Ilkay Gündogan sorprendió a propios y extraños tras el Clásico. Con el segundo gol de Bellingham aún reciente, el alemán habló con la prensa antes de subirse al autobús. «Quiero ser honesto, pero sin pasarme. No quiero decir algo que no debería. Vengo del vestuario y obviamente la gente está decepcionada, pero después de un partido tan importante y un resultado innecesario me gustaría ver más enfado y decepción«, confesó. El capitán del Manchester City del triplete demanda más ambición al joven proyecto del Barcelona. Su franqueza, por tanto, abre una ventana de análisis. ¿A este Barça de Xavi le falta ambición?
💭 ¿Fue demasiado sincero Gündogan?
Lo que más sorprende es su declaración, pues este tipo de confesiones tan sinceras suelen ser tan esquivas como un animal mitológico. Por ello, hay que intentar entender lo que ha movido a un veterano como Ilkay Gündogan a hacer algo así. Y, posiblemente, nadie pueda descifrarlo mejor que un psicólogo deportivo. Elia Pesquera atiende a Legal Sport para intentar desgranar lo que pasa por la cabeza del centrocampista germano. Lejos de la polémica sobre si se lo tenía que haber guardado a la intimidad del vestuario o no (algo que no ve «mal» la psicóloga), tiene claro que lo que le ha movido es la frustración. «A nivel individual, él iba muy motivado. Pero, como es un deporte grupal, se puede sentir frustrado porque el resto del equipo no haya mantenido la actitud que él esperaba. Creo que al decirlo ya está dejando implícito que asume cualquier tipo de responsabilidad», explica.
Xavi elige a Gündogan: pros y contras de su fichaje por el Barça
Según Pesquera, este acto «dice mucho» de como funciona Gündogan, pues demuestra su capacidad de exigirse a sí mismo y a los que le rodean. «Ha dejado caer que la motivación es importante, pues si no consigues motivarte con un Clásico, no lo vas a conseguir en otros partidos. Si algo así no ve que se transmita en el vestuario, entiendo su frustración. Por mucho que se deje los cuernos en el juego, sabe que si el equipo no va al mismo nivel hay poco que hacer», añade respecto a lo que hay detrás de la declaración tan cruda del jugador.
⚔️ ¿Puede ocasionar un problema en el vestuario?
La autocrítica no está mal, y de hecho se ha recibido bien dentro de la afición del Barça. Pese a ello, llama poderosamente la atención la diferencia respecto a lo que dijeron otros pesos pesados del vestuario como Ter Stegen o su propio entrenador. «Hemos dominado 60 minutos, pero el fútbol es esto. No haces el 2-0… y el Madrid, con dos y media, te marca dos goles”, comentó Xavi, quitándole hierro al asunto. Las declaraciones de Gündogan pueden ocasionar un incendio, pues este tipo de actitudes no suelen gustar en los vestuarios profesionales. O no tiene que ser así, siempre y cuando la salud del grupo sea óptima. «No está mal que Xavi dé su opinión y un jugador tenga otra. Si el clima del vestuario es bueno, debería tomarse como algo para darse cuenta de que, a lo mejor, hay algo que no ha ido tan bien. El problema está en si no hay buen ambiente, porque ahí es cuando crece la tensión», analiza Elia Pesquera.
Para gestionar ese posible incendio, el que debe hacer de bombero es Xavi Hernández. «Tiene mucho recorrido en el club, y es alguien competitivo. Un buen entrenador sabe como gestionar esto. No creo que sea el primero ni el último en enfrentarse a algo así, y además tiene la suerte de que es una crítica constructiva por parte de Gündogan. Se ve que no quiere machacar a nadie», explica la psicóloga deportiva. Y es que, muy seguramente, a lo largo de su carrera ambos personajes hayan vivido situaciones similares, por lo que no debería enquistarse esta resaca del Clásico.
Xavi Hernández debe gestionar la derrota del Clásico, así como esas declaraciones de Gündogan.
🧠 ¿De dónde puede venir la poca motivación de la plantilla del Barça?
Analizado ya el punto de vista de Gündogan y el papel que debe tener Xavi, toca cerrar con la última parte de la ecuación. El vestuario del Barça está repleto de jóvenes, siendo su mayoría. Por mucho que haya veteranos como el mediocentro alemán o Robert Lewandowski, la mayoría ronda los 20 años de edad. Si bien la del Real Madrid es también joven, está más consolidada en la élite. Esa diferencia es significativa, y puede llevar a los jugadores más inexpertos del Barça a ponerse trampas mentales. Para Pesquera es un punto interesante: «Pueden pensar que es normal perder a estas alturas. Saben que tienen mucho tiempo por delante. Deben pensar «vamos a intentarlo, pero, si no ganamos, no pasa nada». De ahí puede venir ese problema del que habla Gündogan».
Pese a ello, la psicóloga apunta a que puede haber otras razones detrás de esa actitud del vestuario. «Me da la impresión de que a lo que se refiere Gündogan es a esa falla en la motivación. El psicólogo deportivo tiene que ayudar a que el nivel de motivación sea óptimo, pues un exceso de esto puede ser tan perjudicial como tener menos de la que se debe. Creo que se debe más a un fallo de la gestión psicológica del clásico, por lo que Xavi debe gestionarlo con su equipo«.
Desde luego que más de una charla tendrán después de este resultado, pues la derrota ha bajado bastante el suflé. Pese a ello, es en estos momentos cuando los equipos crecen. Suelen arrancar tal y como hizo Gündogan: hablando con la sinceridad por delante y el compromiso de construir. Quizás, en el futuro, esta charla del alemán es recordada por ser el comienzo de algo grande. Solo el tiempo y una correcta gestión de las emociones les podrán llevar hasta allí.
