Los grandes triunfos del Barça en esta temporada se cuentan con los dedos de una mano, por lo que solo les queda agarrarse a sus pequeñas victorias del día a día. De San Mamés, pese a que no les sirve para recortarle puntos al Real Madrid, pueden irse contentos. Los de Xavi Hernández escaparon sanos y salvos en su visita al Athletic (0-0) gracias a una demostración de solidez que no se veía desde hace tiempo.
🏥 Pedri y De Jong, las peores noticias posibles
Tras la exhibición que dio el Athletic el jueves, las puertas de San Mamés se volvieron a abrir sus puertas en el domingo. No podía ser de otra manera en la Catedral. Esta vez, el que pasaría por semejante viacrucis era el Barça de Xavi. Dentro de su nuevo arco de redención, volver de Bilbao con vida sería una gran señal de su recuperación futbolística. Inspirados por esa posible gran victoria, los culés salieron inspirados. Consiguieron maniatar a los leones, eso que parecía imposible hace unos pocos días. Por primera vez en mucho tiempo, el entrenador que estaba contrariado en la banda no era Xavi Hernández.
El gran problema para los culés llegó en forma de lesiones. Primero cayó Frenkie De Jong, y luego se marchó Pedri. Ni Cancelo, con ese fantástico lanzamiento desde el centro del campo, pudo animar la fiesta. Además, comenzó a aparecer ese vértigo que le da al Barça cuando no traduce su juego en goles. El Athletic seguía vivo, y pocas cosas asustan más en San Mamés. Ese infierno que desataron contra el Atlético de Madrid lo podían emular una vez más. Con el 0-0 como seguro, quedaba un mundo para hacerlo.
Pedri González se marchó muy afectado del terreno de juego.
🧱 El Barça volvió a ser sólido
Los miedos azulgranas tomaron forma tras el paso por vestuarios. Los vascos no tardaron en hacerse con el control del partido. Habían desplazado al Barça de un plumazo, y podía ir a peor. Mientras que iban entrando los jugadores que fueron titulares en el partido de Copa para el Athletic, el Barça estaba maniatado. Las lesiones que sufrieron en la primera mitad le privó de dos ventanas de cambios, por lo que solo podía maniobrar con un triple cambio en la última que le quedaba. Entre ellos estaban Oriol Romeu e Íñigo Martínez, lo que indicaba las intenciones de Xavi Hernández. Prefería no discutir el dominio de sus rivales y quedarse agazapado a un contragolpe. Y es que, como ya hizo el Athletic en la primera parte, el marcador seguía intacto y esta era su única realidad.
A falta de mejores noticias, el Barça estaba ordenado y no sufría. Tal y como ganaron la liga hace un año, eran un equipo sólido. Visto lo visto durante el resto de la temporada, ya era una pequeña victoria. Si se le suma el esfuerzo del Athletic entre semana, el empate estaba al caer. No le venía bien a ninguno de los dos, pero tampoco era un resultado horrible. Un empate siempre será mejor que nada, por muchas luces y sombras que tengan por medio. Así, con menos emoción que la que se podía esperar, San Mamés cerró las puertas en su semana fantástica. El Barça, por su parte, puede decir que ha logrado algo tremendamente complicado: han sobrevivido al Athletic en Bilbao. Quedan por ver las posibles consecuencias con esas lesiones de sus centrocampistas, pero eso es algo que queda tan lejos como su esperanza por recortarle puntos al Real Madrid. Solo pueden celebrar su pequeña victoria de hoy; mañana, Dios dirá.
