose Mari, semanas antes de fichar por el Milan y dejar un vacío muy delicado en el Atlético de Madrid. Esa fue su única victoria frente a los blancos hasta 2013, año del Mirandazo.

Entonces llegó el escándalo de Jesús Gil, su mandamás, cuando fue acusado de apropiación indebida de fondos atléticos y de falsificar documentos para lucrarse a costa de los socios. La Audiencia Nacional le apartó de su cargo el 22 de diciembre. A él y a Enrique Cerezo como vicepresidente. El club quedó intervenido, mientras que en lo deportivo las cosas mejoraban ostensiblemente. Pero no era más que un espejismo. Terminaron la primera vuelta fuera del descenso y a cuatro puntos de Europa, a la altura de un Real Madrid decadente en esa atípica liga. Todo se torció con el cambio de año y Ranieri fue cesado para que Radomir Antić se volviera a poner al frente. También cayeron eliminados de la Copa de la UEFA ante el Lens, antes de entrar en caída libre.

El drama del descenso y las salvaciones más caras del siglo en la liga española

En la jornada 32 se hundió hasta la penúltima plaza, la familia Gil recuperó el control de la entidad y para completar la montaña rusa, el Atlético se clasificó para la final de la Copa del Rey tras ganar 3-0 en la ida de semifinales al Barça. Un resultado que los culés les devolverían en liga poco después, para dejarles sentenciados a falta de cuatro jornadas. La tragedia se consumó en la fecha número 36, tras empatar un partido que perdían por dos goles contra el Oviedo y antes de que Hasselbaink, su goleador, fallase un penalti. La Ley de Murphy. Fueron 16 partidos sin ganar entre la jornada 22 y la 38, por lo que ya solo quedaba la Copa del Rey como mínimo resquicio. Pero el Espanyol no tuvo compasión (2-1) y evitó que los colchoneros se convirtieran en uno de esos planteles que disputan competiciones europeas desde la segunda división.

🥴 El pozo de la Segunda división

El descenso se tradujo en la venta de sus principales estrellas. De los mencionados, solo retuvieron a Kiko Narváez y Hugo Leal, sus jugadores más representativos junto a Antonio López, Veljko Paunović, Santi Denia, un debutante Fernando Torres que pronto enamoró a los atléticos y a Salva Ballesta, su máximo goleador en el primer año en Segunda. Aun así, eran favoritos a recuperar la categoría en la 2000/2001, pero su arranque les lastró en demasía. Llegaron a ser colistas, incluso, aunque pronto remontarían el vuelo y se quedaron a las puertas del retorno a Primera, finalmente.

Atlético de Madrid Fernando Torres

Fernando Torres debutó en mayo de 2001 con el primer equipo del Atlético de Madrid, a sus 17 años, cuando el equipo estaba en Segunda División.

Fueron cuartos antes de que se creara el actual playoff y no ascendieron por tener peor diferencia de goles que el Tenerife. Los que sí volvieron a Primera fueron Betis y Sevilla, ambos descendidos junto al Atlético en la temporada más rocambolesca que se recuerda en España. Eso sí, los colchoneros de nuevo alcanzaron unas meritorias semifinales de Copa del Rey en la 2000/2001 y fueron eliminados contra el Zaragoza a la postre campeón por un global de 2-1. Kiko, ídolo rojiblanco en la categoría de plata, protagonizó una campaña de abonos y consiguió que en el momento más delicado del Atlético, estos aumentasen en un 68 %. Año paradigmático sobre lo que representa una afición sufridora.

El calvario finalizaría la siguiente campaña, en la que el Atlético de Madrid dirigido por Luis Aragonés, en su cuarta y última etapa en el club, con Paulo Futre como director deportivo, terminaría por ascender de nuevo. Diego Alonso, el reciente estratega uruguayo del Sevilla, heredó los superpoderes de Salva Ballesta y se convirtió en el máximo goleador de la Segunda División; mientras que Germán ‘El Mono’ Burgos bajo palos y Fernando Torres como delantero revelación tras consagrarse en el Europeo sub-16, lideraron el retorno al lugar que históricamente les correspondía. A tiempo para que Diego Pablo Simeone regresase a casa en el tramo final de su carrera como futbolista, con el cometido de consolidar a los suyos en la élite.

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