Arabia Saudí
Fútbol internacional

‘Sportwashing’: ¿en qué consiste la reforma de Arabia Saudí a través del deporte?

¿Qué conocemos de Arabia Saudí? ¿Cuál es la imagen que tenemos de ese país? Seguramente, la primera será asociación que haremos será con el petróleo. La segunda, el dinero. Elementos relacionados. Ahora, quizá se haya incorporado el deporte, particularmente, el fútbol. La fotografía de Cristiano Ronaldo con la camiseta del Al-Nassr o la de Karim Benzema sosteniendo la elástica del Al-Ittihad han tenido un impacto global. Aunque esta estrategia por posicionar nuevos iconos tiene un trasfondo mucho más profundo de lo que pudiera parecer.

Según la IFFHS (Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol), la Saudi Pro League está clasificada como la 40ª liga del mundo. Pero eso va a cambiar en el futuro a corto plaza, con un punto de inflexión y no retorno en 2023. Tanto es así que la intención del país es colocar su competición entre las diez primeras del planeta cuanto antes. Para eso, este territorio de Oriente Medio trabaja desde 2016 con el plan ‘Visión 2030’; una apuesta potente de los saudíes para llegar a todo el mundo y exportar una imagen de país moderno y adaptado a las nuevas generaciones.

Pero, ¿es oro todo lo que reluce? Itxaso Domínguez, coordinadora del Panel de Oriente Próximo y Norte de África de la Fundación Alternativas y profesora asociada en Estudios Internacionales en la Universidad Carlos III de Madrid, nos ayuda a entender la “modernización” de Arabia Saudí a través del deporte.

🧐 ¿Desde cuándo Arabia Saudí apuesta por el deporte?

Para empezar, cabe subrayar que el 70% de la población de Arabia Saudí tiene menos de 35 años, pero que alrededor del 60% tiene sobrepeso u obesidad; la base ideal para fomentar el deporte en el país. En 2018, Arabia empezó a acoger los primeros eventos de gran relevancia. Ese año, la Supercopa de Italia que enfrentó a Juventus y Milan se jugó en territorio saudí. Desde entonces, todas las ediciones, salvo las de 2020 y 2021 por la pandemia del covid-19, se han celebrado en este enclave del Golfo Pérsico. Asimismo, también se llegó a un acuerdo con la World Wrestling Entertainment (WWE) para albergar un evento anual en el país.

Ya en 2019, allí se acogió el primer evento del European Tour de golf. Un año más tarde, en 2020, la Supercopa de España se empezó a hacer en Arabia Saudí y también acaparó el Rally Dakar. En España, Turki Al-Sheikh, presidente de la Autoridad General de Entretenimiento por Real decreto, compró el Almería, al que ha conseguido subir y mantener en Primera división.

A partir de estos casos de aperturismo, no hay año en el que país árabe no tenga en su territorio un gran evento deportivo de relevancia internacional: espectaculares carreras de caballos, el GP de Fórmula 1, que empezó a disputarse en 2021. O movimientos de impacto global, como la compra del Newcastle United en octubre del mismo año por el Fondo de Inversión Pública (PIF), controlado por Yasir Al-Rumayyan. En 2022 se creó la LIV Golf, también conocida como la Super Golf League, y en el presente 2023 tuvo lugar un amistoso entre el Al-Nassr, equipo de Cristiano Ronaldo, y el PSG de Messi, Neymar y Mbappé.

El éxodo de las Supercopas: una tendencia recurrente

Ya para el futuro, el próximo diciembre, Arabia Saudí acogerá el Mundial de Clubes, antes de que cambie su formato a partir de 2025, y en 2027, albergará la Copa Asiática de fútbol. En 2029 se ha asegurado la organización de los Juegos Asiáticos de invierno. El deporte rey es el denominador común, pero también hay otros deportes dentro de esta política de expansión que pretenden desarrollar los saudíes.

⛽ ¿En qué se basa la política económica de Arabia?

En este apartado, pedimos ayuda a Itxaso Domínguez: «La mayor parte tiene que ver con el petróleo, tanto con la extracción de petróleo y todas las operaciones relacionadas con ellas, como con los productos derivados del mismo». Sin embargo, el denominado oro negro es un recurso limitado. La idea de Arabia está enfocada en prepararse para la época pospetróleo. «Intentan mirar a sus vecinos del Golfo y basarse en otras actividades, sobre todo en el sector servicios. También hay que tener en cuenta las infraestructuras, las inversiones extranjeras y los fondos soberanos», explica Itxaso.

Para la académica, «la diversificación económica en Arabia ha empezado más tarde respecto a la de otros países. Con nacionalidades como Catar o Emiratos Árabes también hay que tener en cuenta que la población es distinta y el tamaño también. Pero, en cierta forma, están siguiendo su modelo».

🗣️ ¿Qué tiene que ver el deporte en todo esto?

Para dar una imagen moderna y apolítica, qué mejor herramienta que el deporte. Esa es la lectura de Arabia Saudí. «El deporte transmite modernidad, beneficios y una idea muy alejada del petróleo. Un recurso muy internacional y cosmopolita», recalca la experta. De aquí nació en 2016 el Plan Visión 2030. Un proyecto para imitar la forma de actuar de sus vecinos territoriales que apuesta fuertemente por los eventos deportivos. Y, aunque abarca diferentes deportes, el fútbol es un pilar fundamental.

Carrera de Fórmula 1 en suelo saudí.

Ya sea en el Fondo de Inversión Pública (PIF), o en el seno de la familia real del país, comandada por Mohamed bin Salman, de Yasser Al-Misehal, presidente de la Federación de Fútbol saudí, y también de Abdullah bin Turki Al-Faisal, ministro de deportes de Arabia Saudí, todos los actores políticos y económicos son conscientes de que el juego del balón lo acapara todo por su popularidad mundial. «Todo el mundo es consciente del impacto que tiene la política saudí en la región de Oriente Medio e incluso en el norte de África. El deporte ayuda a que este poder sea mayor», resume Itxaso.

🚿 ¿Qué es el sportwhasing?

Es un térmico anglosajón para resumir la práctica de ciertos países para enmascarar sus políticas internas con la imagen de deporte. Este es el caso de Arabia Saudí. «Ofreces una imagen de modernidad y de apertura al mundo, sin tener que renunciar a las prácticas no alineadas con los principios y los derechos fundamentales internacionales, tanto en casa como en el exterior», avisa Itxaso.

Arabia Saudí - Messi - Cristiano

Messi y Cristiano, durante el Al-Nassr vs. PSG.

Y es que la nación saudí tiene un terrible historial con los derechos humanos. De hecho, la homosexualidad es ilegal y existen severas restricciones a la libertad de expresión y a los derechos de las mujeres, por más que se haya avanzado en algunos aspectos. El asesinato de Jamal Khashoggi en 2018 es uno de los casos más candentes y recordados. O incluso la utilización del sistema kafala, con el que se permite monitorizar a los trabajadores migrantes, a los que se les paga menos que a los nacidos en el país. «No solo en la construcción, sino que también hay asistentes del hogar, negocios… Esos trabajadores tienen condiciones deleznables», explica la experta en Oriente Medio.

😯 ¿Qué control tiene el poder del país sobre los clubes de fútbol?

Según Itxaso, «poder total». El Estado nació en 1932 y ha sido construido en torno a la familia real. «Las líneas entre lo privado y lo público son muy porosas y no existen. El régimen tiene una fuerte influencia en todos los sectores económicos, culturales y sociales. Y el fútbol no es ninguna excepción. En la mayoría de casos son los propios representantes de las altas esferas del poder saudí los que negocian los contratos con los jugadores y deciden al club que van. Al final, el país es suyo», remarca la académica.

Según las reglas actuales, los equipos saudíes pueden tener ocho jugadores extranjeros en su plantilla. No existe ningún control financiero, así que los sueldos pueden ser desorbitados, como es el caso de los 200 millones que cobra Cristiano. Actualmente, con el PIF detrás de los cuatro grandes clubes del país (Al Nassr, Al Hilal, Al Ittihad y Al Ahli), el ministerio de deporte tiene mucha influencia en la llegada de las grandes estrellas que aterrizan en la liga saudí, con el objetivo de hacer una competición más atractiva.

No es cuestión de nutrir a solo un equipo, sino de repartir a los jugadores para tener partidos más divertidos. Según cifras de Arabia Saudí, la asistencia a sus partidos de fútbol se ha duplicado desde que Cristiano Ronaldo empezó a jugar allí en enero. Y esto también es entendido como un modelo para hacer crecer a los jugadores locales del país, que ya demostraron tener el nivel suficiente cuando ganaron a Argentina en el partido inaugural de Catar 2022.

🏆 ¿El objetivo es organizar un Mundial?

Ese es el gran propósito. El impulso final. Todo parece indicar que no se postularán para ser la sede del Mundial en 2030, en la que se confluirán España, Portugal y Marruecos, pero seguramente reunirán fuerzas para intentarlo en 2034. De momento, ya han firmado un acuerdo con la CAF (Confederación Africana de Fútbol) para contar con jóvenes talentos africanos en la liga y, de paso, tener el voto de este continente casi asegurado.

España, más cerca de albergar el Mundial 2030

Además, en los próximos años intentarán organizar competiciones futbolísticas importantes para demostrar al mundo y a la FIFA que son capaces de albergar un torneo internacional como es un Mundial. En estos momentos, Arabia no teme que la burbuja se rompa. «Ellos no tienen miedo a una crisis económica. Les asusta más que se creara una insatisfacción en los nacionales, que son los que sustentan al régimen y dan carta blanca para que hagan lo que hacen», puntualiza Itxaso.

De esta forma, nos encontramos ante un país tremendamente poderoso y que quiere seguir con su expansión deportiva para mejorar la concepción que tiene el mundo sobre sus prácticas políticas y sociales. No es descabellado, incluso, pensar en una posible organización de unos Juegos Olímpicos a largo plazo. Aunque la modernización es desigual, se está haciendo a una velocidad sin precedentes.

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