Timo Werner - Tottenham
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El último tren de Timo Werner pasa por Tottenham

A veces, un paso hacia atrás, termina en dos hacia delante. Y, en ocasiones, dar uno en falso hacia el frente, deriva en el declive sin retorno de la carrera deportiva de un jugador. Eso es lo que parece que le ha sucedido a Timo Werner, uno de los atacantes más cotizados y prometedores del mundo en 2020, que solo tres años después se ha quedado sin sitio hasta en Leipzig, lugar en el que fue ídolo de masas durante varias temporadas. A sus 27 años, el alemán se resigna a tirar la toalla y se aferra a las posibilidades de retomar el vuelo de la mano de un Tottenham en el que tendrá que ganarse sus (últimas) oportunidades en la élite.

🔝 Llamado a ser uno de los delanteros del futuro

Timo Werner fue una de las primeras grandes apuestas del RB Leipzig, que nada más ascender por primera vez a la Bundesliga, en el verano de 2016, le convirtió en su segundo fichaje más caro de su historia (23 millones de euros). Y eso que apenas tenía 20 años. El primero fue Naby Keïta, centrocampista guineano, cuyo traspaso ascendió a los 30 kilos. Ambos, junto a otros talentos de la casa como Emil Forsberg, Willy Orban, Yussuf Poulsen, Péter Gulácsi, Marcel Halstenberg o Lukas Klostermann, crecieron individual y colectivamente hasta confirmar al polémico proyecto de Red Bull en la élite del fútbol alemán.

Así es el modelo deportivo y económico tras el éxito del RB Leipzig

Aunque, a decir verdad, nadie levantó tantas pasiones como Werner en su prime. Él era el especial, la estrella del equipo e, incluso, el alma del vestuario. Le bastaron cuatro temporadas para convertirse en el máximo goleador de su historia, sin ser un ‘9’ al uso. Más bien era uno de esos segundas puntas indefinidos que, acompañados por una referencia como Poulsen, sacan su mejor versión; pero que en esquemas con extremos y un solo delantero centro, quedan algo desnaturalizados. No fue exactamente eso lo que frenó su carrera en el Chelsea, cuando dio el que parecía el salto definitivo a la máxima élite, pero que en realidad supuso un techo de cristal para él.

🎢 La caída al vacío de Timo Werner

Por raro que parezca, solo han pasado dos años y medio desde que el Chelsea conquistó su segunda Champions League en Lisboa, tras ganar al Manchester City en la final. En parte, parece que ha pasado una eternidad, porque en el equipo londinense solo quedan cuatro jugadores en la actual plantilla: Malang Sarr, Thiago Silva, Reece-James y Ben Chilwell. El tiempo ha determinado que aquel proyecto, tan ambicioso como efímero, era un caramelo envenenado para sus jugadores. Timo Werner no es el único de ese vestuario que apuntaba alto, pero que no ha encontrado acomodo en el primerísimo nivel. Los casos de Mason Mount, Hakim Ziyech o, en menor medida, Kai Havertz, así lo reafirman.

En aquella Champions, Timo Werner fue actor protagonista. Tal vez no a la altura que cabría esperar, pero si nos fijamos bien en el gol del propio Havertz contra los de Guardiola, el alemán aparece en la foto con un desmarque de arrastre de libro, especialidad de la casa. Técnica y físicamente era un aventajado, pero, ante todo, lo que llamaba la atención de él era su astucia y la determinación para atacar el espacio. Un suplicio para las defensas rivales, hiperactivo y, para más inri, se movía de manera inteligente y altruista. Si no era él quien se generaba la ventaja táctica para aparecer en situaciones de remate, el beneficiado era un compañero.

A decir verdad, su legado en el Chelsea no está nada mal. Y, en el Leipzig, está realmente bien. Lo que le sitúa como un jugador que creemos habernos perdido por el camino son las expectativas, lo que pudo haber sido. Se le catalogó como un delantero generacional y se ha quedado en un gran atacante contextual, estancado por el devenir de su carrera. Lo más chocante ha sido su último año, tras volver a su antigua casa. Llegó con el cartel de hijo pródigo, en una operación redonda para el Leipzig, que le recompró en 2022 por 20 millones de euros (35 menos de la cantidad de venta dos años antes). Y, por si fuera poco, su ausencia sirvió para que explotase Christopher Nkunku, en un rol muy similar al suyo.

Sobre el papel, Werner y Nkunku podían encajar juntos y, secundados por Dani Olmo, Dominik Szoboszlai y el inagotable Emil Forsberg, conformar el ataque con más dinamita de la Bundesliga. O, al menos, uno a la altura de la ofensiva del Bayern, que sirviese para pelearle el título. Algo que nunca sucedió, siempre hubo más potencial que rendimiento sostenido. Sí fue suficiente para quitarle el monopolio de los torneos cortos (Pokal y DFL-Supercup), aunque no para dar un paso más.

Timo Werner

Timo Werner, lastrado por las lesiones, apenas alcanza el 12% de los minutos esta temporada con el RB Leipzig, con el que solo ha marcado dos goles.

Quizá, con el Timo de su primera etapa, otro gallo habría cantado. Con ese que sentía suyo el equipo y se lo cargaba a la espalda los días señalados en rojo. Sin embargo, el Werner 2.0. no ha sido más que un complemento que no empezó mal, pero que se fue diluyendo como fondo de armario del 1-4-2-2-2 de Marco Rose. Primero fue Nkunku quien le eclipsó, por rol y demarcación, en la doble punta. Y, después, Lois Openda, otro atacante comparable al Werner de antaño, le terminó por relegar a la banda de forma definitiva, coincidiendo con la explosión total de Xavi Simons.

🚂 ¿Es el Tottenham un buen destino?

Entre medias, Timo Werner suma un total de 57 presencias con la selección absoluta de Alemania, en las que ha marcado 24 goles. El ratio es francamente bueno, aunque no suficiente como para que ‘Hansi’ Flick le considerase intocable en la ‘Mannschaft’. Aun así, parecía tener asegurado un sitio en la convocatoria para la Copa del Mundo, si no en el once, pero el desgarro que sufrió en el tobillo le dejó sin Mundial. Y, para colmo, Niclas Füllkrug cayó de pie, sin debutar antes de los 29 años. El del Borussia Dortmund, por entonces pichichi de la Bundesliga con el recién ascendido Werder Bremen, tiró la puerta abajo y, tras la marcha de Flick y sucesivo desembarco de Nagelsmann como seleccionador, todo ha ido a peor para Timo, que ni siquiera ha entrado en una de sus convocatorias.

Timo Werner Alemania

Timo Werner se perdió en Mundial 2022 por lesión y no cuenta para la Nagelsmann. Su última convocatoria data de marzo de 2023.

Es evidente que Werner está estancado en el ámbito de clubes, aunque la marcha del RB Leipzig, por un tema de arraigo y por el precedente del Chelsea en la Premier League, no entraban dentro de lo probable. Su marcha, cedido con opción de compra, parece atender a un tema económico del club teutón y/o de ambición por parte del futbolista, que ha decidido salir de su zona de confort y apurar sus opciones de estar en la Eurocopa que albergará Alemania en el verano de 2024.

En Inglaterra se encontrará una oportunidad que puede ser la definitiva a este nivel y que conviene que aproveche desde el minuto 1. El primer mes, que coincide con la convocatoria de Heung-min Son para la Copa Asiática y con la lesión de James Maddison, será clave para dirimir su futuro en el equipo que Ange Postecoglu ha convertido en revelación. Con ambos de vuelta, y el estelar momento de forma que vive Dejan Kulusevski, solo quedará un hueco para Richarlison, Brennan Johnson, Timo Werner o, incluso, Gio Lo Celso. Con el hándicap de que el entrenador greco-australiano no se sale mucho del 1-4-2-3-1 que no beneficia tanto a Timo, y de que este Tottenham no juega tanto en transición en el día a día como el Leipzig en la Bundesliga. No parece el tren ideal, desde luego, pero sí podría ser el último para regresar en el tiempo.

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