Albentosa - Vejle - entrevista
⚽ Fútbol internacional

Raúl Albentosa, el ‘rey’ vikingo del Vejle danés: «Soy mejor y más completo ahora que cuando tenía 27 o 28 años»

Dinamarca es un país a medio camino. Del pasado y del futuro; de la tradición y de la modernidad. El territorio danés es el más meridional de los países nórdicos y fue allí donde primero se izó una bandera en un paño de color rojo con una cruz nórdica blanca: la cuna de los famosos vikingos. Con una distribución geográfica curiosa, se trata de un territorio compuesto por tres partes autónomas: la propia Dinamarca, repartida en las penínsulas de Jutlandia y Selandia; y dos territorios de ultramar como Groenlandia y las Islas Feroe. Dejando a un lado la geografía y pasando al plano futbolístico, el país ha engrendrado figuras como Michael Laudrup, Peter Schmeichel, Jon Dahl Tomasson, Morten Olsen y, más recientemente, Simon Kjær o Christian Eriksen. Seguramente todo el mundo recuerde la hazaña de la selección danesa cuando conquistó por sorpresa divina la Eurocopa de 1992.

En lo que a clubes respecta, el recorrido de los equipos daneses en Europa no ha sido muy prolífico, aunque en 1996, el Silkeborg conquistó el experimento que fue la Copa Intertoto. El Copenhague, equipo de la capital del país, es el conjunto más laureado con 15 títulos de una Superliga que se actualmente se encuentra en su recta final. De hecho, la liga doméstica ha exportado algunos nombres de relumbrón a las cinco grandes competiciones continentales y, si bien siempre se asocia con los jóvenes talentos, en Dinamarca no todo es juventud y lozanía. En Vejle, ciudad de la península de Jutlandia, el español Raúl Albentosa dignifica el fútbol experimentado; un defensor a ultranza de la veteranía. Es el único expatriado presente en la máxima categoría del fútbol danés. Llegó hace dos años y medio y le nombraron capitán del equipo a los pocos meses. Su sola presencia impone nada más aparecer: 1,93 metros de altura, un curtido cuerpo cubierto de tatuajes, la mayoría relacionados con el fútbol o con las experiencias que más le han marcado, y una coleta perfectamente sujetada por un apretado nudo. Así recibe Albentosa a Legal Sport, en la ciudad deportiva del Vejle, solo unos kilómetros a las afueras del núcleo urbano.

🌍 Un sinuoso camino hacia el fútbol profesional

«Hoy hemos cogido buen día, pero aquí siempre hace mucho frío. Es lo que peor llevo». El sol predomina y gana a los montículos de nubes que siempre amenazan con algo de lluvia, pero Albentosa nos recibe con un abrigo negro que supera ligeramente sus rodillas. Sus palabras resuenan el doble cuando uno cae en la cuenta de que Raúl podría pasar perfectamente por cualquiera de los antiguos vikingos que antaño poblaban la península de Jutlandia: «Me lo dicen a veces, pero nada de eso. Tengo mucho arraigo por mi tierra, Valencia. Yo soy de playa, de sol y de calor. A mí dame eso», exclama. La primavera en Dinamarca es suave durante las horas centrales y fría a primeras y últimas horas. El invierno, «con pocas horas de sol y temperaturas de -12 °C», es verdaderamente duro.

Tras un amistoso saludo, Albentosa nos acompaña en un tránsito por la ciudad deportiva del Vejle. Una enorme extensión con varios campos de fútbol y una pequeña grada en un campo principal que, a su vez, está adherida a unos módulos donde se concentran varios despachos, una cocina, un comedor con decenas de banderines obsequiados por otros clubes, los vestuarios, una sala de tratamiento, un gimnasio, una lavandería y cuarto para todo el material. La sencillez y sobriedad danesa es signo inequívoco de que estamos en un país nórdico. «Hasta hace bien poco nos cambiábamos en el estadio principal, que está dentro de la ciudad, y veníamos a entrenar aquí», nos explica.

Raúl Albentosa - ciudad deportiva - Vejle

Raúl Albentosa atiende a Legal Sport en la ciudad deportiva del Vejle (Foto: Miguel Cuquerella). 

Tras más de media vida dedicada al fútbol, a sus 35 años, Albentosa las ha visto de todos los colores. Sus mejores recuerdos profesionales los vivió en Elche, Eibar, La Coruña y Málaga, aunque su lista de equipos asciende hasta un total de 14, El balón le ha llevado a vivir en en países como Inglaterra, Bulgaria, Rumanía y ahora Dinamarca. Es más, sus dos últimas experiencias van de la mano. En el Dinamo de Bucarest conoció a Mario Nicolae, actual director deportivo del Vejle, que no dudó en llamar al central español cuando se mudó a Dinamarca. «Hicimos una buena campaña para salvar al Dinamo de una situación complicada y vio cómo lideré, cómo me cuido y todo lo que soy. Fui su primera apuesta cuando llegó aquí en la Navidad de 2021».

Albentosa aterrizó en Dinamarca con el Vejle condenado al descenso a Segunda división, aunque al final remaron y solo se quedaron a un punto de la permanencia. «Con mi llegada empezamos a tener buenos resultados y nos quedamos muy cerca», recuerda. Pero les tocó dar un paso atrás, para volver a pegar el salto hacia delante. En la siguiente temporada, el de Alzira heredó el brazalete de capitán y fue clave en el ascenso del Vejle a la élite. Este curso, de nuevo, han luchado encarnizadamente para sobrevivir entre los mejores, pero esta vez lo han conseguido a falta de una jornada para el final. Han cumplido con el objetivo marcado por el club al inicio de la campaña.

Pero hasta llegar a territorio danés, la carrera de Albentosa no ha sido un camino de rosas, si bien el sueño de aquel adolescente que pedía el deseo de ser futbolista cuando pasaba por los túneles que separan Elche y Alzira se pudo hacer realidad. «Yo me apunté al fútbol con 7 o 8 años. Desde el principio siempre jugaba con chicos más mayores que yo. Y me fichó el Elche. Me acogió una familia de allí y cuando me venían a recoger mis padres en coche siempre tenía una manía. Cuando pasábamos por algún túnel levantaba las manos y pedía un deseo: ‘Yo quiero ser jugador profesional’», recuerda Albentosa con cierta nostalgia. Nos sentamos en un sofá para continuar tranquilamente con la charla. Ese cajón lleno de experiencias vinculadas con el fútbol.

Raúl Albentosa - ciudad deportiva - Vejle

Raúl Albentosa nos recibe en la ciudad deportiva del Vejle (Foto: Miguel Cuquerella).

Debutó con el primer equipo del Elche con 19 años, en Segunda división, pero tuvo que transitar por varios equipos de Segunda B antes de asentarse en el fútbol profesional. «Siempre estaba rozando la Segunda, pero me quedaba a las puertas. En el San Roque de Lepe no nos pagaron seis meses y casi dejo el fútbol. Estuve en Cádiz, donde conocí a mi actual esposa, y en 2013, en un viaje de coche, mi agente me llamó y me dijo que el Eibar me quería. Ya habían mostrado interés en mí con anterioridad, pero en ese momento estaban en Segunda. Y allí que me fui. Cobrando muy poco», recuerda el defensor. No le importó. Estaba a punto de cumplir su sueño. Y entre las montañas del País Vasco llegó su momento.

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Nadie se esperaba ese éxito, pero el Eibar subió a Primera división en la temporada 2013/2014 como campeón de Segunda. Albentosa, con 24 años, se hizo un hueco en el fútbol profesional español. «Fue un año de locura. Le propuse a mi esposa venir a vivir conmigo, le pedí matrimonio, vendí el coche de mi vida para poder pagar la boda y ascendimos», rememora. El valenciano no escatima a la hora de catalogar de «hazaña» aquel año. «Teníamos el presupuesto más bajo de la categoría y quedamos primeros. Fue el comienzo de todo. Fran Garagarza me dio la oportunidad y competimos increíble. Éramos un equipo muy sólido», recuerda.

En la siguiente temporada se asentó en la máxima categoría. Admite que llegó muy fino al inicio de la temporada. «Recuerdo estar en Punta Cana y Nueva York de viaje de novios y entrenar como un loco para llegar en perfectas condiciones. La gente se quedaba sorprendida de verme entrenar. Imagina a un tío enorme corriendo al máximo», dice entre risas. Debutó en Primera, marcó 2 goles y dio 2 asistencias durante la primera vuelta y el Derby Country inglés pagó su cláusula (600 mil euros) para llevárselo. «Íbamos a jugar contra el Córdoba, así que estábamos en Madrid. Antes de subir al autobús, el presidente me dijo que habían pagado mi cláusula y que me tenía que ir a Inglaterra. Me llevaron en avión privado. Para un futbolista que venía de abajo como yo fue de locos», confiesa.

Raúl Albentosa - Eiba

Albentosa protege el balón en su época del Eibar ante Nordin Amrabat.

En Inglaterra, Raúl no se acabó de adaptar y, tras una cesión al Málaga, recaló en el Deportivo de La Coruña. Una etapa que empezó con ilusión, pero que terminó por ser de mucho desgaste, con el central en el foco de todas las críticas. Así, el Dépor perdió la categoría en la campaña 2017/2018: «La afición de La Coruña es una de las más exigentes de España. Fue una temporada en la que no salieron las cosas. Pasaron Pepe Mel, Cristóbal Parralo y Clarence Seedorf, que cambió el vestuario. Él era el jefe y trajo métodos nuevos. Recuerdo mucho las charlas motivacionales que nos daba. Salíamos al campo gladiadores. Pero a mí se me criticó mucho. Trabajé con un psicólogo. Parecía que todo lo que salía mal era mi culpa. Fue complicado. Tuve depresión seguro. No quería exponerme, no me apetecía salir de casa».

 

La opinión fue tan agresiva que Albentosa tuvo que cerrar sus redes sociales. «Esto tendría que estar regulado. Creo que cada cuenta tendría que tener datos de las personas para poder localizarlos y poderlos denunciar. Hay una despersonalización brutal en el fútbol. Parece que por estar jugando en un campo la gente tiene derecho a insultarte. Es increíble la poca educación que tenemos en España», reflexiona.

Tras ese episodio, Albentosa salió cedido al Nàstic de Tarragona en Segunda y volvió a La Coruña en el mercado invernal para rescindir su contrato. En ese momento empezó una de las peores etapas de su carrera. Estuvo seis meses sin jugar hasta que fichó por el CSKA de Sofía. Pero regresó a España en 2020 por el Covid-19. Fue cuando decidió operarse del tendón de su pie derecho, que le estaba dando problemas. La recuperación fue tortuosa, ya que una infección en la zona operada casi le cuesta la carrera. «Fueron momentos críticos. Me tuvieron que intervenir varias veces para ponerme un injerto de piel de la muñeca», recuerda mientras se acaricia la cicatriz de su maltrecha muñeca.

🗣️ «No hay que mirar la edad, hay que mirar los datos»

Ahora, Albentosa lo ve todo con un color diferente, recuperado y con buenas sensaciones cada vez que salta al campo. Es más, el Vejle ya es el club en el que ha jugado más partidos en su carrera (78). El de Alzira es el segundo futbolista de la Superliga de Dinamarca con más intercepciones (51), recupera 4,8 balones de media por encuentro y despeja 5,3, ha jugado 31 de los 34 partidos totales del equipo esta temporada de titular, lleva 2 goles anotados y 2 asistencias, asegura un 75% de efectividad en los pases, gana el 63% de los duelos aéreos que disputa y solo comente 1,1 faltas por encuentro. «Ahora mismo juego mucho mejor que cuando tenía 27 o 28 años. Domino más registros dentro del campo que cuando jugaba en España. No hay que mirar la edad, hay que mirar los datos», reclama Albentosa. Lo cierto es que sus números le sitúan entre los mejores jugadores de Dinamarca, algunos –la mayoría– mucho más jóvenes que él.

 

Por su parte, el central reivindica la enseñanza que está suponiendo para él esta experiencia con los jóvenes del equipo: «Tenemos en la plantilla a Oliver Provstgaard, central de 20 años y capitán de la selección danesa sub-21. Es un chico con mucho futuro, pero siempre estoy atento a él y activándole para que no se despiste. Trabajo mucho con él. El fútbol se ve cada vez más como un negocio. Ficho a un jugador joven y lo vendo por el doble. Me tendrán que dar una parte del dinero del fichaje si acaban vendiendo a este chico», dice entre risas.

Albentosa es una excepción en un panorama en el que abundan los jugadores jóvenes, objeto de valor de un deporte que cada vez se torna más físico y en el que los calendarios se siguen estirando en busca de explotar la rentabilidad económica. Esta temporada, el Barça ha dejado los ejemplos de Lamine Yamal, de 16 años, y de Pau Cubarsí, de 17. Dos futbolistas extremadamente noveles y que han sido importantes para Xavi. «Cubarsí me parece un central espectacular para la edad que tiene. Domina muchos registros y es muy seguro. Puede marcar una época en el Barça», opina Albentosa. Precisamente, Cubarsí ya ha debutado con la Selección española y es uno de los nombres que se cuentan por seguros para estar en la próxima Eurocopa de Alemania. «Yo lo tendría claro. Mi pareja de centrales para la Euro sería Sergio Ramos y Cubarsí. Creo que se complementarían. Y Cubarsí podría aprender mucho de Sergio, que está a un nivel impresionante», se moja.

Raúl Albentosa - ciervos - Vejle

Raúl Albentosa da de comer a unos ciervos en un parque natural de Vejle (Foto: Miguel Cuquerella).

Albentosa está ante sus últimas semanas de temporada con el Vejle. «Tengo que decidir con calma mi futuro». Nos confiesa que el club quiere que se quede, pero tener lejos a su familia es un cuestión de suma importancia en su decisión: «Veo muy complicado volver a jugar en Primera, pero podría estar perfectamente en Segunda o en un equipo con aspiraciones de ascenso en Primera RFEF. Tengo muchas cosas que ofrecer». El valenciano no se arruga. Es una persona con confianza y carácter.

La charla, que fue también confesión, aprendizaje y tour, enfila su fin con una visita al estadio, del estilo Premier League. Albentosa nos lleva al Deer Park Vejle, donde alimenta con uvas a un par de ciervos que viven en libertad. Por último, nos enseña un espacio que forma parte de las instalaciones de un club náutico, con una zona de baño donde se ha zambullido con sus hijos pese a la fría temperatura del agua, y que quedan al lado de unos edificios en forma de ola impresionantes. Estamos cerca de su residencia. Nos despide tras observar el Kirk Kapital, un restaurante modernista que pertenece a la familia danesa que fundó la famosa empresa de LEGO. Son las 18:30h de la tarde y se nota que la gente empieza a resguardarse en el cobijo de sus casas. «Aquí se cena muy pronto. No hay mucho que hacer a partir de esta hora», nos comenta Albentosa, que ha encontrado en la sobria ciudad de Vejle el lugar ideal para volverse a sentir futbolista profesional y reivindicar la veteranía como un valor único, en el deporte y en la vida.

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