Luuk De Jong - PSV
Champions League

Luuk de Jong: ninguneado en España… rey en Eindhoven

Muchos se sorprenderán cuando escuchen que Luuk de Jong es uno de los delanteros más en forma del mundo en estos momentos. El artillero neerlandés ha participado directamente, con goles o asistencias, en un 40% de las anotaciones de un PSV Eindhoven que, un año más, ha vuelto a arrancar la temporada con la séptima marcha metida. Ha ganado sus 13 partidos en Eredivisie, de hecho, todos con el espigado punta neerlandés como titular. Con el hándicap de haber perdido a Xavi Simons, además, su estrella del curso pasado. Luuk ejerce ahora como estandarte del líder de la liga de los Países Bajos, competición en la que el PSV promedia tres goles a favor de media por encuentro.

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🫅 El viejo-nuevo rey de Eindhoven

Los haters de Luuk se escudan en que la liga de los Países Bajos carece de nivel defensivo, pero no hay más que ver al Ajax, hundido, para comprobar que no es oro todo lo que reluce. Eso por no hablar de su pegada en la Champions League. Tanto colectiva, del PSV; como individual, de un De Jong que fue clave para meter a los de Eindhoven en la fase de grupos. Vio puerta en los cuatro partidos disputados ante el Sturm Graz austriaco y contra el Rangers escocés. Hizo un doblete, incluso. Desde entonces, en territorio doméstico, solo ha terminado cuatro de los 13 choques sin marcar. Que no sea pichichi solo se explica por el momento de forma que atraviesan Vangelis Pavlidis (AZ Alkmaar) y Santi Giménez (Feyenoord).

Luuk de Jong ha ganado cuatro veces la Eredivisie: tres con el PSV Eindhoven y la mítica de 2010 con el Twente.

Para más inri, ha producido 9 asistencias esta temporada. Un recurso fundamental también fuera del área, para pivotar y poner de cara a la portería rival a sus compañeros, gracias al buen uso de su cuerpo. Así como para liberar miradas en la frontal por su amenaza latente cuando entra en el área, que aprovechan Noa Lang, Hirving Lozano (también de vuelta a casa junto a su socio Luuk), Noni Madueke, Johan Bakayoko o Joey Veerman para amenazar desde la frontal.

😏 ¿Por qué no volver a donde uno fue feliz?

Decir que en el Philips Stadion nunca ha sido un ídolo sería falta a la verdad. Lejos de los memes que recibió en el final de su etapa en la liga española, los Países Bajos le depararon un éxito indiscutible desde la 2015/2016. Antes, tuvo que rebelarse contra una crisis personal que pudo terminar con su carrera en la élite. Despuntó hace más de una década en el Twente neerlandés, en el que promedió un gol cada dos choques en sus 121 compromisos allí. Eso le llevó al Borussia Mönchengladbach, plaza en la que no se asentó como un pilar del equipo teutón. Peor encajó aún en Newcastle, equipo que abandonó sin marcar un solo gol. Entonces apareció el PSV por primera vez al rescate.

El despegue llegó en la mencionada 2015/2016, después de casi dos años sin celebrar un tanto. En Eindhoven siempre vio el mundo de luz y color. Especialmente, en la 2018/2019, cuando eclipsó a un joven Donyell Malen y promedió un gol cada 109 minutos. Registros que ahora parecen menores, dado que ha elevado el ratio a una anotación cada 80. Para el recuerdo queda su conexión con Denzel Dumfries (Inter), Angeliño Tasende (Galatasaray), Hirving Lozano (de vuelta al PSV) y Steven Bergwijn (Ajax), laterales y extremos potenciados por Phillip Cocu y Mark van Bommel. Ideales para surtir de balones a Luuk de Jong.

🇪🇸 En España, Luuk de Jong fue mejor de lo que se dice

Su buen hacer en Países Bajos le llevó a fichar por el Sevilla. El listón estaba alto, llegaba por 13 millones de euros para sustituir a Wissam Ben Yedder y Luis Muriel. Un punta específico, de ADN rematador, que no aportó el dinamismo y la amenaza al espacio de los delanteros mencionados. Sus números bajaron a 19 goles en 94 partidos. Pero lo compensó con altas dosis de puntualidad. Sobre todo, en la Europa League de la pandemia, que ganó el cuadro andaluz con un gol de Luuk De Jong en semifinales contra el Manchester United, que les clasificaba para la instancia final. Allí, el gigante nacido en Suiza se iba a consagrar con su doblete ante el Inter, que desembocó en la sexta Europa League para los de Nervión.

Sin pena ni gloria en sus últimos encuentros en Sevilla, Luuk se tuvo que buscar la vida el verano de 2021 para cambiar de aires. Parecía que no lo iba a conseguir y que permanecería en ostracismo hispalense, pero tras un ajetreado último día del mercado de fichajes, el destino le deparó una oportunidad de jugar en el Barcelona. La operación a tres bandas con un Atlético de Madrid que trajo de vuelta a Antoine Griezmann, provocó que el artillero neerlandés recalase en el plantel dirigido en aquel entonces por Ronald Koeman. Su rol, evidentemente, fue secundario, a la sombra de Memphis y del ‘Kun’ Agüero.

Por circunstancias de la vida, jugó más de lo esperado, dadas las lesiones de su compatriota y la obligada retirada del astro argentino a causa de un problema cardiaco. Terminó con siete tantos en su casillero y un promedio de un gol cada 117 minutos. Marcó tres ante Espanyol, Athletic y Levante; jugando 3, 5 y 7 minutos, respectivamente. Difícil hacer más con menos. Hasta dibujó una chilena para enmarcar. Pero el juicio ya se había celebrado y Luuk era culpable antes de presentarse.

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