Cuando España resistía y pedía maltrecha y achantada los penaltis ante una Alemania feroz y efervescente, encontró la cabeza de Mikel Merino. Dani Olmo, con los gemelos en las orejas, sacó su último resquicio de energía para armar la pierna derecha y sacar un centro que cabeceó el futbolista de la Real Sociedad a la red dejando un escorzo para la historia Un remate que se escuchó en Alemania y que cantaron las calles de España. Merino se vistió de Iniesta y de Puyol a partes iguales. Del primero, por la importancia y momento del gol; del segundo, por su similitud y resultado. El conjunto español sepultó a Alemania, rompió el gafe español ante los anfitriones en un gran torneo y retiró a Toni Kroos, quizás en su partido menos lucido del campeonato.
Fue una tarde de altas pulsaciones. De esas en las que un mínimo detalle decanta la balanza. El choque cambió nada más empezar tras el atropello de Kroos a Pedri que desencadenó la entrada de Dani Olmo, al que el destino le tenía guardado un protagonismo estelar. El catalán avanzó al conjunto de Luis de la Fuente en el marcador aprovechando un regalo de Lamine Yamal. Tras eso, el seleccionador debilitó al equipo con sus cambios y lo dejó moribundo hasta el empate in extremis de Wirtz. No pintaba nada bien lo que seguía en la prórroga. Sin embargo, entre las críticas y los rezos volvió a aparecer Olmo para poner un balón mágico a la cabeza de Merino. El resto ya es historia de la selección española, que se medirá el martes ante Francia en la antesala de la gran final.
👊 Control español, excitación alemana; Kroos se ‘llevó’ a Pedri
El duelo cumplió de entrada la espectacularidad del cartel. Los dos equipos se lanzaron a dominar el centro del campo. Luis de la Fuente no tocó nada. Salió con una alineación que todos nos sabemos de memoria. Nagelsmann recuperó a Tah, dio continuidad a Raum y Sané, que volvió a ganarle el pulso a Wirtz, y la novedad fue Emre Can, pieza clave para equilibrar la medular y ocuparse, sobre todo, de uno de los hombres de la Eurocopa: Fabián Ruiz. Gündoğan también vigiló de cerca a Rodri.
Con una presión casi hombre a hombre, los germanos salieron con el cuchillo entre los dientes en busca de incomodar la salida española. La ‘Mannschaft’ dejó de lado el estilismo para bajar al barro y rascar. El mejor ejemplo fue Toni Kroos, que sacó a relucir sus habituales dotes de control, pero que también se vio envuelto en una batalla más física, seguramente, para evitar caer en el abismo del retiro antes de tiempo. Anthony Taylor le perdonó la tarjeta amarilla a la leyenda del Madrid tras lesionar a Pedri con una durísima entrada y pisar poco después el empeine de Lamine. Kroos se fue de rositas; Pedri a la enfermería. Esguince de rodilla. Maldita condena la de las lesiones… Porque el canario entró bien al partido. En sus 8 minutos en el campo gozó de una buena ocasión con un disparo algo centrado a las manos de Neuer tras una dejada de Morata. Dani Olmo, que había salido a la palestra en la previa como posible titular, fue el substituto natural y, a la postre, clave para el devenir del partido.
El choque fue cogiendo tonos de lo que está predominando en esta Eurocopa: mucha táctica, batalla en el medio y bastante miedo. El único capaz de romper este hermetismo era Nico Williams. España atacó el 40% de sus veces por la banda del extremo del Athletic. Alemania lo sabía y Nagelsmann ‘sacrificó’ a Sané para echar una mano a Kimmich. Ni con esas pudieron evitar una entrada salvaje del extremo que acabó con un paradón abajo de Neuer. En el otro extremo, su bro Lamine estuvo menos inspirado, aunque apareció en el momento justo. España estuvo bien plantada. Havertz fue el único en ganar su duelo particular ante Le Normand para dejar dos disparos que despejó Unai Simón. El combinado de De la Fuente perdió la posesión del balón (47%-53%), pero eso ya es algo que hace tiempo dejó de importar.
😎 ¡Merino de mi vida!
Nagelsmann recuperó a Andrich y Wirtz para el inicio de la segunda parte. Dio entrada a dos piezas claves del teórico entramado alemán, pero cedió algo de sobriedad. Mucho más de lo que necesita España para hacer daño. Nacho ingresó por Le Normand en España. Morata, tras una desalentadora primera mitad, comenzó a desplegar sus dotes para generarse buenos espacios y empezó a conectar con Lamine. El primer enlace acabó con un disparo muy alto del ‘7’ dentro del área. En el segundo, el adolescente, encontró el camino del gol español. Lamine esperó, esperó y esperó, atrajo a Raum, vio el espacio y filtró un pase a la frontal para la llegada limpia desde atrás de un acertado Dani Olmo. Parece mentira que Lamine tenga unas virtudes tan pulidas y definidas con solo 16 años. Tercera asistencia del futbolista del Barça en la Euro y justicia en Stuttgart.
Mittelstädt y Füllkrug, dentro; Raum y Gündoğan, fuera. Paso para el descontrol. Nagelsmann se la jugó en busca del empate. Arriesgó a conceder más espacios, pero, a base de acumulación, obligó a España a retroceder unos metros. No ayudó nada Luis de la Fuente quitando a Nico, Morata y Lamine del terreno de juego por Merino, Ferran Torres y Oyarzabal. Unos cambios-control que desajustaron al equipo, que perdió mordiente arriba y empezó a sufrir en defensa ante el bombardeo de centros alemanes. El nerviosismo empezó a crecer. Unai Simón estuvo a punto de regalarle la igualada a Havertz, pero la vaselina del futbolista del Arsenal se perdió por encima del larguero.
España no supo defender el ímpetu germano. Füllkrug la tuvo con un disparo al palo y, muy cerca del final, Wirtz no perdonó un cabezazo atrás de Kimmich para empatar. El discípulo de Xabi Alonso ya sabe lo que es vivir con la agonía y salir airoso. Prórroga. España tuvo que ‘sobrevivir’ con más outsiders que habituales. Pero supo resistir. Con el balón. Oyarzabal se quedó cerca del gol español. A Wirtz le pasó lo mismo para Alemania. Los nervios, el desgaste y la presión empezaron a hacer mella. España vivió al límite. Tanto como el posible fuera de juego de Füllkrug que salvó unas manos claras de Cucurella en un disparo de Musiala.
Daba la sensación que todos estaba preparado para los penaltis, pero apareció Olmo. Su centro en reserva de gasolina encontró la cabeza de Merino y reventó el duelo en el minuto 119. España cerró su heroico pase a las semifinales de la Eurocopa llevándose por delante al equipo anfitrión, algo que nunca antes había logrado, y retirando a Toni Kroos, que tuvo un triste final a una carrera pletórica. Unas semis que el combinado nacional tendrá que afrontar sin Carvajal, que vio la roja por una falta clara sobre Musiala antes del pitido final, Le Normand y Pedri. Pero eso es otra historia.
¡La ‘Roja’ está entre los cuatro mejores equipos del continente por segunda vez consecutiva!