España - Francia - Juegos Olímpicos - final
🇪🇸​ Selección

La enésima generación de oro de España conquista París y toca el cielo olímpico

España superó a Francia en el Parque de los Príncipes de París (3-5) en un partido memorable y sumó una nueva medalla de oro en los Juegos Olímpicos. Su segunda en fútbol tras la ganada en Barcelona 1992. 32 años y tres finales ha tenido que esperar la selección española para colgarse de nuevo el oro olímpico. El partido fue heroico, ya que Francia, espoleado por más de tres cuartos de estadio, se puso por delante rápidamente con un tanto de Millot. Salieron al rescate Fermín y Baena, que demostraron su gen de campeones de Europa, para darle la vuelta al marcador en diez minutos brillantes y poner el 1-3. Sin embargo, los galos consiguieron el empate en el segundo tiempo con los goles de Akliouche y Mateta, el último con un penalti lanzado dentro del descuento. El palo fue monumental, pero España supo sobreponerse y uno de los reservas del torneo como Sergio Camello apuntilló la final con un doblete de oro en la prórroga para coronar a España. La selección suma así su segundo gran título del verano tras la Eurocopa de Alemania. Euro y Juegos Olímpicos. Algo que solo había conseguido Francia en 1984. Ya tenemos otra generación de oro.

🫡 Diez minutos para tomar París

La final de los Juegos Olímpicos comenzó con ritmo en las dos porterías. Al menos en cuanto al acierto se refiere. Los de Henry presionaba alto y golpearon primero en una mala salida de Baena que engatilló Enzo Millot. Lo que era un balón fácil sorprendió a Arnau Tenas, que no puso las manos con firmeza y acabó encajando un gol evitable. Sin embargo, España, que ya demostró anteriormente en el torneo garra para sobreponerse a situaciones adversas, reaccionó de la mano de los eurocampeones, que han traslado a París el gen ganador que demostró la absoluta en la Eurocopa. Baena tuvo el espacio para girarse y levantar la cabeza y encontró a Fermín solo en el punto de penalti para empatar el choque. De nuevo decisivo el azulgrana en la cita olímpica.

España aprovechó la liberación de dopamina tras celebrar el gol y siguió apretando al plantel francés, poco vulnerable hasta esta final con solo un tanto recibido. Miranda tiró un desmarque por la izquierda, recibió el balón de Cubarsí y el nuevo jugador del Bolonia puso un centro al área que remató Abel Ruiz al cuerpo de Guillaume Restes y Fermín, otra vez en el lugar indicado, remachó a placer el rebote para adelantar a ‘La Rojita’. Sexto tanto para el centrocampista onubense en los Juegos. Doblete para rubricar su excelente torneo. Además, superó a Kiko Narváez como máximo goleador de España en una cita olímpica.

La selección ya dominaba el marcador y refrendó su fase de diez minutos mágicos con otro tanto. Esta vez fue Baena, que clavó una falta por la escuadra desde el sector izquierdo. Restes hizo la estatua ante el sutil disparo del centrocampista del Villarreal. El Parque de los Príncipes enmudeció ante el vendaval español. Sufría la defensa francesa, sobre todo por el lado de Sildillia y Badé. Por ese agujero estuvo a punto de marcar el cuarto Miranda, pero Restes puso bien el pie abajo. Antes del descanso, Arnau Tenas se redimió del error del primer tanto con una parada de reflejos ante un cabezazo a bocajarro de Mateta. Tras empezar perdiendo, la reacción de España fue loable. Casi mágica. Miranda fue un puñal por la izquierda, Barrios cumplió con creces en el centro del campo y Fermín y Baena ejecutaron la sinfonía española en París.

🐫 El oro de España llega en Camello

‘La Rojita’ inició el segundo tiempo con seguridad. Sin embargo, como ya sucediese ante Egipto, el conjunto galo embotelló a su rival y Manu Koné cabeceó al palo por suerte de España. Los de Santi Denia intentaron hacer posesiones largas para enfriar el intento de reacción francesa. De nuevo Koné encontró la vía para herir a España, pero Arnau se volvió a exhibir para cerrar con candado su portería. Fueron los peores minutos de los españoles. El encuentro recordó por momentos al duelo en la Eurocopa que España jugó frente Alemania en los cuartos de final. Aunque la diferencia era de dos tantos. A la postre, no fueron suficientes.

Baena - España - Juegos Olimpicos - Francia

España celebra el tanto de falta de Álex Baena.

En una falta lateral, Olise lanzó con pillería a portería y, tras tocar levemente en Miranda, se acabó metiendo en la portería española. Quedaban diez minutos de sufrimiento. Con todo el estadio en contra y con una Francia crecida. Los de Denia apretaron los dientes y supieron sufrir sin balón. Con él, intentaban dormir el encuentro y sacar rédito de los contragolpes. El técnico español sacó a Aimar, Abel y Baena por Pacheco, Turrientes y Camello. Fermín había salido antes. Se quiso proteger ante el aluvión de los de Henry. Lo que no se esperaba nadie era el cortocircuito de Turrientes al final del minuto 90. Agarró a su par en una jugada de estrategia y el árbitro señaló la pena máxima. Mateta no se puso nervioso y puso el 3-3 en el marcador. Quedaba muy poco, pero el mismo Turrientes pudo redimirse con un disparo que tocó en el larguero. Tras eso, la prórroga era inevitable.

No iba a ser una prórroga sencilla, pero la charla de Santi Denia cambió la actitud del equipo. Pese a tener a sus mejores armas en el banquillo, España salió con hambre al tiempo extra. Sergio Camello, uno de los reservas del equipo, fue el hombre decisivo. Entre él y Bernabé inventaron un gol casi imposible para desatar la locura española. El del Parma filtró un pase excelente para el delantero del Rayo y este picó el balón por encima de Restes. Quedaban 20 minutos de final, pero ‘La Rojita’ los supo gestionar a la perfección. Pablo Barrios se multiplicó para barrer todo lo que pasaba por su zona, mientras que Camello estiró al equipo y aprovechó el desgaste de la defensa francesa para matar el partido. El atacante recibió a la carrera un pase larguísimo con la mano de Arnau Tenas para volver a batir a Restes por arriba. Era el gol definitivo. El que conducía a España hacia el oro olímpico 32 años después. En un partido para la historia. ¡Felicidades, campeones!

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