Sant Pere De Ribes es un municipio de la comarca del Garraf, en la provincia de Barcelona. Con unos 15.000 habitantes, esta población, conocida popularmente con su nombre histórico, Ribes, está cerca de Sitges y de Vilanova i la Geltrú, dos localidades costeras y más reconocidas en Cataluña. Con un ritmo de vida tranquilo y sosegado, esta localidad se ha convertido en un lugar de culto para el fútbol femenino. La culpa la tiene Aitana Bonmatí, actual jugadora del Barcelona, de la selección, y recién proclamada, por segunda ocasión consecutiva, Balón de Oro.
Con tan solo 25 años lo ha ganado todo en el fútbol. Pero su historia empezó en un campo de tierra y rodeada de niños. Así comenzó a dar patadas a una pelota la mejor futbolista del mundo. Con los esfuerzos de una familia que la apoyó desde el primer momento, con unos entrenadores que creyeron en ella y con una personalidad ganadora que le ha acompañado desde siempre. Poca gente en España desconoce la calidad de la centrocampista, pero no son muchos los que saben cómo empezó su carrera en el CD Ribes, el club de su pueblo.
😍 La mejor futbolista entre niños
Aitana empezó a jugar en el patio del colegio y se apuntó al Ribes a la edad de 8 años. Hace 17 años el fútbol femenino no era lo que es hoy en día, y este humilde club catalán no contaba con una sección para chicas. Pero eso no fue un impedimento para entrar en el equipo. Fue la única niña en su categoría y una de las pocas a las que por aquel entonces le atraía la idea de ser futbolista. «Cuando era pequeña ya era muy competitiva. Le costaba perder. Su personalidad cambia cuando está en el campo. Jugando chilla, pide el balón, ordena… Fuera es una chica tímida, todo lo contrario», explica a Legal Sport Ruben Bernardo, uno de sus primeros entrenadores en el Ribes.
Pese a los años que han pasado, hay un aspecto que se mantiene: la calidad. Ruben recuerda que ya con 8 o 9 años vio en la centrocampista movimientos de gran futbolista: «Pedía el balón, lo cogía, levantaba la cabeza, conducía bien y siempre intentaba encontrar a un compañero. No era egoísta, y eso que siempre le digo que tiene que mirar más por ella. Compitiendo contra niños era cada partido la mejor. Ella luchaba contra gente más fuerte. Batallaba cada pelota al máximo. No tenía miedo. Viendo que por aquel entonces en el fútbol femenino había menos competencia, ya se veía que iba a ser profesional», remarca uno de sus primeros entrenadores.
🤯 Los problemas de ser una niña y los sacrificios familiares
Destacar en un deporte que históricamente se ha relacionado con hombres no fue fácil para Aitana y su entorno. «Se metían con ella. Los rivales y sus propios compañeros. Yo le decía que era porque les superaba. Que ella era mejor. Y tenía que aguantar al típico padre que se burlaba de que una niña estuviese regateando a un niño. También había padres que se quedaban alucinados y nos venían a preguntar». Pese a todo, estos comentarios «la hicieron más fuerte. O te hundes o te hace más fuerte. Y ella siguió y se hizo más fuerte», señala el entrenador.
De padres profesores, la futbolista del Barça creció en un entorno seguro, aunque no exento de esfuerzos: «su madre venía a los partidos o a los entrenamientos y se ponía a corregir exámenes en la grada», recuerda Ruben. El actual técnico del amateur B del club también comenta que no todo fue fácil para la Balón de Oro: «recuerdo que venía su madre a buscarme porque algunas veces no quería ir al entrenamiento. Tenía que ir a hablar con ella y la convencía para venir a entrenar. Aun así, seguía siendo la más intensa y competitiva».
🪞 El auge del fútbol femenino y el espejo de Aitana Bonmatí
Después de dos años de mandato de Alexia Putellas en el Balón de Oro, ahora es el turno de Aitana, que ganó su primer Balón de Oro tras su segunda Champions League con el Barcelona, y que lideró a España en la conquista del Mundial. «Nadie quiere que se lesione una compañera, pero la baja de Alexia le vino bien a Aitana. Dio el paso definitivo para convertirse en la jugadora que es», reflexiona Ruben Bernardo, que siente «un inmenso orgullo» cada vez que ve jugar a la ‘14’ azulgrana. Además, la interior no pierde sus raíces. Pasea a menudo por Ribes y siempre recuerda de dónde viene y quién estuvo a su lado. «Parte de mi éxito también es tuyo». Esa fue la dedicatoria de Aitana para su entrenador cuando le firmó el libro que trata sobre la vida de la jugadora.
Todo el mundo habla maravillas de Aitana Bonmatí, que es ahora mismo una de las mujeres más influyentes del planeta. Incluso Guardiola llegó a decir que estaba ‘enamorado’ de ella: «Es el Iniesta del fútbol femenino», comentó el entrenador del Manchester City. Pero su influencia no para de crecer. Las nuevas generaciones ven en la futbolista un espejo en el que mirarse. Incluso en el Ribes han tenido que decir que no a muchos niños y niñas que querían entrar a jugar: «Nos falta espacio. Hay que construir otro campo. A raíz del éxito de Aitana y del Barça hemos pasado de 3 equipos femeninos a 14 en menos de cinco años. De masculinos también tenemos 15 plantillas. Los niños y niñas vienen y quieren jugar en el club donde jugó Aitana».
Acostumbrados a ver ídolos masculinos, la generación de Aitana empieza a romper moldes con eso también. Hasta Ruben reflexiona que para su equipo «entre un delantero de 1,90 metros y una constructora como Aitana, a mí dame a Aitana. Un equipo funciona desde el centro del campo». Tras el Ribes, Aitana se fue al Cubelles, un pueblo vecino, y en un torneo fue vista por los ojeadores del Barça. Lo que viene después ya es historia del fútbol…