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Nueva Zelanda e Irlanda se plantan contra el racismo: ¿pueden crear un precedente?

Lo que debería haber sido una temporada histórica, también anormal por el hecho de jugarse un Mundial en la mitad, se ha convertido en una campaña marcada al final por algunos episodios de racismo que no deberían tener cabida en el fútbol. Cuando aún colean los insultos que recibió Vinícius Júnior en Mestalla, en un amistoso entre Catar y Nueva Zelanda de preparación para la Copa Oro se ha vivido un caso que puede marcar una tendencia de cara al futuro.

El duelo disputado en Austria no se reanudó después del medio tiempo (Nueva Zelanda ganaba 1-0 con gol de Marko Stamenic). ¿La razón? Porque, supuestamente, el defensa neozelandés Michael Boxall fue víctima de racismo por parte de un jugador contrario. Sus compañeros de equipo apoyaron al central y decidieron no saltar para afrontar la segunda parte. Una acción que llevó a suspender el choque.

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🧐 ¿Cómo ocurrieron los hechos?

La Catar de Carlos Queiroz y Nueva Zelanda se enfrentaron en la localidad austríaca de Ritzing. Hasta este momento todo normal. Pero en el minuto 40, con 0-1 en el marcador para los neozelandeses, hubo una falta en el centro del campo sobre el jugador catarí Yousuf Abdurisag. En ese momento, el futbolista del Al-Wakrah Sport Club se dirigió hacia Michael Boxall, jugador del Minnesota United. Una conversación que enfureció a los jugadores oceánicos.

 

La acción se quedó en eso. El juego prosiguió, pero tras el descanso la selección de Nueva Zelanda no volvió a saltar al terreno de juego. La Federación oceánica informó en sus redes sociales que Boxall había sido objeto de insultos racistas por parte de un jugador qatarí y que ante la falta de sanción, el equipo acordó no salir para disputar el segundo tiempo.

🗣️ Las reacciones ante este episodio

Este acto no tardó en generar polémica y en ser un punto de atención dentro del panorama futbolístico. «Apoyamos plenamente la acción de nuestros jugadores, que acordaron colectivamente realizar esta acción. Es importante adoptar una postura. No hay lugar para el racismo en el fútbol», declaró Andrew Pragnell, director ejecutivo de la Asociación Neozelandesa de Fútbol.

Por su parte, Carlos Queiroz, seleccionador catarí, habló para el canal de televisión Al-Kass: «Para nuestra sorpresa, el capitán de Nueva Zelanda vino a decirnos que su equipo no reanudaría el juego. Dos jugadores intercambiaron palabras sobre el terreno de juego. ¿Quién habló primero? Está entre ellos. El árbitro no escuchó nada, los banquillos tampoco. Así que no sé cómo la FIFA podrá decidir sin testigos. El caso es que jugamos un partido amistoso y un equipo lo abandona».

 

Por su parte, la Federación Catarí se limitó a señalar en sus redes sociales que la selección neozelandesa se había «retirado» del encuentro.

😯 Irlanda sub-21 también tuvo que suspender su partido

No fue el único episodio a lamentar en Austria en esta ventana internacional, ya que la selección sub-21 de Irlanda también suspendió su partido contra Kuwait «después de que un jugador kuwaití hiciera un comentario racista hacia uno de nuestros suplentes», tal y como informó el organismo irlandés a través de sus redes sociales.

Además, la Federación Irlandesa reveló que iba a denunciar este acto a la FIFA y a la UEFA. Por su parte, la Federación de Kuwait cuestionó la afirmación de los irlandeses, rechazando «categóricamente» las acusaciones. Asimismo, declaró que «el partido fue detenido por el árbitro en el minuto 70 para proteger a los jugadores de posibles lesiones».

Irlanda ganaba ese partido 3-0 cuando se detuvo el choque, disputado en Bad Radkersburg, Austria.

🫂 ¿Puede suponer un precedente en el fútbol?

No es habitual ver a un equipo abandonar un partido cuando todavía quedan minutos en jugo. El último precedente grande que se recuerda en el fútbol europeo es en un partido de la Champions League en 2020 entre el PSG y el İstanbul Başakşehir. Los turcos abandonaron el terreno de juego en protesta por un presunto comentario racista del cuarto árbitro a Pierre Webó, exdelantero de Osasuna, Leganés y Mallorca.

 

Según los hechos, el rumano Sebastian Coltescu, cuarto árbitro del encuentro, utilizó el color de piel del camerunés para señalar al árbitro principal al futbolista que debía amonestar. La UEFA dictaminó que el encuentro se debía reanudar al día siguiente y con otro cuerpo arbitral, mientras que, posteriormente, inhabilitó Coltescu hasta final de esa temporada, aunque por incumplir el artículo que dice que debe comportarse de manera adecuada y no por racismo.

Ya hace tres años de esa acción del equipo turco, pero gestos como los de la plantilla de Nueva Zelanda o la de Irlanda están para denunciar actos xenófobos dentro del deporte y del fútbol.

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