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⚽ Champions League

El Borussia Dortmund mantiene en pie su muro amarillo para volver a Wembley

Nunca han ganado la Champions League, pero siempre es su objetivo. A cada temporada que pasa, la plantilla del PSG se confecciona para conseguir reinar en Europa. Semejante nivel de exigencia solo les ha provocado tanto miedo como el que genera Mbappé al contragolpe, viviendo en un clima malsano. Pese a ello, parecía que todo iba a acabar este año. Lo tenían que conseguir… hasta que apareció el Borussia Dortmund. Ellos, con la exigencia de un equipo que se reconstruye cada año, les han aguado la fiesta con un solitario gol de Mats Hummels (0-1). Ni los palos de la ida ni el asedio de la vuelta pudieron derribar el muro amarillo. Al menos, y como bien dijo Luis Enrique, mañana volverá a salir el sol para los parisinos.

💤​ El Borussia Dortmund quiso dormir el partido y el PSG lo secundó

La participación del PSG en la presente Champions se resume en torno al miedo. Ya sea cuando lo provocan ellos mismos o cuando lo sufren, ha sido su compañero de viaje. Quizás por esto es tan impersonal el equipo pese a que Luis Enrique es su entrenador, quién sabe; y, por esto, el pase a la final de Wembley dependía de la gestión del miedo. El Borussia Dortmund, valiente por naturaleza, era consciente. Así como en Alemania, se plantaron en París con la misma idea. Serían peores, pero tenían todo más claro. El único problema que tenían es que estaban obligados a tirarse piedras contra su propio tejado: tendrían que abandonar el vértigo y abrazar la quietud.

Era innegable que el Borussia Dortmund estaba dando lo mejor de sí para dormir el partido. Lo intentaron genuinamente, y el PSG puso de su parte, extrañamente. Sin embargo, no había forma de maniatar a Mbappé y a Vitinha. Ellos dos eran los únicos rebeldes que querían salirse del guion, como si fuesen los únicos conscientes de la situación clasificatoria de su equipo. El problema es que, por mucho que lo intentasen, tenían el mundo en su contra. Eran 20 jugadores contra un par. Con ello, era imposible despejar la calma tensa que se había adueñado del Parque de los Príncipes. Tan tranquilo estaba el encuentro que ni faltas tuvieron que hacer los alemanes durante la primera media hora. Ante la desesperación del pequeño reducto rebelde de los locales, el Borussia Dortmund veía la luz al final del túnel.

MATS HUMMELS BORUSSIA DORTMUND PSG CHAMPIONS LEAGUE

El Borussia Dortmund firmó un notable ejercicio defensivo ante un PSG que no terminó de carburar.

​🔝​ Mats Hummels volvió al pasado para regresar a Wembley

Tras una primera parte para olvidar, el paso por vestuarios fue un bálsamo para el PSG. Las dos primeras jugadas del segundo acto sirvieron de muestra para lo que estaba por venir. Por desgracia para los alemanes, el asedio solamente se había retrasado. Todo apuntaba a que iba a tocar sufrir. Cada contragolpe debía ser una bocanada de aire fresco para la zaga. En una de esas se escapó Adeyemi, y forzó un córner. Mats Hummels, curtido en mil batallas, pensó «¿y por qué no?». Subió a rematar. Julian Brandt le vio, y se obró el milagro: el primer gol en el Parque de los Príncipes fue del Borussia Dortmund. Por mucho que Donnarumma y Beraldo le pusieron el tanto en bandeja, no perdía emotividad el tanto. La diana la marcaba el líder de la defensa, el tipo que estaba viviendo una segunda juventud. Como hace más de una década, peleaba por el mismo sueño y con los mismos colores.

Al PSG se le cayó el mundo encima, pero no tenían tiempo para lamentarse. Aun en estado de shock, asediaron el área del Borussia Dortmund con rabia. Así como contra el Barça, les movía el miedo a caer. Tenían, una vez más, el precipicio bajo sus pies. Tocaba remar como no habían remado antes. Empezaron a apretar, y Zaïre-Emery estrelló su remate contra el palo. Entonces, apareció la frustración; y, poco a poco, se adueñó de ellos. Cada ataque era un canto a la desesperación que se estrellaba contra el muro amarillo. Al final, fueron más de 30 remates parisinos que acabaron en nada. Si vamos al global de la eliminatoria, hubo seis balones que se estrellaron contra el palo. Con más o menos suerte, los alemanes habían sobrevivido. Ya no había miedo en el césped, sino euforia de los alemanes. Otra vez más, Wembley espera al Borussia Dortmund.

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