De Eibar a Berlín; de Berlín al cielo. Oyarzabal fue el héroe de la final de la Eurocopa. Descargó para Cucurella y remachó el centro del lateral para tumbar el muro inglés. Su magnífico wonderwall. Todo en cuestión de segundos; legal por una rodilla. No podía haber un mejor protagonista. Él y Dani Olmo, porque el catalán sacó poco después el empate inglés bajo la línea. España tumbó a Inglaterra en el Olímpico de Berlín y se proclamó campeona de Europa por cuarta vez en una final de infarto. Ya no hay país con más trofeos que el conjunto español en el continente. Del tanto de Marcelino para ganar en 1964, pasando por el de Fernando Torres y su resiliencia en Viena en 2008 hasta la victoria coral e indiscutible en 2012. Ahora se suma Oyarzabal y su gol en 2024. ‘La Roja’ jugó mejor, pero Inglaterra supo deshabilitar como nadie el juego fresco de los de Luis de la Fuente. El equipo de Southgate anuló al conjunto español en el primero tiempo. Sin embargo, el gol tempranero de Nico Williams tras el descanso viró el rumbo de la final. Palmer empató en una acción aislada de Inglaterra. Pero España, que ha demostrado una adaptabilidad destacable ante todos los escenarios posibles en este torneo, supo rehacerse y volver a tomar la delantera con el tanto de Oyarzabal. Torneo perfecto. Siete victorias en siete partidos. Campeones con mérito. Reyes de Europa.
👊 Inglaterra ensucia el juego de España
La táctica imperó y devoró los primeros minutos de la final. Southgate, conservador durante todo el torneo, no improvisó para la final y ante un equipo como España. Puso trampas con Shaw y Walker para frenar el genuino talento de Lamine Yamal y Nico Williams. Tampoco dudó en sacrificar a un MVP de la Premier League como Phil Foden para vigilar a Rodri, compañero en el Manchester City. España siguió con su idea de juego atrevido y desinhibido, pero chocó con la acumulación inglesa. Más que proponer, Inglaterra quiso destruir el juego español. En eso los ingleses han sido los más brillantes del torneo.

Kane y Laporte pugnan por una pelota en la final de la Eurocopa.
España se tuvo que mentalizar con el paso de los minutos de que el partido iba a tener un trabajo de insistencia mayor que los que ha afrontado en las eliminatorias anteriores. Ni ir por detrás del marcador ante Georgia o Francia, ni asumir que tenía que jugar una prórroga frente a Alemania sin sus dos mejores jugadores en el campo estaba a la altura de lo que se le venía frente a Inglaterra y su método destructivo. Esto era nuevo. Un melón por abrir. Pocas veces pudo romper ‘La Roja’ la sobria colocación inglesa. Esto desesperó a los españoles y llevó al equipo a tener precipitaciones con balón. Algo poco habitual en los de De la Fuente.
Inglaterra empezó a crecer con los errores de España, que tuvo más posesión en el primer tiempo, 69 a 31 por ciento, pero que solo tuvo un remate a portería: un disparo de Fabián fácil para Pickford. Los mismos que Inglaterra: un remate de Saka tras una falta lateral. Todavía tendría España una última mala noticia en forma de lesión de Rodri cuando intentaba taponar un disparo en la frontal. Su último servicio. La primera parte fue controlada por España, pero rebozada por Inglaterra. Se jugó (nada) a lo que quiso el conjunto de Southgate.
🏆 La conexión de los bros y Oyarzabal abren el cielo
El descanso llegó como agua de mayo para España. De la Fuente afrontó la baja de Rodri con Zubimendi y ajustó al equipo para que saliera más agresivo. El técnico se quedó sin su piedra angular, pero su equipo, en lugar de resentirse, comenzó a funcionar. No pudo regresar mejor del descanso. La pelota le llegó a Lamine con espacio, se perfiló para amargar con su zurda mientras Morata y Olmo limpiaban la zona de ingleses para dejar solo a Nico. El del Barça vio el hueco y le hizo llegar el balón al del Athletic, que remató de primeras. La conexión inevitable de los bros. Esas son las peores acciones. Las que ves venir, pero no puedes evitar. Cuarta asistencia de Lamine, el mejor en este aspecto del torneo, y segundo gol de Nico. Entre los dos futbolistas han generado más de la mitad de los goles de ‘La Roja’ en la Eurocopa (8/15). Brillantez.
A España se le abrió el cielo y empezó a encontrar las grietas inglesas, cada vez más profundas y visibles. Los extremos españoles tuvieron más espacios para generar. Morata estuvo a punto de marcar en un mano a mano y poco después fue Pickford quien sacó milagrosamente un remate de Lamine que se colaba. Pero el marcador era muy corto e Inglaterra es Inglaterra. Y siempre tiene una. Saka encontró el hueco dejado por Cucurella en unas de sus subidas, combinó con Bellingham, tapadísimo por la alargada sombra de Carvajal, y se estiró para asistir casi desde el suelo a Palmer, que batió a Unai Simón tres minutos después de entrar en el campo con un tiro raso.
El golpe fue duro, pero España está hecha de otra pasta en esta Eurocopa. Se repuso. La final enloqueció. Lamine pudo coronarse tras un jugadón, pero Pickford volvió a parar, esta vez más por el tiro centrado del futbolista del Barça. No especuló el equipo español. No pensó en la prórroga. Su forma de ser es contraria a eso. Siguió valiente y tuvo su recompensa. Con Oyarzabal de héroe. El jugador de la Real Sociedad aclaró la jugada y remató de primeras el centro desde la izquierda de Cucurella. Abrió el camino hacia el título. Aunque todavía faltaba cerrarlo. De eso se encargó Dani Olmo. El centrocampista catalán sacó bajo palos una ocasión de Stones en un saque de esquina cuando el balón entraba en la portería. Después, el equipo contemporizó y bajó las revoluciones hasta el pitido final. España es campeona de Europa. En un torneo perfecto. Ganando a Alemania, Francia e Inglaterra. Lamine Yamal fue el mejor jugador joven del campeonato; Rodri el MVP; Olmo, el pichichi.
España ya mira por encima del hombro a las grandes selecciones continentales. ¡Enhorabuena, campeones!