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Real Madrid

El Madrid gana con la ley del mínimo esfuerzo y afina para cantar el alirón

Tras decantar la liga al ganar el clásico, el Madrid selló definitivamente el campeonato en San Sebastián con una exhibición de solidaridad. Los blancos se impusieron por la mínima, aprovechando un tanto del oportunista Güler, titular por primera vez esta temporada. El turco rentabiliza al máximo los pocos ratos que tiene para jugar. Como el resultado, el esfuerzo ofensivo del conjunto de Ancelotti fue mínimo. Disparó tres veces a portería y estuvo a punto de marcar dos tantos. Todo lo contrario que en defensa, donde otra vez demostró una capacidad de resistir mayúscula. La Real Sociedad lo intentó todo para llevarse al menos un empate en su lucha por entrar en la Europa League, pero se estrelló ante Kepa, que suplió a las mil maravillas a Lunin, y el impecable orden de los merengues. Ni el equipo lleno de suplentes que puso Ancelotti, claramente condicionado por la cómoda situación en la liga y por la proximidad de las semis de Champions ante el Bayern de Múnich, puso frenar al Madrid. Los blancos siguen su impoluto camino que les coloca a un par de partidos de levantar otra liga.

🪄 Arda Güler tiene gol

Ancelotti salió con la cabeza en Múnich. Algo lógico y normal. El italiano solo repitió a dos jugadores respecto a la victoria en el clásico ante el Barcelona: Modrić y Tchouaméni. Para el croata, la titularidad le deja muy complicado poder ser de la partida en la ida de las semifinales de la Champions League. A su vez, fue una oportunidad de oro para Kepa, Militão, Ceballos y, sobre todo, para Arda Güler. Por su parte, la Real Sociedad salió con todo. La diferencia entre ir a la Europa League o a la Conference League es abismal; tanto en lo económico para el club, como en cuanto a prestigio.

Los donostiarras salieron con su habitual empuje, aunque también exhibieron calidad para sacar la pelota desde atrás, muchas veces incluso apoyándose en Remiro. El aguacero que cayó en San Sebastián puso el campo extremadamente rápido. Algo que no combinó con la parsimonia inicial del Madrid. El plantel de Imanol Alguacil atacó las bandas, con Barrenetxea y Kubo desafiando constantemente a Carvajal y Fran García. El japonés tuvo la primera ocasión del encuentro y obligó a Kepa a detener perfectamente abajo.

Sin noticias de Modrić y Ceballos, el Madrid navegó a la deriva; sin timón, ni un rumbo claro. Pero si algo tienen los blancos, especialmente esta temporada, es la capacidad de disparar sin apuntar y acertar en la diana. En una de las pocas basculaciones con profundidad de los de Ancelotti, Carvajal puso un balón de primeras desde la derecha al segundo palo y Güler, tras un error de Zubeldia, remató entre las piernas de Remiro para anotar. El turco cerró los ojos y señaló al cielo. La verdad que tocado está. Es el futbolista con mejor promedio de goles por minutos disputados de la liga (98 minutos jugados y dos tantos), y tras Rodrygo se convierte en el jugador más joven en marcar saliendo de titular en el Madrid en este siglo: 19 años y 61 días.

 

Así se escribe el fútbol cuando el Madrid está en la ecuación. Sin peso en el partido, se encontró con un gol clave. Barrene fue el futbolista más incisivo del conjunto realista. Empató Kubo, pero el colegiado anuló el gol tras ver a través del VAR una falta previa del ‘7’ de la Real sobre Tchouaméni, que se había dormido intentando sacar el balón. Los blancos fueron extremadamente eficaces y volvieron a exhibir una cohesión defensiva excelente. El Madrid gana por su talento, pero cuando no llega la calidad también derriba muros desde la solidez.

🫡 El Madrid activó el modo supervivencia

La segunda parte se inició con otra buena parada de Kepa a disparo de Turrientes, que enganchó una buena dejada de Oyarzabal. Los de Ancelotti se abonaron a la ley del mínimo esfuerzo. Sin apretar demasiado, mantuvieron la concentración para desinhibir las llegadas por las bandas de los donostiarras o sus intentos de conectar con Oyarzabal. Entre la desesperación local y algunos compases de dominio blanco, los minutos fueron corriendo.

Brahim - Real Madrid- Real Sociedad - Galan

Brahim intenta un caño sobre Javi Galán.

A falta de algo menos de media hora empezaron los cambios. Todos también pensando en Múnich. Salieron Vinícius, Valverde, Camavinga y Rüdiger por Brahim, Ceballos, Güler y Fran García. Ancelotti pasó a un 1-4-4-2, con Joselu y Vinícius arriba, y desplazó a Nacho al lateral izquierdo, manteniendo a un buen Militão en el eje de la defensa. A punto estuvo Oyarzabal de aprovechar el baile de movimientos para marcar el empate, pero su intento de vaselina fue desviado milagrosamente por Rüdiger a córner.

El Madrid puso el modo supervivencia total. El resultado era oro para ellos. Y así fue cerrando poco a poco el encuentro hasta desgastar mental y físicamente a la Real Sociedad. Mental, porque los txuriurdin se merecieron un gol que nunca llegó. Por ocasiones y juego. Ni los cambios de Imanol pudieron resquebrajar el empaque de los de Ancelotti, que estuvieron a punto de cerrar el encuentro con un tanto de Camavinga. Demasiado castigo para los donostiarras, mientras que el Madrid mira a Alemania y empieza a afinar la voz para celebrar un nuevo título de liga.

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