¿Se puede dominar el centro del campo del Marsella, del Arsenal y del Milan y acabar siendo un empresario multimillonario? Sí, se puede. El gráfico ejemplo es Mathieu Flamini. El exfutbolista francés, que cumplió su sueño de jugar en las mejores competiciones y estadios del planeta, decidió en 2008, todavía en activo, invertir gran parte de su dinero para formar GFBiochemicals. A partir de ese momento empezó a divulgar los beneficios de un estilo de vida respetuoso con el medio ambiente. Flamini es un verso libre. Como jugador siempre destacó por su modestia y su trabajo. Se retiró en 2019 tras jugar en el Getafe de José Bordalás. Ahora, como empresario, aporta su grano de arena para tener un mundo más saludable y próspero.
🤩 Primero cumplió su sueño en el fútbol
Mathieu Flamini nació el 7 de marzo de 1984 en Marsella, Francia. Desde pequeño siempre sintió pasión por el futbol, y a los 10 años comenzó en las juveniles del Olympique de Marsella. Debido a sus buenas actuaciones y tras pasar un par de temporadas en el filial, debutó en la Ligue 1 un 20 de diciembre de 2003, con 19 años. Aunque su paso por el club de su ciudad fue efímero: el Arsenal lo fichó en julio de 2004. Pasó a formar parte del gran proyecto del club londinense con Arsène Wenger a la cabeza.
Un lustro sin Arsène Wenger: un antes y un después en el Arsenal
Su paso por Italia, en un Milan en reconstrucción, estuvo marcado por su polivalencia y sacrificio. No era el jugador más importante, pero jugaba casi siempre cuando estaba disponible… incluso de lateral derecho. Sin embargo, durante la temporada 2011/2012 una lesión de cruzado le envió al dique seco toda la campaña. Ya no volvió a ser el mismo. Incluso llegó a jugar un encuentro con el equipo sub-19 del Milan para coger ritmo. El siguiente año fue el último en el país transalpino, antes de regresar de nuevo al Arsenal. En su segunda etapa en el Emirates combinó épocas de titularidad y suplencia, pero hizo buenas migas con Mesut Özil, alguien que, posteriormente, ha sido importante en su vida. En sus dos etapas en los Gunners ganó tres FA Cup y tres Community Shield.
Ya en sus últimos años como profesional, el fútbol pasó a un segundo plano. Jugó 16 partidos con el Crystal Palace, en el que solo completó uno entero ante sus excompañeros del Arsenal, y el Getafe se fijó en el francés en 2018 para cubrir la baja de Markel Bergara. Vino como agente libre hasta el final de ese curso, y José Bordalás lo volvió a reclutar para la siguiente campaña. En total, jugó 21 partidos de azulón. Tras ese paso por el sur de Madrid quedó a la espera de la posible incorporación de algún club. No obstante, ante la falta de buenos proyectos decidió colgar las botas en 2019 para centrarse en su carrera como empresario.
💵 Flamini y su negocio millonario para proteger el medio ambiente
Flamini, de 39 años, los mismos que Cristiano Ronaldo, no fue nunca un futbolista al uso. El balón no era lo único que le preocupaba. En su etapa en el filial del Olympique de Marsella le exigieron que se dedicara íntegramente al deporte, pero él se empeñó en seguir estudiando y por eso se matriculó en la carrera de Derecho. Y muchas veces, las personas que vas conociendo por el camino marcan tu destino. Cuando estaba en el Milan, el francés conoció a Pasquale Granata, con el que decidió aventurarse en 2008 en la creación de una empresa, GFBiochemicals, dedicada a producir ácido levulínico a escala comercial a partir de la biomasa.
El ácido levulínico es un material que puede cubrir de manera eficaz muchas de las atribuciones de productos químicos y compuestos procedentes del petróleo, ya sean aditivos de combustibles, disolventes, detergentes e incluso cosméticos y fragancias. Todo de una manera natural. Así que empezó a encarar su vida a la protección de la biosfera. Todo cobró más sentido cuando se retiró del fútbol. En ese momento declaró su cambio a una dieta vegana y sus manifestaciones siempre hacen referencia al cuidado del planeta.
Ver esta publicación en Instagram
Aunque ya no juega al fútbol, sigue hablando como un deportista. Ahora, aplica su meticulosidad en los negocios. GFBiochemicals abrió su primera fábrica en la localidad italiana de Caserta. Es más, en los primeros años llevó en secreto este negocio. Sin embargo, el crecimiento de la empresa fue imparable. Trasladaron su sede a Geleen (Países Bajos) y también se expandieron hacia Francia y Estados Unidos.
Más de una década después de comenzar el proyecto, Flamini sigue conservando un 60% de la empresa y ocupa el puesto de Consejero Delegado. El éxito es tan grande que, según Forbes y su estudio de 2023, el negocio estaría valorado en más de 11.200 millones de euros. «Crecí en Marsella, cerca del mar, y desde muy joven fui consciente de las cuestiones medioambientales en torno a los plásticos oceánicos y la contaminación química», reconoce el futbolista.
🤝 Un proyecto para deportistas en común con Özil
Además de ser el CEO de GFBiochemicals, Flamini tiene otros proyectos empresariales. Algunos con viejos conocidos del fútbol como Mesut Özil. Junto al exfutbolista del Real Madrid y del Arsenal, donde coincidieron, crearon Unity. Esta empresa tiene una variante de productos cosméticos y también defiende la lucha contra el racismo. De esa idea salió Unity Performance Academy, que combina consejos sobre rendimiento y bienestar con orientación experta de atletas de élite, entrenadores, médicos deportivos y académicos. Su objetivo es ayudar a las personas a alcanzar el máximo rendimiento en las áreas clave de mentalidad, nutrición, entrenamiento y recuperación.
Flamini es diferente. Ni está casado ni tiene hijos, va a pocas fiestas y, a las que va, acude solo. Le gusta más la montaña y proteger los océanos. Es el mensaje que intenta transmitir en sus apariciones públicas o con iniciativas como Green Football Weekend. Él cree que el cambio hacia un mundo mejor puede ser más directo a través de la publicidad del fútbol. Pero para ver una modificación hay que empezar por el movimiento. Eso es lo que intenta hacer Mathieu Flamini, admirador total Greta Thunberg y de otros protagonistas que con su divulgación intentan concienciar a las personas para tener un mundo más saludable.