⚽ Fútbol femenino

Las becas universitarias en Estados Unidos… ¿una opción viable para vivir del fútbol femenino?

Desde hace ya muchos años, Estados Unidos ha sido la meca del fútbol femenino. La selección estadounidense ha contado con el grueso del talento y con la mayor cantidad de recursos a su disposición gracias a la base creada a partir del fútbol universitario. El país norteamericano ha servido de ejemplo, referencia y modelo para jugadoras, cuerpos técnicos y federaciones de todo el mundo.

En España, el deporte está apartado casi por completo de la educación. En el caso de las mujeres y el fútbol, esa circunstancia se amplifica considerablemente. Durante años fue algo impensable y la apuesta ha sido absolutamente nula, incluso a medida que el deporte femenino ha ido ganando peso en el espectro. De ahí que muchas niñas españolas optasen por marcharse a las universidades estadounidenses para poder practicar su deporte favorito y compaginarlo con los estudios.

Este es el caso de dos jugadoras de la División I de la NCAA: Cristina Sallent Pedroche (21), estudiante y jugadora junior de las Rams de la Universidad de Rhode Island; y Lucía Mazón García (19), que jugó su año freshman con las Bulldogs de Fresno State (California), antes de regresar a España. Desde Legal Sport hemos querido dejar un espacio a sus historias, para que detallen su experiencia en Estados Unidos y expliquen de primera mano cómo funciona el sistema norteamericano, qué ha cambiado en los últimos años para que dejen de ser una potencia y cómo plantean el futuro profesional.

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🤝 Deporte y educación, de la mano en Estados Unidos

Estados Unidos siempre ha estado a la vanguardia a la hora de mezclar el deporte con la educación. «No existe un país en el que la estructura deportiva esté mejor integrada en el sistema educativo«, comienza Cristina. Esto ha ayudado a que muchos estudiantes desarrollen sus habilidades a la vez que han podido progresar en sus estudios.

En el año 1972 se aprobó en el país una ley federal, el Title IX, que instaba a las universidades a dotar de instalaciones, presupuestos y número de becas de igual manera tanto a las secciones masculinas como femeninas de cada deporte. Esta medida fomentó un boom espectacular, ya que la participación femenina en el deporte creció un 456% desde 1972 hasta 2005 según un estudio de la propia NCAA. Las mujeres en Estados Unidos se decantaron históricamente por lo que allí denominan soccer.

Sallent afronta su tercera campaña en Rhode Island y es una de las estrellas del equipo: «A mí me impactó muchísimo el tema de la profesionalidad. Nos tratan con las mejores condiciones. El fisio, por ejemplo, es una pasada, nos atienden 24 horas, tenemos mucha ropa que nos lavan y llevan a los partidos y viajamos en avión o si son distancias cortas con un autobús completamente personalizado para nosotras. También se pueden ver nuestros partidos por ESPN«, indica la número 10 de las Rams.

Lucía Mazón, que ha regresado a España después de su primer año en ‘USA’, analiza el proceso hasta llegar a Estados Unidos: «A mí siempre me ha costado muchísimo lo de salir de casa, pero tenía amigas, compañeras que habían jugado en el Pozuelo conmigo, que habían probado la experiencia y me habían hablado muy bien«, inicia una Lucía, que acudió a la agencia Play Ball Agency para iniciar su proceso de petición de becas.

Mazón, que se desempaña como central o lateral derecha, llegó a jugar en Segunda división con el Pozuelo, histórico del fútbol femenino español, en la temporada 2020/2021, a la edad de 16 años, antes de marcharse en 2022: «Tienes que hacer mucho papeleo, desde cartas de recomendación hasta enviar vídeos de tus partidos. Luego ellos envían todo esto a diferentes universidades según tu preferencia, la zona geográfica, el nivel futbolístico y la carrera que quieras estudiar. Pasas por varias entrevistas con los entrenadores. Yo terminé decidiéndome por Fresno State», cuenta Lucía sobre el proceso de admisión.

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Lucía Mazón (4), durante un partido con Fresno State.

Sin embargo, el fútbol no se puede compaginar si no tienes un buen expediente académico: «Si no tienes una nota media de mínimo un 7 o 6 te quitan la beca. Tú vas a clases y luego al fútbol, pero tienen que ir de la mano«, continua Sallent que estudia Contabilidad y Finanzas. Lucía vivió algo similar: «Yo tenía que registrar seis horas mínimo de biblioteca a la semana. Hubo una semana que tenía poco que estudiar y solo estuve cuatro, por lo que a la semana siguiente tuve que llegar hasta las ocho. Lo consideran fundamental», termina Mazón sobre sus estudios de Ingeniería Civil.

💪 Fútbol basado en el físico

El fútbol no es el deporte más popular de Estados Unidos; es solo soccer: «Lo del fútbol americano y el baloncesto es una locura. Nos juntamos todos los athletes, como nos llaman, para ir a ver los otros deportes y el ambiente del campus y los estadios es increíble. Tu equipo es como tu familia, convives día a día con ellas», explica Sallent sobre la Universidad de Rhode Island.

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Cristina Sallent (10), durante un partido con la Universidad de Rhode Island.

Esa visión diferente que tienen del deporte afecta también al fútbol: «A mí me costó mucho adaptarme al tema físico. Lo consideran crucial. Como centrocampista me gustaría entrar más en juego con el balón y creo que es donde más destaco, pero para ellos el físico es primordial«, continua Cristina sobre su experiencia en las Rams.

‘Cris’ Sallent y Lucía Mazón coinciden en un aspecto: las jerarquías se respetan mucho. «Yo empecé jugando 45 o 50 minutos; eso es bastante. He visto compañeras que no han pisado el campo casi en todo el año«, analiza Sallent sobre el primer año que pasó en la Atlantic 10 Conference.

Mazón, por su parte, jugó en la Mountain West Conference: «Yo comencé de titular por la lesión de una compañera. En cuanto estuvo recuperada pasé al banquillo y jugué mucho menos. Al final, como la temporada nos iba mal, volví a jugar muchos minutos», termina Lucía que en su regreso a España ha cambiado el fútbol por los maratones.

🤔 Para ser profesional… ¿España o Estados Unidos?

En este apartado, Cristina difiere de Lucía, que aportan dos visiones muy enriquecedoras para una jugadora que quiera emprender su camino profesional. «Si una chica quiere ser profesional, yo sí que le recomendaría irse«, dice Lucía sobre su año en Estados Unidos.

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Lucía Mazón, junto a sus compañeras de Fresno State.

«Si quieres ser profesional a nuestra edad, mínimo, ya deberías haber destacado. Mi visión es que en España en un equipo de tercera o segunda división te requiere mucho tiempo y te va a resultar difícil compaginarlo con tus estudios. Aquí el nivel es increíble y te van a ayudar para que puedas llevar a la vez ambas cosas, porque según está el fútbol profesional para las mujeres hoy en día tener estudios es fundamental, ya que, por lo general, después no vas a poder vivir del fútbol», analiza.

‘Cris’ comenzó su andadura en el fútbol en Las Rozas como portera, antes de pasar al centro del campo. Estuvo en las inferiores del Madrid CFF y del Real Madrid, dos de las mejores canteras nacionales, antes de saltar a Estados Unidos. «Si mi objetivo hubiese sido ser profesional, me habría quedado en España seguro«, comenta Sallent.

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«Creo que hay mucha diferencia todavía en España entre Primera, Segunda y el resto. En España entendemos mucho más del juego; el nivel táctico y técnico es muy superior. En EE. UU., para saltar a profesional tienes que pasar por el draft y para que te elijan tienes que estar en una universidad famosa para que te conozcan Aquí juegan por hacer deporte y divertirse», concluye ‘Cris’ sobre su experiencia en Estados Unidos.

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