España sigue imparable. En un contrapeso exacto entre la euforia y la furia, como si no hubiesen conquistado el Mundial y sus integrantes no fueran las dominantes de todos los premios habidos y por haber, como si la clasificación no estuviese encaminada, ‘La Roja’ de Montse Tomé volvió a demostrar un hambre voraz. España no tuvo piedad ninguna ante una endeble Suiza (1-7), a la que vapuleó de principio a fin sin necesidad de brillantez, y se desquitó en un grito sordo de cualquier mal que pudiera atormentarlas.
Así, la Selección da un paso de gigante en su clasificación a la Final Four de la Nations League, impulsada por el empate entre Suecia e Italia, que sitúa a España líder en solitario, con los 12 puntos posibles en cuatro partidos y un goalverage de 13 goles a favor. De acceder a la final de dicha fase del KO, —o quedar en tercer lugar, siempre que Francia, país organizador, ocupe uno de los dos primer puestos puestos— los Juegos Olímpicos también estarían asegurados.
Como si España todavía tuviera que reivindicar su condición, en el enésimo intento de que el golpe de efecto futbolístico no deje sitio a nada más, el equipo de Tomé excedió energía y concentración. De hecho, los goles llegaron antes que el juego, que en realidad nunca llegó porque nunca hizo falta. Con el regreso del viaje exprés de Aitana Bonmatí al centro del campo, a la cabeza de la expedición española en la gala del Balón de Oro; y Salma Paralluelo, a la delantera, la propuesta de Tomé necesitó de las premiadas para poder trazar su plan, con Alexia Putellas como pieza troncal.
Con Jenni Hermoso de vuelta —por fin— a la titularidad, abierta en banda izquierda en el rol clásico de organizadora y lanzadora de Mariona Caldentey, y con Lucía García en la posición de extremo derecho, Salma ocupó la punta para fijar, descargar en el apoyo y volver a cortar sobre el espacio generado. Todo ello repercutía en el espacio liberado que quedaba para que Alexia, mediapunta en su concepto clásico, pudiese gozar de tiempo para decidir y ejecutar. Tomé quiere recuperar a Putellas y no se esconde.
Además de la nueva disposición de las piezas para potenciar a la doble Balón de Oro, de la mano de la construcción de nuevas sinergías a su alrededor, hubo dos aspectos más sobre los que el staff de Tomé, con Abel Mourelo y Carlos Sánchez como mentes pensantes, demostró incidir: el balón parado y la presión. De hecho, España decantó el encuentro por esta vía antes incluso de lo previsto, con el pie de Tere Abelleria, que bien pudo haber estado presente en la gala de París, vertebrando la pizarra del equipo técnico español y el minucioso diseño de los saltos y los intentos incesantes de recuperación en campo contrario cada vez que Suiza intentaba construir. Oihane Hernández, Alexia Putellas, en dos ocasiones, María Méndez, Athenea del Castillo, también por partida doble, y Maite Oroz firmaron una goleada tan incontestable como el dominio español en el fútbol femenino mundial.
🫣 Una salida en estampida
Que España ha tenido siempre calidad a raudales en el fútbol femenino es una obviedad. Sin embargo, como si existiese una cadena imaginaria, esta ataba a las futbolistas españoles en los grandes torneos… hasta el último Mundial. Como si se tratase de una terapia, el triunfo en Australia y Nueva Zelanda ha liberado a la selección. En estos momentos, España cuenta con la mejor jugadora del mundo, Aitana Bonmatí, y con la tercera mejor, Salma Paralluelo.
Sin embargo, aunque el interior es de oro, el envoltorio también acompaña. El conjunto de Montse Tomé es un equipo compacto, que sabe a lo que juega, que muerde y que tira abajo cualquier método de resistencia. Ante las suizas, a las que España ha arrasado en los octavos de final del Mundial y en el partido de ida de esta Nations League, el combinado nacional salió con Jenni Hermoso de referencia en ataque, con Salma Paralluelo en el extremo izquierdo y con Oihane y María Méndez en defensa. También entró Misa en la portería en sustitución de Cata Coll.
El inicio de la selección no puedo ser mejor. Con una presión constante en campo constante y con llegadas por las bandas, la selección sacó un rédito de dos goles en los primeros 12 minutos de juego. El primer tanto llegó a balón parado, arte que España no suele dominar. La pizarra funcionó con un centro de Tere Abelleira de córner que remató Oihane de cabeza en el segundo palo.
Mientras que sin tiempo de respiro, Salma y Alexia Putellas cocinaron el segundo tanto. Salma recibió un pase de Lucía García, se marchó dentro del área de dos defensoras y entregó el pase de la muerte para el gol 29 de Alexia con ‘La Roja’. Con esta renta, España se dedicó a llevar el ritmo del partido, aunque bajó un punto su intensidad. Eso provocó que Suiza se estirara mediante a sus mejores futbolistas: Alisha Lehmann y Seraina Piubel. Pero ni una ni la otra encontró el gol, con una buena intervención de Misa a disparo de la primera.
⚽️ ¡¡𝗚𝗢𝗢𝗢𝗢𝗟𝗔𝗔𝗔𝗔𝗔𝗭𝗢𝗢𝗢𝗢𝗢𝗢𝗢𝗢!!
🔥 ¡¡VAYA CONEXIÓN!!
➕ @alexiaputellas ➕ @SalmaParalluelo
📺 @La1_tve
🇨🇭🆚🇪🇸 I 0-2 I 11'#JugarLucharYGanar I #UWNL pic.twitter.com/LJ1rLw2NOO
— Selección Española Femenina de Fútbol (@SEFutbolFem) October 31, 2023
🏎 España no pisa el freno
Suiza era un rival invisible, entregado a los fallos que las españolas provocaban en sus intentonas de retener el balón y sumiso a la pizarra de ‘La Roja’ en el balón parado. Así siguieron desarrollándose los acontecimientos: córner de Tere, nueva jugada de autor y gol de María Méndez.
España no necesitó subir del ritmo trotón para causar más y más estragos en Suiza, con Salma reivindicando su condición de bronce en el Balón de Oro como una estrella planetaria con un horizonte mucho más amplio del expuesto hasta la fecha. Sus movimientos desde dentro hacia fuera, sus apoyos y descargas desde la punta de ataque o sus secuencias para fijar a las centrales rivales antes de entrar en juego doblaron jugadas por inercia.
Alexia abrochó su doblete al transformar un penalti provocado por Salma justo antes de que el zafarrancho del banquillo saliese a escena. Suiza, eso sí, tuvo a bien encontrar el tanto del honor en la desorganización de España para tratar de recuperar el balón y corregir la defensa de la profundidad. Alayah Pilgrim, que jugaba en su estadio, se estrenó a sus 20 años — entre chute y chute de ventolín, en una simpática imagen— como goleadora con las helvéticas y poner cara a la nueva camada de talento joven suizo.
Luego fue el turno de Athenea del Castillo. La extremo del Real Madrid selló un doblete para situarse en 10 tantos en tan solo 34 partidos con España, tres de ellos en los últimos cuatro encuentros. Jenni Hermoso salió ovacionada, Irene Paredes no pudo entrar en la historia como centenaria por un error en la inscripción de las convocatorias y Maite Oroz celebró su retorno con un postrero tanto entre los «olés» de las casi 8.000 personas que poblaron el Estadio Letzigrund de Zúrich, asombrados por el relucir de la Selección española, que tiene más balones de oro que estrellas… de momento.