Osasuna tiene una plantilla de ensueño y dos grandes retos esta temporada: clasificarse para competiciones europeas, algo que no sucede desde sus semifinales de la Copa de la UEFA (antigua Europa League) en 2007; y soñar en Copa del Rey, cuyo mejor resultado fue la final de 2005. Aquella vez cayó frente al Betis (1-2) en la prórroga, algo que David García y sus amigos rojillos ya se encargaron de vengar en los octavos de final de la presente edición, en el Benito Villamarín.
Después, la victima en cuartos fue su vecino de Sevilla, en otra prórroga que forzaron los hispalenses con el 1-1 de En-Nesyri en el descuento. Pero el equipo navarro se rehízo, acertaron quienes dicen que Osasuna nunca se rinde. Y, en la ida de semifinales (1-0), el Athletic Club ya sufrió la ira de los rojillos. Con estos dos retos por delante, pocos entrenadores podrían presentar mejor concurso que Jagoba Arrasate, que ya sabe lo que es dar guerra en la Copa del Rey o meter a un equipo dentro del top 7.
🏆 En San Sebastián rozó la final
El técnico vasco, uno de tantos que triunfan en la actualidad, alcanzó la ronda de semifinales en la 2013/2014 de la mano de la Real Sociedad. Un equipo con palmarés copero (3 títulos y 5 subcampeonatos) al que se le resistía pasar de cuartos desde que se colgaron la plata en 1988, con John Toshack a los mandos de la nave donostiarra. En aquella ocasión, cayeron contra el Barça de Luis Aragonés.
La revancha en una instancia final, hace nueve años, tampoco se la pudo cobrar el equipo de Arrasate, que sucumbió (3-1 en el global), de nuevo, ante los culés, dirigidos entonces por el ‘Tata’ Martino. Por el camino, la Real Sociedad sí disfrutó fulminando al Algeciras, al primer Villarreal de Marcelino o al Racing de Santander que pisó los cuartos de final pese a su caída meteórica hasta la tercera división. Arrasate, que truncó el sueño cántabro, ahora sueña con algo grande desde Navarra, donde ya ha igualado su mejor resultado copero.
🦴 En Soria, Arrasate fue otro hueso copero
Antes de llegar a Osasuna en 2018, con el claro cometido de ascender para que El Sadar volviese a recibir a los hegemónicos del fútbol español (lo logró en su primer año), Jagoba Arrasate estuvo a punto de hacer lo propio con el Numancia. Se quedó a un partido de la gloria, que se la llevó en este caso el Valladolid de Sergio González en el playoff. Pero la competitividad no quedó limitada solo a su buena temporada liguera, porque esa misma 2017/2018 vendió cara su piel en la Copa del Rey.
Eliminó al Oviedo en su primera ronda, al Sporting de Gijón en la tanda de penaltis de treintaidosavos con Munir como héroe bajo palos, y se deshizo en dieciseisavos de un primera división como el Málaga, con remontada en la segunda parte de la vuelta que se jugó en La Rosaleda. Finalmente, el Real Madrid terminó con el Numancia en octavos. Los pupilos de Arrasate se quedaron lejos de la clasificación (5-2 global), pero consiguieron empatar (2-2) en su visita al Santiago Bernabéu, bajo la música de los dulzaineros visitantes para combatir el frío del mes de enero.
🇪🇺 Una segunda oportunidad en Europa
El mismo curso en el que alcanzó las semifinales de Copa del Rey, Arrasate metió a la Real Sociedad (7ª) en Europa, aunque esto no fue tanta sorpresa si se tiene en cuenta que los txuri–urdin venían de jugar la Champions un año antes. Lo hicieron, de hecho, con Jagoba como segundo de Montanier.
Ese verano perdió a Asier Illarramendi, aunque, a cambio, llegó un Sergio Canales que se sumó a una plantilla que incluía el talento de Antoine Griezmann, Xabi Prieto, Carlos Vela o Claudio Bravo. Al final, los vascos acabaron eliminados en la ronda previa de la Europa League 2014/2015, frente al Krasnodar ruso. Un buen precedente en el que Arrasate puede inspirarse, con la oportunidad, también para él, de quitarse esa espinita.