Jan Oblak
Atlético de Madrid

Jan Oblak, ¿más o menos decisivo de lo que parece?

Todos sabemos que Jan Oblak es uno de los porteros que más veces le han sacado las castañas del fuego al Atlético de Madrid. No tanto que los guardametas más idolatrados del siglo XXI han encajado más goles que él. También es evidente que el meta esloveno tiene grandes porcentajes de paradas durante la última década… pero no tanto que en la presente temporada es en la que Jan está realizando más paradas. El caso arroja más incógnitas de las que podría parecer a simple vista; el de un portero que recibe más críticas que nunca, mientras sostiene unos datos a la altura de los mejores y todavía regala intervenciones salvadoras.

Oblak Eslovenia

Oblak jugará su primer gran torneo de selecciones con Eslovenia, que ha logrado la clasificación para la Eurocopa de 2024, con Jan y Sesko como figuras.

🥊 Oblak, a la altura de los mejores porteros contemporáneos

Hablar de Jan Oblak significa hacerlo de uno de los cancerberos más importantes del fútbol contemporáneo y de la historia del Atlético de Madrid. Y eso que nada más llegar tardó unos meses en desbancar a Miguel Ángel Moyá de la titularidad, a la vez que le perseguía la alargada sombra de Thibaut Courtois, tras el regreso del belga al Chelsea. Fueron años complicados para el canterano del Olimpija Ljubljana, curtido en el Benfica. Años después, las estadísticas de goles encajados en su carrera profesional son mejores que las de Iker Casillas o Gian Luigi Buffon, algo que también habla muy bien del entramado defensivo del equipo de Diego Pablo Simeone.

Lo que siempre le ha jugado en contra a Jan Oblak es su estética bajo palos. Si está entre los mejores, es por un tema de sobriedad, posicionamiento e interpretación del juego, no tanto por sus palomitas y, hasta hace no demasiado tiempo, tampoco por su juego de pies, que vale la pena recalcar que ha mejorado de forma notable, a la par que Simeone ha invertido en optimizar la salida de balón rojiblanca.

Oblak, que no es ni muy alto (1,88 m.), ni ha sido especialmente ágil a lo largo de su carrera, se ha caracterizado por ser muy académico y por hacer que la portería pareciese más pequeña para el adversario. Brazos fuertes y piernas que a veces parecen tentáculos para tapar huecos abajo. Diferencial por detener lo parable, además de dejar alguna que otra intervención de ensueño como la que le negó al Bayer Leverkusen, así como por ciertos encuentros en los que se ha vestido de héroe, como en la visita del Atlético de Madrid al Bayern en 2016. Probablemente, la parada y el partido más emblemático de su trayectoria deportiva.

 

A Jan Oblak nadie le ha regalado nada. De hecho, su desembarco en la élite de la mano del Benfica fue más complicada que en el Atlético de Madrid, incluso. Todo cambió con la lesión de Artur en 2014, que le abrió la puerta de la titularidad. Y, con esta, llegó su racha de 19 porterías a cero y apenas 6 goles encajados en un lapso de 24 partidos, con rivales de entidad enfrente como son Oporto, Juventus, Tottenham o Rio Ave en la final de la Taça da Liga, el primer gran punto de inflexión en su carrera. Siempre se ha dicho que Oblak ha contado con la enorme ventaja de estar franqueado por Diego Godín y Josema Giménez, en una versión más jerárquica que la actual. Verdad como un puño. Al igual que en Lisboa lo estuvo en sus inicios por Luisão y Ezequiel Garay. El mejor portero, lo lógico, es que también esté custodiado por guardaespaldas dominantes.

🧤 Un salvador diferente, que para más que nunca

En España, solo Antoni Ramallets y Víctor Valdés igualan los cinco premios Zamora que ha obtenido el guardameta del Atlético de Madrid, en condición del menos goleado de una temporada en Primera División. Los números objetivos están de su lado. Entre 2015 y 2021 todos fueron para él, a excepción del galardón que recibió Thibaut Courtois en la 2019/2020.

Los datos resultan algo engañosos con su figura, porque cuanta más cantidad de disparos está parando, más criticado está. Lejos de su prime, que sí se corresponde con las temporadas en las que recibió los mencionados premios, tiene que lidiar con un asedio mayor del de antaño. Le llegaban menos que ahora y, sobre todo, con una claridad inferior. Al fin y al cabo, evitar los goles en contra no solo es trabajo del guardián.

Ahí radica la especialidad de Oblak, un portero cualitativo más que cuantitativo. De los que se han enfrentado al complicado reto de tener que salvaguardar la meta a sabiendas de que las llegadas rivales se contaban con los dedos de las manos y de que los tiros entre palos serían dos o tres por partido, con la presión que eso conlleva. Más aún, en un plantel acostumbrado a replegarse en bloques medio-bajos y a manejar resultados cortos. El margen de error reducido al mínimo. Y, aun así, los fallos sonados de Jan son escasos.

 

Jan Oblak no ha sido ese prototipo de portero que destacase por parar en volumen, como podría suceder esta temporada en la liga con Álvaro Valles, Jeremías Ledesma, Stole Dimitrievski o Filip Jörgensen. Más bien, ha lidiado con situaciones límite, en las que ha tenido que sacar manos salvadoras in extremis, como la del último fin de semana ante el Betis para negarle el tanto a Guido Rodríguez. O como las paradas que desembocaron en el último título que han celebrado en Neptuno, la liga 2020/2021.

En ella, Jan se quitó una pesada carga, la de los penaltis, el aspecto que le ha costado más críticas a lo largo de su carrera. Especialmente, a propósito de la tanda de penaltis en la final de Milán, que terminó con el Real Madrid como ganador de la Champions League. En las últimas once jornadas, Oblak detuvo dos penas máximas a Lucas Ocampos y Joselu Mato, esta última en el minuto 86, para darle la victoria a los suyos ante el Alavés. Absolutamente trascendental, teniendo en cuenta que el Atlético de Madrid no fue campeón hasta la jornada 38. Y todo ello, pese a que llevaba casi tres años sin parar ningún lanzamiento desde el punto fatídico. Ejemplo bastante paradigmático del portero que es: uno de grandes momentos, que se reivindica ante la adversidad.

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