COVENTRY CITY WEMBLEY FA CUP MANCHESTER UNITED
✍️​ Opinión

El ‘Dieguenazo’: lo del Real Madrid, ante el espejo del Coventry City

Tenía mil temas para la columna de esta semana. Estaba la resaca europea, la del Clásico y el más que seguro adiós de Nacho a final de temporada. Todo podría servirme de percha para contaros otra cosa más mundana y menos interesante. Pese a ello, hubo algo que sucedió ayer por la tarde que ha cambiado todo. El Coventry City casi remonta ante el Manchester United, y nos dejó a las puertas de una historia legendaria que tenía todo: el equipo humilde ganando al grande, en el descuento y en Wembley. Entonces, llegó el puñetero fuera de juego para aguar la fiesta y recordarnos que los finales felices no están escritos.

Por mucho que no valiese una final de FA Cup y se perdiese en un domingo de Clásico, lo del Coventry se merece un ‘Dieguenazo’.

💔​ De la esperanza y el optimismo al existencialismo del Coventry City en Wembley

Nada más que terminé el Clásico y mi jornada, me puse las semifinales de FA Cup. Aunque mi pareja me miró como si tuviese alguna tara, no fue tan exagerado. O al menos quiero pensar que hubo más gente que hizo lo mismo que yo. Me puse el Coventry City-Manchester United desde el segundo tiempo para ver que había pasado. Al terminarlo, vi que ella tenía razón. Fue sufrir por sufrir con un equipo que ni me va ni me viene y que ha reinstaurado en mi cabeza el existencialismo del que trato huir. Pese a que habían pasado unas horas, me hicieron creer en que el desenlace sería diferente, que el gol de Victor Torp en el 120 no lo iban a anular. Merecían un final feliz que no llegó desde el punto de penalti. El fútbol no lo veía así, porque a este deporte no le gustan los finales felices ni los cuentos de hadas. Quizás por esto mismo es el juego que más refleja lo que es la vida, y viceversa.

Y es que, en el mundo terrenal, no existen cuentos de hadas. Rarísima vez tienen lugar. Los equipos humildes como el Coventry City se quedan con el 0-3 del Manchester United y un bonito viaje a Wembley, nada más. Por ello, parecía que su remontada en la segunda mitad iba a romper la norma. Iba a ser uno de los clavos ardiendo a los que te agarras cuando todo va mal. Estaba destinado a ser el mejor vídeo motivacional de la historia. Si es que hasta marcaron el 4-3 en el último suspiro, por Dios. Tenía todas las lecturas positivas posibles. Entonces, cayó la realidad con su mala leche habitual. Fue fuera de juego, no valió el tanto del Coventry. Aunque quedasen por jugarse los penaltis, todo estaba perdido. Ya no había esperanza, sino un crudo existencialismo para un club pequeño y maltratado por su dueño. Ni ellos tuvieron respiro. No hay justicia divina ni merecimientos, solo prevalecen los hechos.

Coventry City Wembley FA Cup

El gol de Victor Torp fue el mejor tanto no válido de la historia: nunca un fuera de juego había significado tanto.

Ahí estaba yo, casi a las 2 de la mañana, jodido en mi cama. El pesimista poso de la eliminación del Coventry City llegaba en el final de la semana fantástica del madridismo. Mientras que el Real Madrid nos hizo creer que sí, que todo es posible con la resiliencia por bandera, los sky blues nos mostraron lo contrario. Merecer algo no implica tenerlo, solo conlleva que has hecho méritos para conseguirlo. Y, por desgracia, los merecimientos se los lleva el viento. Por esto mismo ganar es tan difícil, y por esto cada vez creo más en que el Real Madrid juega a otra cosa. No son humanos, sino que pertenecen a otro plano terrenal que convive con el nuestro. Ganar tanto solo es posible en un modo carrera que ha superado su quinta temporada, pues no se conjuga con la realidad. Es la explicación perfecta a lo que implica la afamada mentalidad del club blanco: no piensan como el resto del mundo, aquel que es como el Coventry y tiene el fracaso como el pan de cada día.

Uno de los mejores amigos —casi hermano, vaya— que me ha dado el periodismo siempre me dice que cuento mejor la derrota que la victoria. Creo que es porque estoy tan acostumbrado a perder que ya me regodeo en ello. Además de en comunicación deportiva, tengo un máster en el fracaso. Es más, pierdo tanto que no sé reaccionar cuando gano. Quizás sea del Madrid por esto, porque es mi manera de ganar en algo. Por tanto, me veo con la autoridad moral de guiar al Coventry City. Puestos a caer, es mejor hacerlo así, con el Manchester United contra las cuerdas. Hubiese estado mejor ganar, pero los merecimientos son como las pipas: ayudan a calmar el mono. Lo bueno es que, con el tiempo, aprenderán a valorar lo que pasó en Wembley. Pese a que suponga reabrir la herida por lo que pudo ser y no fue, querrán volver a ese momento en el que ganaron. Esa será su victoria a falta de triunfo, su motor hasta que llegue el momento de revertir la situación. Y es que, a fin de cuentas, solo pierde el que no se acuerda de sus pequeños triunfos.

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