Guillermo ‘Willy’ Lahoz fue un jugador histórico en la primera etapa profesional del pádel en España. Posteriormente, asumió el papel de entrenador, con la tutela de leyendas como Alejandra Salazar o Fernando Belasteguín. A principios de 2024 decidió dejarlo todo para marcharse a Sudáfrica, con el objetivo de impulsar este deporte.
Charlamos con él para que nos cuente su día a día en esta nueva experiencia, los motivos que le llevaron a dejar el pádel profesional, sus recuerdos, y los planes que contempla de cara al futuro.
Entrevista a ‘Willy’ Lahoz en Legal Sport
Pregunta. ¿Sigues la actualidad del pádel desde Sudáfrica?
Respuesta. Sé que ha habido un montón de cambios de parejas y sigo más o menos los torneos, pero estoy alejado del cotilleo interno. Sé algunos movimientos, pero no los motivos.
P. Lo de Paquito y Lebrón lo sabrás…
R. Sí. Además, como el año pasado estuve en M3, he seguido el caso de Juan Lebrón muy de cerca.
P. ¡Cuenta!
R. Tuvo una crisis gorda el año pasado. Es normal, porque es un chaval joven al fin y al cabo. Perdió pegada de repente, no sé muy bien por qué, pero como es un camaleón supo reinventarse y ganar torneos sin la pegada.
P. Por la lesión.
R. Seguramente haya jugado con dolor, pero cuando las cosas no van bien los jugadores tienen un sistema de autoprotección que les hace decir que si otros consiguen mejores resultados es porque ellos tienen problemas.
Los jóvenes es raro que tengan muchos contratiempos. Otra cosa es Bela, que aunque es un fenómeno ya tiene una edad y va arrastrando cada vez más molestias.
P. Pero Lebrón paró varios meses de competir, volvió a su antigua pala…
R. Sí sí, que tuvo algo está claro. Quizá parecido a lo que tuvo Alejandra, que jugó con dolor y ganó torneos, aunque es cierto que ella utiliza menos la pegada. A Lebrón me gusta siempre verlo ahí arriba en la pelea por los títulos.
P. Jorge Martínez contó que le obligabais a entrenar sin pegar y se enfadaba mucho, pero lo consiguió.
R. Los jugadores tienen que evolucionar. Lo que están haciendo los jugadores es reinventar este deporte, añadir golpes nuevos y no te puedes quedar atrás. No sólo se gana de una manera, y tienen la condición física para no necesitar jugar a 5 tiros, pueden jugar a 20. Y con la calidad que hay, que da la sensación de que juegan a otra cosa.
P. Parece que juegan con mucho riesgo, pero luego las meten todas dentro.
R. Antes estaba Juan Martín, que te jugaba adelantado, y al principio pensabas que había sido suerte, pero luego veías que te las tapaba todas. Ahora eso lo hace Chingotto, Paquito, Tapia, Coello… todos los jugadores hoy juegan en un metro cuadrado a una velocidad y con unos reflejos de locura. Se nota que el deporte está pasando a otro nivel.
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P. ¿Te gustan, Willy Lahoz, los torneos al aire libre que estamos viendo?
R. Yo creo que a los jugadores no les gusta. En Premier se están viendo algunas sorpresas por eso y es bonito, pero a los top no creo que les haga mucha gracia. La gente que paga su entrada debería ver el pádel en las mejores condiciones. Hay cierto juego que no se te permite desarrollar.
P. ¿Para ti el pádel es un deporte indoor?
R. Es un deporte de precisión, porque la pelota la tienen que ajustar cada vez más al rincón y más atrás en globo y eso con viento es muy difícil. En una naves se pierde el glamour que tenían los clubs como el Club de Campo, Chamartín o Alameda en los que jugábamos nosotros, pero tienes un confort bestial y la sensación de que si fallas, fallas tú.
P. Pero el pádel es una partida de ajedrez con muchas variables y al aire libre son más…
R. En ese sentido sí es interesante. Al final los inconvenientes son la mejor forma de aprender para cada vez ser mejor jugador.
P. ¿Están los profesionales un poco acomodados, rodeados cada vez de más gente que les ayuda a todo?
R. En la vida tendemos a preferir que nos resuelvan los problemas. Yo, por ejemplo, nunca he tenido representante. Aunque fui el primer jugador que llevó un preparador físico a los torneos, uno que también era masajista. Hasta que Semprún me lo quitó porque le pagaba más que yo… [risas].
Pero ahora cuentan con representante, psicólogo, entrenadores, dietistas, nutricionistas… tienen la alfombra roja y ellos se dedican a lo más bonito que es jugar.
Me alegra ver que el pádel ya es algo más que una moda, como pudo ser el squash, un deporte global con contratos serios y cifras importantes, pero también es verdad que ellos han tenido la suerte de que el camino lo recorriéramos otros. Tampoco buscamos nada a cambio, pero esto hace que el deportista hoy a la mínima dificultad no mire para dentro y a veces se olvide de que siempre hay que mejorar.
P. Antes todo era muy diferente.
R. Yo tuve un problema en las plantas de los pies, cuando hacía calor se me despellejaban vivas y no podía ni caminar. En un torneo que Rovaletti y yo estábamos jugando muy bien, habíamos ganado a Juan Martín y el Bebe Auguste, en la final contra Reca y Nerone no me pude mover. Luego en la prensa leí que que Guillermo estaba muy nervioso… En Marbella jugando con Marcello Jardim me volvió a pasar lo mismo.
Recuerdo terminar de jugar con Raúl Arias a las 12 de la noche en Murcia y tener un vuelo al día siguiente a Mallorca a las 8 de la mañana. A las 2 estábamos aún en Soto Grande. Nos metimos en el coche, llegamos al aeropuerto a las 6 de la mañana, dormimos una hora tirados en el aeropuerto y en el avión y a jugar. Y si no ganábamos perdíamos dinero.
«Yo vivía de mi trabajo en los clubes deportivos, no de jugar al pádel»
Una cosa no ha cambiado: los jugadores siempre queremos jugar. Pero hay que cuidar la salud del deportista. En eso todavía no tenemos la madurez del tenis. Yo vivía de mi trabajo en los clubes deportivos, no de jugar al pádel. Éramos como los futbolistas de Malta cuando juegan contra España, que son todos oficinistas, bomberos, carpinteros… Ahora son profesionales y se pueden dedicar a ello.
P. ¿Está el pádel masculino evolucionando hacia una excesiva dependencia del remate? ¿Se está perdiendo el pádel más táctico y elaborado que había antes?
R. En el tenis, que es el deporte madre de raqueta, si tienes a uno que saca a 224 km/h restar es misión imposible. En pádel hay jugadores que se traen la bola desde detrás de la línea y juegas con la presión de no poder tirar globos. Por eso soy súper fan de jugadores como Chingotto, que sin esos recursos hace grandes torneos.
El deporte va evolucionando hacia súper atletas. Los jugadores son cada vez más fuertes, más altos, los materiales de las palas cada vez mejores… Hay que investigar mucho en el sistema de las pistas para que, como decía Paquito, haya partes de la temporada en pista lenta.
En tenis, a mí siempre me gustó más la batalla de gladiadores en pista de tierra que el ‘pim, pam, pum’ de Wimbledon. Cuando yo empecé al jugador se le sometía a un tratamiento de desgaste que acababa lesionándolo incluso, porque no tenía armas para cerrar los puntos.
P. También podrían hacerse cambios en las bolas.
R. Sí sí, hay que tocar todas las herramientas del juego. La pala, las pelotas, la superficie. Lo mejor del pádel es la estrategia que conlleva, ese desgaste de los jugadores y ver qué tipo de decisiones van tomando. Hay que pensar en todas las condiciones del juego para hacerlo siempre atractivo y se sigan ganando adeptos.
P. ¿Qué te ha llevado a Sudáfrica, Willy Lahoz?
R. Vine hace mucho tiempo con Thomas Johansson, que fue un gran jugador de tenis, un ídolo. Él era el director general de Montecarlo Sports. Se jugó un torneo de APT en Ciudad del Cabo. Él me dijo de que la ciudad y el país me iban a encantar y acertó, porque me enamoró desde el primer momento. Tiene una energía especial, sitios de naturaleza espectacular y unos colores únicos. Pero sobre todo, la gente. Es algo increíble lo amigable que es.
Ahora además están como locos con el pádel, llevan 4 años jugando de una manera un poquito más seria. Me recuerda a España en mis inicios y eso me hace rejuvenecer.
P. ¿Cómo es esa evolución?
R. Empezaron al aire libre y ahora ya están construyendo pistas indoor con todo lujo de detalles. Utilizan Playtomic para organizar los torneos porque no tienen federación ni puntos.
Muchos jugadores de tenis se están pasando al pádel, como nos pasó en España cuando los que éramos tenistas en el C.T. Chamartín como Chema Montes, Ramiro Choya, Federico Pi Corrales, Aniceto Álvarez, los hermanos Rodilla… nos pasamos al pádel, jugábamos todos los días y terminamos siendo campeones de España.
Aquí se está repitiendo: gente que juega muy bien al tenis se está pasando al pádel. Les falta la confianza defendiendo con los rebotes, pero en volea y remate son muy buenos para el tiempo que llevan. Y tienen unas ganas tremendas.
P. ¿Cómo es tu día a día?
R. Me ocupo del desarrollo del pádel en el país con una empresa inmobiliaria, Balwin, de las más grandes del país, que ha creado su división de pádel, Balwin pádel. Ellos son los propietarios de los terrenos, construyen urbanizaciones grandes con un centro deportivo, y no está el estrés de tener que pagar una renta. Para ellos es un atractivo más para vender los apartamentos.
Se está hablando con la FIP para traer un torneo aquí, por fomentar el pádel y que la gente juegue más. Me están tratando de maravilla y es un país que merece mucho la pena visitar.
P. También estás jugando y ganando torneos
R. Sí, con algún amigo local, y aunque las ganas de ganar nunca se pierden lo que más me divierte es ver que la gente está como loca por aprender.
P. ¿Pero alguno te ha plantado cara?
R. De momento no hemos tenido ningún susto, pero son partidos divertidos. Aquí son bastante salvajes porque juegan en altura con bola rápida, la gente le pega bien y los puntos no duran nada.
Pero luego vienen a Ciudad del Cabo, que está a nivel del mar, y se quejan de que es más lento. Yo les digo que no, que esto es el pádel real, lo que no es real es lo de Johannesburgo. Pero claro, ellos ven a Tapia que le pega desde todos lados y creen que ellos también pueden. Pero Tapia lo hace en todas las pistas… [risas]. Es muy divertido ver las ganas que tienen, están como locos.
P. ¿Te tiran alguna bola en esos torneos?
[Risas]. Me tiran alguna, pero los cabritos me quieren tirar la que ya me ganan. Pero como uno es perro viejo y sabe colocarse, me revuelvo y la saco.
Me encanta porque son muy pasionales. Son muy burros y juegan torneos que son auténticas maratones. Igual te meten por la mañana una liguilla de 4 o 5 sets y luego juegas por la tarde cuartos y semifinales. Y yo ya tengo una edad y no estoy para disputar eso, que me puedo lesionar. Es verdad que el nivel todavía me da para aguantarles más o menos. Si esto se hace en España estaría doblado.
Además se levantan a las 6 de la mañana y a esa hora están las pistas llenas. Una auténtica locura. He llegado a dar una clase amaneciendo y en los primeros 10-15 minutos se veía poco, pero al tipo le daba igual, me decía que le tirara bolas.
P. O sea que hay fiebre de pádel.
R. Sí, falta organización en cuanto a federación y demás pero están montando clubes rápidamente apoyándose en empresas españolas.
P. Tu etapa de entrenador, Willy Lahoz, ha sido corta. ¿Te cansaste?
R. Para nada. Mi etapa de coach la desarrollé sobre todo en Santander, incluso de manera altruista con jugadores como Jorge Ruiz o el propio Sanyo, que recién llegado se vino a jugar conmigo y a vivir a Santander. Era un jugador bestial, todavía en formación. No digo que yo fuera su mentor ni mucho menos, pero pasamos un año juntos genial. Pero vivir en Santander siempre fue un hándicap para mí.
A mí me encanta transmitir lo que sé a gente que tiene pasión por este deporte, lo llevo en la sangre. El año pasado sí me dediqué de lleno a mi faceta de coach. Surgió la oportunidad de trabajar en M3, que siempre me había hecho tilín por su metodología, y yo además me iba a Madrid por temas familiares.
Con Jorge Martínez y David Morales fue todo muy fácil, se trabaja muy bien con ellos. Fue una etapa de tener la cabeza sólo pensando en ver todos los partidos, estudiar los rivales y tratar de hacer un trabajo profesional para ayudar a todos los jugadores que pasaron por nuestras manos.
Fue una experiencia súper bonita y este año habría seguido, pero la oportunidad de expandir el pádel a otros países y montar esa academia un poquito más mía me llevó a moverme. He perdido un poco el contacto con los jugadores profesionales y les echo mucho de menos, pero a veces lamentablemente no puedes estar en todos los sitios a la vez.
P. ¿Echas de menos ese entorno de pádel profesional?
R. Por supuesto, porque además son grandísimas personas. Me encantaría estar ahí para ver crecer a gente como Noa Cánovas o Jimena Velasco… Tuve la suerte de estar día a día con gente maravillosa como Belasteguín, Yanguas, Sofía Araújo, Ale Salazar y eso ya no me lo quita nadie. Han sido momentos mágicos.
Pero estoy muy feliz aquí enseñando a gente menos reconocida de la mano de una buena empresa y con un equipo humano fantástico, el mejor que he conocido, y con tantas ganas y que me lo pone muy fácil.
P. ¿La aventura tiene fecha de caducidad? ¿Te ves volviendo a ser coach de pádel profesional?
R. No lo descarto, pero llevo pocos meses aquí y es un proyecto muy bonito y gratificante. A Santander me fui para un verano y terminé pasando 25 años allí…
Contrato tengo hasta diciembre de este año, con la posibilidad de prorrogarlo otro año más, y me gusta cumplir mis compromisos y no dejar los proyectos a medias. Me preocupaba el tema de la seguridad, pero no he tenido ningún problema.
Me pesa haber dejado el circuito profesional y echo de menos a su gente, me encantaría hacer las dos cosas a la vez, pero no es posible. Aquí estoy contento y muy ilusionado con el proyecto. El tiempo lo dirá pero al pádel estaré vinculado toda mi vida.
P. ¿Son los dos famosos torneos con Bela que ganas casi en el tiempo de descuento de tu carrera como jugador, siendo además MVP, tu mejor recuerdo?
R. Tengo muchos buenos recuerdos como el campeonato de España que gané con Raúl Arias. Con Marcello Jardim también tengo torneos imborrables, como un internacional en el Club de Campo que ganamos y fue un poco nuestra consagración. El mundial que gané con Juani Mieres también fue muy especial, igual que otro por equipos que conquisté con Paquito, en el que sentí que estaba dando el relevo a un jugador que iba a hacer historia, y además es una persona de una calidad humana excepcional.
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Pero sí, esos dos torneos fueron un poco un regalo porque mi carrera estaba marcada por haberme quedado en Santander, lo que me limitaba mucho a la hora de formar parejas competitivas. Cuando el mejor jugador del mundo me llamó fue una oportunidad un poco para reivindicarme y disfrutarlo, además de demostrar una vez más lo bueno que es Belasteguín, que era capaz de ganar con un compañero de edad ya avanzada.
Nadie pensaba que fuéramos a ganar, aunque nosotros sí, porque te cuento un secretillo: unos meses antes habíamos ganado en dos sets a Paquito y Lima. Con Bela siempre aspiras a lo máximo, porque sabes que la primera norma está salvada porque nunca te va a vender. Si te salen tus tiros y tienes confianza, sabes que vas a disfrutarlo. Y fue lo que pasó.
Me quedo con toda mi trayectoria en Santander y compaginarlo con sacar clubes adelante con muchas nóminas que pagar.
P. Juégate 10 € a sí o no. ¿Te quitará Bela el récord al jugador más veterano en ganar un torneo?
Bela es capaz de todo. Él lo tiene en la cabeza porque es un hombre de récords, y si alguien se lo merece es él. Ojalá hubiera muchos como él. Pero bueno, si no será como el de Pedro de la Rosa, que tiene una vuelta rápida por ahí, una forma de que se acuerden de uno y salir en algún listado. Pero es anecdótico.
P. ¿No juegas el mundial de veteranos?
R. No puedo porque es una semana entera y coincide que aquí tenemos un torneo Norte contra Sur en Durban que ya estaba cerrado. Me encantaría estar, y más representando a España, pero lamentablemente entre que el vuelo es largo y son muchos días no ha podido ser.