Chiellini
⚽ Fútbol internacional

Giorgio Chiellini, la Torre de Pisa que protegió al rey de Italia

Si buscamos en el manual del futbolista la definición de “defensor clásico”, Giorgio Chiellini aparece como principal sinónimo. Rudo, correoso, maestro de la anticipación, de los que disfrutan chocando en los duelos, máxime si son por aire. Un tipo cuya gran afición en los momentos de zozobra ha sido durante años despejar el cuero lo más lejos posible, aquello de lo que todo niño ha presumido alguna vez en las pachangas callejeras. Un zaguero de los de antaño, de esos que son todo corazón y que, si juegan en tu equipo, los idolatras mucho más de lo que los sufres si los tienes enfrente.

Chiellini, pasional como el que más, lleva años yendo al límite en cada acción como si fuera la última de su carrera, pero seguramente haya pensado poco en que ese momento llegaría. Los espectadores dimos por hecho que el día que viéramos el último lance de su trayectoria, no percibiríamos nada fuera de lo habitual. Y así ha sucedido. La leyenda del fútbol italiano cuelga las botas a sus 39 años, tras más de 800 partidos, 25 títulos y 23 años como profesional.

Giorgio nunca fue de guardarse nada. Nos estregó siempre el 100%, ha sido intenso hasta para sortear entre carcajadas el orden de los lanzamientos en las tandas de penaltis, mientras otro veterano curtido en mil batallas como Jordi Alba titubeaba. Una buena ilustración de lo que ha sido Chiellini como futbolista, espontáneo cuando declaró que para frenar a Messi lo mejor era rezar, pero aguerrido cuando cogió a Bukayo Saka de la camiseta como si fuera un conejo en la final de la Eurocopa. Por lo civil o por lo criminal, entiéndase la expresión, siempre fue el mejor amigo de su portero. Mayoritariamente, de Gialluigi Buffon, el único futbolista que ha ganado la Serie A una vez (10) más que él.

♟️ Una trayectoria envidiable

Formado en las categorías inferiores del Livorno durante una década, a pesar de que su verdadera pasión de niño era el baloncesto por culpa de Kobe Bean Bryant, debutó a los 16 años como profesional de la mano de esa misma entidad. Fue en el 2000, dentro de la categoría de bronce del fútbol italiano. Se tuvo que labrar su carrera desde abajo, pero tan solo cuatro temporadas más tarde llegó a la Serie A, liderando la squadra del propio club de Pisa, la ciudad que le vio nacer. Muchas fueron las ofertas que llegaron a casa de la adinerada familia Chiellini, que rara vez derivó en una falta de humildad por su parte. Giorgio es una buena personificación de esos albañiles de la vida, que prefieren ensuciarse las manos y bajar al fango para arreglar la caldera, en vez de llamar al fontanero.

Por aquel entonces desempeñaba el rol conocido en el Calcio como regista, algo similar a lo que hoy en día sería un mediocentro defensivo. Y también llegó a actuar como lateral, aunque realmente Chiellini ha trascendido como central. De hecho, cuando le preguntaban por su profesión, seguramente dijese que era defensa y no futbolista. Livorno, Fiorentina y Juventus, respectivamente, disfrutaron de un baluarte como pocos, que iba camino de convertirse en one league man por no haber jugado nunca fuera del Calcio, algo que se truncó en 2022, cuando decidió que su último año y medio vestido de corto lo viviría en Los Angeles FC, en plena lucha por convertir al cuadro angelino en el nuevo hegemónico de la MLS.

Tan solo duró una temporada en las filas del club más laureado de Florencia, porque la directiva bianconera tenía claro que contaba con el talento necesario para llevar a la ‘Vecchia Signora’ a reinar en el fútbol italiano a lo largo de la siguiente década. Y quien dictaminó aquel veredicto estaba en lo cierto. Sin embargo, fuera del fútbol doméstico, tiene alguna que otra herida. Por haber perdido dos finales de Champions ante Real Madrid y Barcelona, y por quedarse fuera de la convocatoria final de una ‘Azzurra’ que, a la postre, acabaría con su antecesor Cannavaro levantando la copa Jules Rimet en Alemania 2006.

Giorgio Chiellini Italia

Giorgio Chiellini ha sido internacional absoluto en 117 ocasiones y levantó la Eurocopa de 2021.

🥹 Chiellini también estuvo en las malas

En estos trofeos conquistados por las cebras blanquinegras, la figura de Giorgio ha brillado a la altura de leyendas de la talla de Alessandro Del Piero, Gianluigi Buffon, Andrea Pirlo, Pavel Nedvěd, Claudio Marchisio o David Trezeguet, con los que ha compartido vestuario hasta cautivar al aficionado futbolístico más puro. Ganó también tres Premi Oscar di Calcio, que le acreditan como mejor defensor del año. Pero, ante todo, vale la pena destacar su fidelidad hacia los colores juventinos, que le llevaron a permanecer en la plantilla junto a los otros jugadores mencionados pese al descenso administrativo de los turineses en el mismo 2006.

Claudio Marchisio, Gianluigi Buffon, Andrea Pirlo, Giorgio Chiellini and Martin Caceres

Chiellini ha ganado las tres primeras divisiones del Calcio: la Serie C, con el Livorno, y la Serie A y Serie B, con su amada Juventus.

Una prueba más de su profesionalidad y amor por la ‘Vecchia Signora’ queda patente en su graduación en Administración y Gestión de Empresas, con la posterior tesis doctoral basada en el modelo económico sobre la Juventus. Un intelectual dentro y fuera de las canchas, que garantizaba la sostenibilidad defensiva vestido de corto y la económica como ejecutivo si fuese necesario un relevo ahora que la cúpula del club vive un momento de gran inestabilidad. Tal vez, su futuro vaya encaminado por esa vía. Chiellini fue todo eso durante su longeva carrera, y también un gran compañero. La nomenclatura de jugador de equipo también le viene al pelo.

En compañía de otros dos expertos en el arte de defender, como Bonucci y Barzagli, fue partícipe del tridente conocido como la ‘BBC’ que ha marcado una época en el fútbol. Una forma de entender esta disciplina que todo libro con temática futbolera italiana deberá incluir. El defensa por el que Massimiliano Allegri o Antonio Conte, entre otros muchos estrategas, habrían sido capaces de hipotecar todo su patrimonio a cambio de una renovación vitalicia.

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