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El Barça, inspirado por Guardiola, coge carrerilla ante el Alavés

Guion similar, experimentos de por medio y distinto desenlace. El Barça volvió a entrar frío a su visita a Mendizorroza, pero se repuso y sacó adelante otro partido con más pegada que dominio. Abrió la lata Robert Lewandowski de vaselina a los 22 minutos de juego, tras el paso por vestuarios Gündoğan amplió la renta, Omorodion redujo distancias para el Alavés en la siguiente acción y Vitor Roque, con luces y sombras, sentenció (1-3) la contienda a la hora de partido, antes de irse expulsado por doble amarilla.

💭 Un Barça made in Pep

Hoy Xavi salió con cuatro teóricos centrales. La principal novedad azulgrana fue la disposición táctica, en la que Christensen ocupó la base del centro del campo junto a Frenkie De Jong, un rol que no le resulta desconocido por su desempeño puntual ahí, con matices, en la selección danesa. Lo de situar a central en la sala de máquinas está de moda tras la consecución de la Champions por parte del Manchester City, en el que Akanji o Stones han jugado bastante por delante de la demarcación de zagueros.

El dibujo no cambió demasiado, asimétrico y flexible en función de quién tuviese la pelota, con Jules Koundé como lateral derecho bajo y Cancelo con la misión de hacer suyo todo el flanco zurdo. El gran beneficiado por la presencia de Christensen en la base del cuadrado fue Gündoğan, asistente en el primer tanto y goleador en el segundo, antes de salir sustituido con molestias por Vitor Roque. De esta forma, supera su récord personal de asistencias (8) en una temporada tras las siete que regaló en la 2018/2019 y también el número de pases de gol (7) que dio en el Manchester City la temporada pasada.

Vitor Roque Barcelona Barça

Vitor Roque volvió a marcar nada más ingresar al terreno de juego.

El juego por dentro fue mejor en lo cualitativo que en lo cuantitativo. Por todos es sabido que no sobran las conexiones fructíferas en los pasillos interiores del Barça, pero, al menos, hoy se repartieron mejor las alturas ante el 1-4-4-2 prototípico de Luis García Plaza, que no regala nada. Pedri se sintió más cómodo como nexo entre Frenkie e Ilkay, y este último pesó mucho más en las inmediaciones del área rival. Otro aspecto que nos retrotrae a sus mejores tiempos con Guardiola. El que no tuvo tanto impacto en el resultado como en los precedentes recientes, pero que volvió a hacer que el aficionado culé se levantara de su asiento con sus toques de fantasía, fue Lamine Yamal.

😬 El Alavés obtuvo poco premio para lo que incomodó

Los de Luis García Plaza entraron con el cuchillo entre los dientes. Claramente de más a menos en el partido, por mucho que jugasen la última media hora con un jugador más. Bajaron pronto los brazos y tal vez pagaron el sobresfuerzo del primer acto, en el que torturaron la espalda de Cancelo con los desmarques de Álex Sola, las caídas de Samu Omorodión y alguna que otra subida de Tenaglia. El luso, encargado de desbordar por la banda izquierda, no fue diferencial en campo contrario, tampoco llegó a los repliegues y fue sustituido por Héctor Fort al descanso.

Pau Cubarsí, de nuevo como titular, firmó otro encuentro que incita a pedirle el DNI. A sus 16 años, muestra una jerarquía inverosímil, con la difícil tarea de frenar la sangría del Barca en dicha zona. Entre esa vía de ataque, que terminó en múltiples situaciones de centro lateral, y el balón parado en los 13 córners que concedieron los visitantes, el Alavés percutió y puso a prueba el juego aéreo de Iñaki Peña, uno de sus mayores debes. El portero suplente tampoco se marchó de Vitoria con síntomas de seguridad, pero sí le negó una ocasión manifiesta a Guridi y varias a Samu Omorodion. El joven delantero cedido por el Atlético de Madrid volvió a mostrarse amenazante, sin acierto de cara a puerta.

🧘 Un Barça falto de control

Sorprendentemente, esta vez los de Xavi tuvieron un final tranquilo, y eso que a la salida de vestuarios convirtieron el duelo en un intercambio de golpes, como de costumbre, que hoy le salió cara. No hay más que ver el 1-2, en una transición fulgurante iniciada por Ronald Araújo, que tuvo más de despeje que de pase largo.

O la siguiente acción, en la que el Alavés devolvió las tablas al marcador nada más sacar del círculo central. Demasiado ida y vuelta, algo que no concuerda con las declaraciones de Xavi sobre lo que le demanda a sus jugadores. La asignatura pendiente se mantiene, mitificada por la mordiente.

El Barça dormirá tercero, a siete puntos del Real Madrid a la espera de ver qué hace el Girona, y tres por delante del Atlético de Madrid, a expensas del derbi de mañana. Por su parte, el Alavés lo hará fuera y relativamente lejos del descenso, aunque con la sensación de que debe ser más contundente en ambas áreas si no quiere sufrir esta primavera.

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