Con la liga española adornada por el lema ‘Gánatelo en el campo’, el Real Madrid hizo por seguir las indicaciones de su competición. Sufrieron, pero ganaron el liderato en la última jornada de 2023. Gracias a un tanto de Lucas Vázquez, los de Ancelotti vencieron al Alavés (0-1) en un partido marcado por la expulsión de Nacho Fernández y la lesión de Rodrygo a última hora.
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🏟️ Mendizorroza quería frenar al Real Madrid
El caldo de cultivo generado por la mañana iba a ganar importancia por la tarde. La resolución del TJUE sobre la Superliga dio lugar al eslogan ‘Gánatelo en el campo’, y el empate del Girona ante el Betis le sugería lo mismo al Real Madrid. Si querían ser líderes para cerrar al 2023, deberían hacer honor al movimiento que iba en su contra. Irónicamente, el Estadio de Mendizorroza dictaría sentencia. El Alavés, por su parte, sería juez y aspiraba a convertirse en verdugo. Los de Ancelotti iban a tener que sufrir para cerrar el año en lo alto.
La primera parte fue un reflejo de este paralelismo entre el verde y el lema meritocrático. Con la intensidad por bandera, el encuentro oscilaba de un área a otra. Puede ser que faltasen ocasiones más claras, pero era un digno entretenimiento para el espectador neutral. El único problema residía en la intensidad cuando estaba mal planteada. Entre que el Alavés quería demostrar su contrariedad a la Superliga y el Real Madrid conseguir el liderato, hubo varios lances con una dureza excesiva. La cosa es que esto no resolvía nada en un partido cuyo marcador estaba aun sin estrenar. El espectáculo merecía algo más.
La primera parte no tuvo demasiadas ocasiones claras, pero gozó de una gran intensidad.
🎯 Lucas Vázquez se disfrazó de Sergio Ramos
Poco tiempo de juego se necesitó para destaparse la primera parte como un preludio. Más concretamente, solo tardó nueve minutos en mostrarlo. Nacho, que siguió a Samu Omorodion fuera de su zona, pegó un plantillazo por detrás. Por mucho que tardase el árbitro, el desenlace era claro: el madridista vio la tarjeta roja. Ancelotti sumaba otra baja en la zona más afectada por las lesiones. Aurélien Tchouméni salió al rescate, ubicándose fuera de posición. Al final iba a ser cierto todo esto de ganárselo en el campo. Si salían de esta en Mendizorroza, no se podría hablar de una ausencia de meritocracia.
Promesas, veteranos, canteranos… ¿Cómo resolverá el Madrid el dilema de los centrales?
En clave Real Madrid, la mejor noticia estaba en la ausencia de novedades. Que siguiese todo igual cuando eran uno menos es reseñable. El quid de la cuestión residía en cuanto podía mantenerse este statu quo. Tarde o temprano, el Alavés se iba a volcar en ataque. Una victoria en Mendizorroza, ante el Real Madrid y en el día del fallo del TJUE era algo parecido a un sueño para los babazorros. Por ello, los de la capital comenzaron a meterle cloroformo al partido. Se iba a seguir jugando, pero bajo su criterio. La única nota discordante en ese control la ponía Brahim Díaz. Él era el que aportaba algo diferente, el que debía desatascar todo esto.
Ancelotti vio el peligro de darle las llaves del triunfo a Brahim. Con él al mando, no se iba a frenar el ida y vuelta. No tardó en darle entrada a Joselu para bajar las revoluciones y buscar ese centro al área que decidiese todo. Pese a ese ritmo más pausado, tampoco se acercaban al gol en los últimos minutos. Esta vez, todo parecía listo para que se le escapase el liderato al Real Madrid. No iban a hacer honor al eslogan de la liga española. En ese instante en el que todos se frotaban las manos, forzaron un córner. El temor se apoderó de la grada mientras el balón volaba hacia el área. Cuando todos esperaban a Joselu, apareció otro héroe. Lucas Vázquez fue el que se vistió de Ramos para marcar a última hora. Cuando el mundo pedía meritocracia, el partido lo ganó un hombre que siempre ha trabajado por quedarse en la plantilla del club de su vida. Luego podrán pasar muchas cosas, pero fue el encargado de ganar el liderato en el campo.
