DIEGUENAZO SUPERCOPA REAL MADRID
✍️​ Opinión

El ‘Dieguenazo’: este no es otro artículo de la Supercopa

Ayer ganó el Real Madrid la Supercopa de España con una exhibición, pero no me puede dar más igual. Me fastidia, porque es un torneo que me gusta en su nuevo formato. Los partidos son de un cartel tremendo, y suelen estar tan bien como se espera. Mi gran problema para esta Supercopa es que la realidad me ha pasado por encima. No se sabe quién fue el primero en decir aquello de que «el fútbol es lo más importante de las cosas menos importantes», pero esta semana lo he comprobado. Por ello, no esperéis una opinión de la final. Esto va de otra cosa.

Muy a mi pesar, se merece un ‘Dieguenazo’ para pasar página.

Vinícius tritura a un Barça decrépito y hace supercampeón al Real Madrid

🖤​ Lo siento por la Supercopa

Mis últimos seis meses han estado marcados por las visitas al hospital. No por ingresos míos, sino por ver a un familiar. La agonía se terminó el miércoles, en el día de la primera semifinal de Supercopa. Hasta el último de sus días preguntó por cómo iba el Real Madrid, por lo que estoy seguro de que disfrutó del partido allá dónde quiera que esté. Al menos, allí no tendrá que preocuparse de los precios para ver el fútbol. Quiero entender que la televisión de pago es gratuita en ese plano espiritual. El problema es el vacío que ha dejado. Ya no podremos hablar sobre la última polémica de Vinícius, lo que ha hecho Bellingham o el nuevo capítulo del culebrón de Mbappé.

Por ello, esa frase sobre el fútbol como lo más importante entre lo que menos importa ha ido cobrando fuerza en mis pensamientos. Esas pequeñas tertulias eran las que mantenían la atención de mi familiar cuando perdía la noción de dónde estaba. Mientras estaba peleando por mantenerse con nosotros, el fútbol era su ancla. Hasta el final quiso devorar cada encuentro que echasen por la televisión del hospital. Es más, me obligaba a ponérselo si lo tenía en el móvil. Estoy seguro de que hubiese disfrutado de esta Supercopa, y ese es uno de los consuelos que me quedan. Pese a no ser importante en comparación con su realidad, esos últimos partidos fueron su válvula de escape.

Bellingham entra en la historia al batir a Ronaldo y Di Stéfano

Cuando terminó todo, el fútbol siguió ahí. En los momentos posteriores a su marcha, lo usamos como sedante para el dolor. Ese mantra volvía a ganar fuerza. «Ayer remontó el Real Madrid en la Supercopa» fue una de las frases más repetidas durante el día. Incluso los rojiblancos que pasaron a dar el pésame fueron merengues por un día. Estoy convencido de que algo tuvo que ver en uno de los mejores derbis de siempre. Si podía mover algo para que ganase su equipo, lo hizo. Esa certeza que teníamos todos ayudó a reconducir el dolor para recordarle de una forma más agradable. Ya no estaba, pero seguía con nosotros, con el fútbol como hilo conductor.

El domingo fue la final; yo no quería verla. Prefería desconectar tras una semana difícil. Tras medio año a vueltas con el hospital, no tocaba ir por primera vez en mucho tiempo. Pese a ello, era la mejor forma de honrar su memoria. Decía que no le gustaba ver las finales por lo nervioso que se ponía, pero siempre se enteraba de lo que pasaba. Yo no quería que nadie me lo contase, así que terminé de convencerme para ver el partido. Así como aquel fatídico miércoles, el Real Madrid ganó. Eran campeones de la Supercopa y no pudimos comentarlo. Eso sí, sé más o menos lo que le pudo parecer el partido y quién fue su favorito. Me gusta saber que, al menos, se fue con un título. Se hubiese enfadado de no ser así. Espero que, allá dónde esté, lo haya celebrado. Ojalá volver a hablar de fútbol cuando nos volvamos a ver.

Ir al contenido