KROOS DIEGUENAZO REAL MADRID
✍️​ Opinión

El ‘Dieguenazo’: que no nos falte nunca Toni Kroos

Sin haber llegado a la mitad de febrero, el Real Madrid tiene muy cerca el título de liga. Lo ha conseguido de la manera más improbable, paliando su plaga de lesiones con la extrema exigencia y el compromiso de una plantilla de la que aún se desconoce su techo. Detrás de esos dos grandes argumentos hay otro futbolístico que se esconde de los flashes. Toni Kroos, un año más, vuelve a ser el motor de todo lo que le rodea. Ante el Girona volvió a decidir el desenlace del Día D desde la tranquilidad de su despacho.

Mucho he tardado en sacarle por aquí, pues Toni Kroos merece un ‘Dieguenazo’.

🏔️​ Kroos, el líder silencioso que quiere irse en la cumbre

Recuerdo la presentación de Toni Kroos con el Real Madrid como si fuese ayer. El tipo interrumpió sus vacaciones en Mallorca (solo podía llegar desde allí un alemán) tras ganar el Mundial de 2014 y destrozar a Brasil en semifinales. Hacía un calor horrible en la capital, y su primera toma de contacto con la afición iba a ser a las 6 de la tarde. Vamos, que sobrevivir era casi tan importante como ver al nuevo fichaje. Yo no escapé mal, porque le tuve muy cerca y mi móvil no explotó pese a la temperatura. Pleno de victorias para mí, aunque en ese momento solo podía replantearme mi existencia lejos de la piscina. Quizás era un pensamiento generalizado, pues no hubo demasiada gente para recibir al futbolista que moldearía el juego del Real Madrid en un ciclo glorioso. Era un presagio: él no movería lo que otros, pero era tan importante como para abrir el Bernabéu en medio de una ola de calor.

En este verano se cumplirán 10 años de aquel día, y el panorama es muy distinto. A sus 34 años, Kroos solo renueva si está conforme con su rendimiento. Es decir, ha logrado que el Real Madrid le ofrezca una renovación por temporada y que la sentencia dependa exclusivamente del jugador. Desde que esta fórmula está vigente da la sensación de que juega aún mejor. Lo hace en silencio, como siempre, y solo causa revuelo cuando va a tomar una decisión. Si la presentación que tuvo en 2014 fuese hoy una despedida, iría bastante más gente para rogarle un año más de fútbol sin importar la temperatura.

Kroos, Modric y el (in)evitable final de una era en el Real Madrid

Mientras que toma una decisión, sigue sumando exhibiciones cada semana. Puede ser que estas se sustenten en lo bien rodeado que está, pero esa es la trampa de siempre. Kroos es un futbolista lento, que apenas regatea y que no suele asomarse al área, por lo que parece peor de lo que es. Su magia está en que, cuando no está, se nota demasiado. Él ordena todo para que Vinícius vuele y Bellingham brille, cosa que ya sucedía con Cristiano Ronaldo y Benzema. Los partidos del Real Madrid se juegan primero en su cabeza y luego en el campo, pues tiene un superordenador futbolístico en su mente. Procesa todas las opciones posibles para ejecutar siempre la idónea. Desde el pase consigue que todo funcione mejor. Saca la mejor versión del resto mientras trabaja sin hacer ruido. El resto se lleva las portadas, y él consigue el respeto y el reconocimiento de los suyos.

Hasta el gran Girona de Míchel se desnudó ante la grandeza de Kroos. Fue un equipo desdibujado que bailaba bajo los designios del alemán y sus ya icónicas botas blancas. Los goles y el protagonismo se lo dividieron Vinícius y Bellingham, pero el control del partido tuvo acento alemán un día más. Lo hizo como siempre, sin alardes y con la normalidad de quien va a la oficina un lunes. Por ello sería raro que no renovase. Kroos sabe que su nivel merece, al menos, un año más. No puede privar a los suyos de su orden silencioso e inalterable cuando su fútbol aguanta el tipo con tanta brillantez. Lo que no sabemos es que, probablemente, esto sea una estrategia del alemán para ordenar también nuestro pensamiento fuera del fútbol. Así, mientras se habla de su contrato, no se presta atención a otros temas menos relevantes. Semejante genialidad solo podría salir del ‘8’ del Real Madrid. Ojalá no sea la última y nos queden unas cuantas más.

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