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Luka Modrić I, monarca del Real Madrid y verdugo del Sevilla

Cuando el mundo apuntaba hacia una retirada y posterior incorporación, o no, en el cuerpo técnico de Carlo Ancelotti, Luka Modrić se aferra a los hechos. Con el Real Madrid desesperado por encontrar un gol, el croata fue el héroe encargado de darle la victoria a los suyos ante el Sevilla (1-0). Así, los blancos volvieron a sumar de tres para calmar las ascuas de una posible rebelión en la liga.

⚔️​ El Sevilla supo sujetar al Real Madrid

Los minutos previos del partido estaban marcados por la ambigüedad. La alegría por el título de Ilia Topuria chocó frontalmente con la tristeza por la tragedia de Valencia. No era ni una cosa ni la otra, sino algo incómodo desde el punto emocional. El duelo entre Real Madrid y Sevilla no se iba a escapar de esa escala de grises que se había apoderado del clima del Santiago Bernabéu. De la nostalgia por el reencuentro con Sergio Ramos se pasó a unos tímidos pitos por tenerle enfrente; de la certeza del gol de Lucas Vázquez se pasó a su anulación y la incertidumbre. Nada tenía sentido.

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Esa extraña ambigüedad también llegaba al plano táctico. El Real Madrid quería correr, fluir y buscar la yugular de su rival, aunque no podían hacerlo. Al no tener una referencia fija (Vinícius, Rodrygo y Brahim formaron el tridente blanco de inicio), los centrales del Sevilla estaban cómodos. Los ataques locales siempre morían en la banda. Por mucho que quisiesen tener movilidad, poco movían a los de Nervión. Solo los trallazos de Fede Valverde, aquellos que son improbables por su distancia pero factibles por su potencia, consiguieron inquietar a Nyland.

​⭐​ Luka Modrić vuelve a cambiarlo todo

No le vino mal al Real Madrid el descanso. Con las energías renovadas y su plan más claro, consiguieron firmar sus mejores minutos del choque tras el paso por vestuarios. Si se le suma la intervención de Lunin ante Isaac Romero, ese gris que se había adueñado del encuentro comenzaba a coger color. En consecuencia, el Bernabéu comenzó a despertar. Como si fuese la noche de un martes, el ambiente era el de los partidos europeos. Poseídos por los ánimos de la grada, los blancos no querían ni perder tiempo en sacar los córners. Al Sevilla se le empezaba a caer el estadio encima. Veían como cada defensa iba más al límite, tremendamente impotentes ante el vendaval. Tal era la intensidad que ni Díaz de Mera consiguió aguantar, ya que se marchó lesionado.

REAL MADRID SEVILLA LIGA DIAZ DE MERA LESIÓN

Díaz de Mera dejó una de las imágenes del partido por su lesión.

Por no perder la costumbre, el encuentro se volvió a calmar con el cambio de colegiado. De nuevo, el Real Madrid vivía volcado y el Sevilla estaba cómodo. Había pasado lo peor. Para intentar cambiar el rumbo, salió Luka Modrić. En la semana en la que se le buscaba acomodo en el cuerpo técnico de Ancelotti, tenía que saltar al campo. Era una suerte de El Cid Campeador en el Santiago Bernabéu que debía ganar el partido con su mera presencia. Su aura fue suficiente como para que las posesiones blancas ganasen sentido. Kroos, consciente de que no les queda mucho juntos, volvía a disfrutar de la compañía de su mejor socio. Esa felicidad conjunta volvió a teñir de color el partido, lo que provocaba el sufrimiento del Sevilla. Después de remar tanto, volvían a ver el precipicio demasiado cerca.

Faltaba lo de siempre: el gol. Para buscarlo entre tanto centrocampismo, el Real Madrid volvió a asomarse al área. Si no tenían una referencia clara, ya encontrarían la forma de fabricarla. En esas apareció Rodrygo con un desmarque de ruptura en la frontal. El balón era perfecto para romper la muralla sevillista, pero lo consiguieron repeler. Por desgracia para los visitantes, el peligro no fue muy lejos. Luka Modrić había recogido ese esférico llovido, y solo con su control se fue de su marcador. No dudó ni un segundo en chutar. La parábola era imposible para un Nyland que no pudo estirarse más. El 1-0 fue la muestra de que Modrić era mucho más que El Cid en el Bernabéu, pues su sola presencia también marcaba goles. Semejante golpe de realidad terminó con el partido; poco más se jugó. El Real Madrid, una vez más, daba un golpe sobre la mesa en su Reconquista de la liga.

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