El Real Madrid pos-Karim Benzema ya echa a andar con el culebrón de Kylian Mbappé como telón de fondo. Lejos de la rumorología en torno a la llegada del atacante del PSG, los de Carlo Ancelotti están comenzando a dibujar aquello que los hará reconocibles, pase lo que pase de aquí al cierre del mercado. Y es que, así como se podía intuir, el sistema del equipo está cambiando para ser lo mismo de siempre, pero diferente. Ante el Milan, en su primer test de pretemporada, consiguieron ganar y dejaron varios puntos clave sobre los que construir en esta campaña.
🏁 FP: @realmadrid 3-2 @acmilan
⚽ @fedeevalverde 56', 59', @vinijr 84'; Tomori 25', Romero 42'#RealMadridOnTour pic.twitter.com/wkk7wMZk0b— Real Madrid C.F. (@realmadrid) July 24, 2023
🌟 La figura de Jude Bellingham
En este Real Madrid camaleónico que abandonará la rigidez del 1-4-3-3, Jude Bellingham parece que será el que llevará la bandera. Ancelotti, tras la remontada ante los italianos, reconoció que el inglés será la bisagra entre el anterior sistema y el 1-4-3-1-2 que se vio durante el encuentro. Sin ser el mejor partido de su carrera, Bellingham fue de lo más destacado del debut.
El legado de los Bellingham: de ser un mito del fútbol amateur al Bernabéu
En esa posición de mediapunta, fue capaz de jugar de espaldas y filtrar balones, siendo el corazón del equipo en ataque. Es bien sabido aquello de que llevaba el dorsal 22 porque «juega como un 4, un 8 y un 10», por lo que en el futuro se verá una versión más completa del futbolista. Y, por ende, una mejor del equipo en general. De momento, en su prueba inicial, se ve que hay madera de líder.
🧩 La nueva disposición de los delanteros
Inmediatamente por delante de Bellingham partieron dos puntas. Para estrenarse en el regreso de ambos al Real Madrid, fueron Joselu y Brahim. Sus perfiles tan complementarios (el primero es un delantero más clásico y el segundo alguien con mayor capacidad asociativa y de desborde) hacen aventurar que el equipo tendrá opciones más fiables desde el banquillo para esta temporada. Eso sí, no terminaron de funcionar en la primera parte, mostrando una mejor cara en la segunda cuando ocuparon su puesto Vinícius y Rodrygo.
El mayor beneficiado de este cambio es, en principio, el que antes ocupaba el carril derecho. Rodrygo encuentra en este nuevo sistema un lugar ideal para su fútbol, menos encorsetado y más cerca de la portería. Al contrario parece que será con su contraparte de la banda contraria, pues Vinícius abandona su jardín en la banda izquierda. El Real Madrid sabe que su siguiente paso es desarrollar su faceta goleadora, más aún tras la salida de Benzema. De Los Ángeles se fue marcando el gol del triunfo, así que no empieza mal la salida de su zona de confort.
😣 Problemas en defensa
Puede ser achacable a que es el primer partido de la pretemporada, pero la fragilidad defensiva fue palpable ante el Milan. Los rossoneros, sin hacer tampoco un partido brillante (también es aplicable para ellos esto del primer test del año), dañaron la nueva estructura defensiva del Real Madrid. Y es que el 1-4-3-1-2 es un esquema que, dentro de sus virtudes, tiene muy marcadas sus fallas. La ausencia de un jugador de banda puede dejar al lateral en continua desventaja, siendo esta la más evidente. Desde ahí, todos los jugadores tienen que dar un poco más de sí para tapar los huecos. No hace falta añadir mucho más al respecto cuando hablamos de fútbol de élite: llegar siempre forzado es sinónimo de malas decisiones.
Sea como fuere, lo que menos le gustó a Ancelotti sin balón fue la presión. En este nuevo esquema, el Real Madrid debe ser dueño y señor del esférico. Y la misión comienza por el trabajo de ahogar al rival. Hubo en varias ocasiones que estuvo muy descompensada, dejando al equipo en esa posición que obliga a forzar a los defensores para tapar huecos. Presionar bien es de los últimos pasos que da un equipo hacia la magnificencia, por lo que tampoco hay que echarse las manos a la cabeza por el momento. Sea como fuere, toca ajustar.
⚙️ Toni Kroos en el medio
Pese a que se ha creado una narrativa extraña entre Kroos y Modrić por su rendimiento en la última temporada, lo cierto es que su nivel fue notable. Hubo partidos complicados, pues la edad no perdona a nadie, pero siguen siendo activos fundamentales para los suyos. Esta afirmación cobra sentido si hablamos del centrocampista alemán. Ayer jugó de pivote (posición que parece que se disputará con Tchouaméni), y estuvo resguardado por Valverde y Camavinga. Con dos jugadores tan físicos y completos a su alrededor, el alemán puede dedicarse exclusivamente a seguir siendo la brújula del Real Madrid. Este sistema, si se aplica correctamente, puede darle más tiempo a Kroos como esa mano invisible que gobierna los partidos más grandes sin aparente esfuerzo.
🔙 El recuerdo del Real Madrid de Zidane
Este sistema provocará un extraño déjà vu a más de uno. No es para menos, porque hace poco más de un lustro el Real Madrid tocó el cielo con un 1-4-3-1-2. Fue la mejor obra de aquel equipo de Zinedine Zidane, tocando el cielo en aquella final de la Champions en 2017 ante la Juventus. Solo quedan Dani Carvajal, Toni Kroos y Luka Modrić entre los titulares de aquel día, alcanzando uno de los puntos más altos de su carrera con la mencionada disposición. Por tanto, el recuerdo es más que agradable para el aficionado merengue.
Lo malo es que ese sistema tardó poco en caerse. Sus debilidades (algunas mencionadas en este artículo) hicieron mella, rompiendo el equilibrio de un equipo que rozó la más absoluta excelencia futbolística. Es más, desde el Barça de Guardiola no se vio algo así a nivel de clubes. Por ironías de la vida, es Ancelotti, el padre espiritual de ese equipo de las tres Champions consecutivas, el encargado de corregir los errores estructurales que da un sistema nuevo, pero conocido de sobra. Así, con o sin Kylian Mbappé, hay mucha tela que cortar y mucho que construir tras el primer amistoso del año. Solo ese trabajo pondrá al Real Madrid en la senda de lo que ya consiguió con el mismo dibujo.