Dura derrota (4-2) del Real Madrid en su visita a Girona, en una noche de ensueño para el ‘Taty’ Castellanos, que marcó cuatro goles para cortar la buena inercia de los de Ancelotti. Y eso que fue sin rotaciones masivas el equipo de la capital, que se agarró por tramos a un Vinícius irreverente, para lo bueno y para lo malo, pero que echó mucho de menos a Courtois y a la versión tan fiable de Éder Militão. Esta vez, al central brasileño le tocó ser villano y salió retratado en los goles gerundenses. La última media hora fue un mero trámite.
🧑🏫 Hablemos de la versatilidad de Míchel
Una de las claves del partido, y de la temporada del Girona, ha estado en la capacidad y humildad táctica para adaptarse al rival y la versatilidad de varios jugadores para diferentes contextos. Ante el Real Madrid, Míchel desafió «la teoría de la manta corta»: identificó bien cuándo ir a apretar arriba para emparejarse casi con marcajes al hombre, sin estirarse en exceso; con tramos continuados de repliegue en un bloque medio-bajo compacto.
❤️🤍 HI4TÒRIA ❤️🤍 pic.twitter.com/mOhXcSF6bZ
— Girona FC (@GironaFC) April 25, 2023
La novedad fue la presencia de Viktor Tsyhankov en la mediapunta del 1-4-2-3-1, en lugar de actuar en la banda derecha, que esta vez fue para Yan Couto. Míchel repitió la fórmula del Bernabéu, con un doble lateral que ayudase mucho en defensa, hiciese recorridos largos e impidiese que Vinícius encarase en uno contra uno. Las ayudas por dentro también fueron claves. Y, gracias a la presencia del ucraniano ahí, tuvo un nexo para salir en transición, además de las cabalgadas de ‘Roro’ Riquelme y el propio Yan. Arnau fue otra pieza capital para salir en corto, pisando el carril central en ocasiones, para sumar un futbolista de buen pie dada la ausencia de Aleix García.
Míchel Sánchez:
«Quitarle el balón al Real Madrid es muy difícil. Vinícius solo ya te hunde. Es capaz de meter a ocho jugadores detrás de la pelota. Y en un equipo con Valverde, Rüdiger o Militão, que ganan tantos duelos, es difícil salir de ahí».
El Real Madrid, con Kroos, Modrić y Valverde en la medular, tuvo mucho más tiempo la pelota (77% de posesión antes del descanso), fue capaz de sortear varias veces la presión alta rival, se asentó en campo contrario y no tuvo un mala circulación de lado a lado. De hecho, el gol de Vinícius, que puso el 2-1 a los 34 minutos, llegó en una de esas acciones donde supo girar el juego de izquierda a derecha para encontrar liberado a Asensio. El mallorquín, esta vez, pasó mucho más de puntillas por el partido, pero no se marchó sin dejar esa asistencia para el otro extremo. Pero, aun así, el segundo clasificado fue superado en transición.
Carlo Ancelotti:
«Ha faltado contundencia, sobre todo, sin balón; compromiso y hemos permitido muchas transiciones ofensivas del Girona».
🎶 «Tati’s on fire, his definitions are terrifying«
Evidentemente, el factor Castellanos fue crucial. No perdonó al actual campeón de Europa, unas semanas después de cerrarse las redes sociales por recibir bastantes críticas por no estar acertado de cara a puerta. Y, pese a ello, con el póker de goles de hoy, alcanza los 11 tantos en liga, en su primer año en Europa. Fue especialmente certero, porque el Girona apenas disparó cinco veces a puerta. En su caso, cuatro fueron a guardar y, la otra que tuvo, se marchó fuera del marco defendido por Lunin, ante la baja de Courtois por gastroenteritis.
Valentín Castellanos se sitúa a un gol de las 12 dianas que comparten Iago Aspas, Joselu, Muriqi y Borja Iglesias como cuartos máximos goleadores de la competición, por detrás de Lewandowski (17), Benzema (14) y Enes Ünal (13).
El partido del ‘Taty’, además de definir de cine al primer toque, fue muy sacrificado en cuanto a movilidad, repetición de esfuerzos y desmarques. Le buscaron de forma directa y lo sufrió, especialmente, Éder Militão, irreconocible. O, mejor dicho, irrecordable, porque se pareció bastante a ese central exuberante, pero sin pulcritud en el posicionamiento, la concentración y la toma de decisiones, que mostró en su primera temporada en el Real Madrid. Jugó expuesto, eso sí, a campo abierto y sin que la presión a los primeros pases del Girona fuese la fortaleza que resultó el sábado contra el Celta. La noche y el día en ese aspecto. También, acabó muchas menos jugadas.
🔪 En el Real Madrid, Vinícius solo contra el mundo
La nota más positiva de los blancos fue, cómo no, ‘Vini’ Júnior. Más persistente que de costumbre, y ya es decir. Enfadado, incluso, por la fricción, los muchos duelos que quiso ponerle Míchel y, por qué no decirlo, unas cuantas faltas. El brasileño entró al trapo a las primeras de cambio; solo que, esta vez, en lugar de salirse del partido, su sangre caliente le hizo mucho bien al Madrid. Le sobró algún toque y le faltó resolver mejor situaciones en las que ya había atraído a muchos defensores. El duelo con Arnau fue titánico.
Míchel Sánchez:
«Arnau Martínez es nuestro jugador más inteligente, con 19 años. Sabe cuándo meter el pie y cuándo temporizar. Ha sufrido con Vinícius porque no hay nadie que no sufra; en el uno contra uno y en la continuidad de los esfuerzos ofensivos, es el mejor del mundo».
En la cara opuesta de la moneda, Vinícius se encaró en numerosas ocasiones con la grada, con gestos como el de tocarse el escudo de campeón del mundo; protestó en exceso las decisiones arbitrales e hizo varias faltas que pudieron costarle la expulsión. Así es él, para lo bueno y para lo malo. El alma de un Real Madrid que pagó el calendario infernal, bajó pronto los brazos y se despidió de toda opción de título.
Por su parte, el Girona parece salvado ya con sus 41 puntos, los mismos que le sitúan noveno, a cinco unidades de la séptima plaza que conserva el Athletic Club. Hora de mirar hacia arriba, sin miedo al descenso. Esa no es la lucha de un equipo que ha contribuido con partidos como este a reavivar el espectáculo en España.